El imperio del ALBA

Correo del Caroní

“Imperio del Sol naciente” le decían (o dicen todavía) a una potencia del Lejano Oriente. En realidad, quedan pocos imperios y emperadores verdaderos o titulares en el mundo actual. El de Japón es uno de ellos. En Irán (antigua Persia) les llamaban a éstos sha; y en Rusia, zar. Pero, el último fue derrocado por los ayatolás; y el otro fusilado por los soviéticos, junto con su familia (que incluía niñas).

Sin embargo, para algunos venezolanos (incluyendo al Presidente), parece que el único imperio (aunque no lleve ese nombre) que merece el rechazo es el estadounidense; porque nuestro gobierno mantiene muy buenas relaciones con los rusos y los iraníes; y está interesado en reforzarlas con los nipones y los chinos.

Además, la posición, actitud e intervención de los representantes de Venezuela en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), no parecen diferenciarse demasiado de las que, con tanto furor, criticamos a la primera potencia militar e industrial del continente y el mundo.

Como es sabido, ALBA es inspiración del presidente Chávez; y la conforman hasta ahora también Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua (porque Honduras se retiró recientemente). Y aunque se trata de un convenio comercial (en contraposición a los TLC, propulsados por otros países, en forma bilateral; el ALCA, fenecido, que quiso impulsar EE UU), a nosotros nos luce, en lo político, lo más parecido a un imperio. Pero no sabemos quién es el emperador; porque a Fidel Castro lo imaginamos más bien como un Gran Visir, al estilo musulmán. Aunque sospechamos la coincidencia y sintonía de las actitudes y medidas que van adoptando los países integrantes. Por ejemplo, la posición frente a los medios de comunicación de masas independientes y la “hegemonía comunicacional” de los gobiernos.