Venezuela: Despelote, devaluación y Revolución
El despelote gubernativo puesto de manifiesto con el “plan” de racionamiento eléctrico para la gran Caracas, alabado por el señor Chávez unas horas antes de detractarlo, retrata de cuerpo entero el proceder general de la revolución bolivarista. Sólo que en este caso no se pudo ocultar ni tampoco mercadear dado su impacto inmediato, notorio y alarmante sobre millones de personas. Pero en esencia no es muy diferente al resto del proceder de esta especie de montonera en función de gobierno.
De allí que luego de 11 largos años ejerciendo los poderes de la República, la situación del país pueda identificarse plenamente con el concepto de devaluación. Y peor aún, eso se pretende justificar con argumentos traídos por los cabellos de la propaganda cubanoide, amén de las consabidas atribuciones de culpa a los gobiernos anteriores, o sea del pasado siglo.
Por ello, la devaluación del “bolívar fuerte” con todas y sus gravosas implicaciones para el ya precario desenvolvimiento económico, no sea más que una consecuencia adicional del abajamiento generalizado de la existencia venezolana que viene produciendo la llamada “revolución”: devaluación monetaria, devaluación energética, devaluación salarial, devaluación productiva, devaluación democrática, devaluación de la vida…
Y la explicación oficial de la devaluación de la moneda es acorde con el delirio característico del régimen imperante: la devaluación, en palabras del señor Chávez, contribuye a la consolidación del proceso revolucionario… Cuando unos pocos meses atrás, él mismo proclamaba que la economía estaba tan consolidada o blindada que no hacía falta ninguna devaluación…
Formalizar la devaluación de hecho de nuestro signo monetario, es una realidad que no puede apreciarse aislada de las demás dimensiones económicas, sociales y políticas que también padecen de continua depreciación. Comenzando por el bien más importante, que es la vida misma de los venezolanos.
Al respecto, las proyecciones del Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad (Incosec) sobre el número de homicidios perpetrados en Venezuela en el 2009, arroja la cifra roja de 19.400 que, comparada con la equivalente colombiana de 15.817, significa que acá se cometieron 22,65% de asesinatos más que allá, teniendo Colombia casi 20 millones de habitantes más que Venezuela.
Y el racionamiento de energía eléctrica, de agua potable, de combustibles, de alimentos de la canasta básica, de medicamentos, ¿no son evidencias de una devaluación profunda de la capacidad del Estado para proveer y estimular desarrollo social y económico? Cuando el señor Chávez llegó a Miraflores, Venezuela tenía superávit de producción de electricidad y exportaba energía hacia Colombia y se preparaba para hacerlo a Brasil. Ahora el déficit es tan intenso que estamos al borde de un colapso sin precedentes.
El aumento vertiginoso de la deuda externa, la caída abrupta del salario real, la multiplicación de los conflictos sociales, la desmejora de los servicios públicos, ¿no son expresiones de la devaluación constante de la gobernabilidad en manos del “proceso revolucionario”?
Los derechos, libertades y garantías que consagra la Constitución de 1999, también se encuentran en franca devaluación. La existencia de presos y exiliados políticos, la discriminación “institucional” entre ciudadanos partidarios y opositores del oficialismo, la concentración de poderes en manos del señor Chávez, la imposición a la fuerza del supuesto “socialismo de siglo XXI”, son manifestaciones de una devaluación abismal del sistema democrático.
Me decía un profesor de Ciencias Políticas, que la síntesis de la devaluación monetaria es la siguiente: el dinero que tenemos valdrá la mitad y lo que compremos valdrá el doble… Y ello se puede aplicar a cualquier otro aspecto de la vida cotidiana: todo lo bueno y necesario para una existencia digna se hace cada vez más escaso, y conseguirlo se hace cada mes para difícil y oneroso.
El conjunto de Venezuela está siendo devaluado por obra y omisión de esta demencia destructiva que, no satisfecha de sus desmanes, busca más y más poder sobre nuestra república bicentenaria.
- 31 de octubre, 2006
- 23 de enero, 2009
- 2 de octubre, 2024
Artículo de blog relacionados
Por Eduardo Carmigniani El Expreso de Guayaquil La Mesa 7 de la Asamblea...
30 de mayo, 2008Por Jesús Galindo Noriega y Miguel A. Cervantes Una de las molestias de...
1 de febrero, 2022- 23 de octubre, 2009
Por José María García-Hoz ABC BOEING vs. Airbus. A la altura de los...
25 de julio, 2006