El bolívar: de fuerte a patuleco
Patuleco. Aunque le calza cualquier sonoridad que evoque lo deleznable, cojitranco, enteco, pero mayormente, mendaz, porque la cacareada nueva denominación monetaria nació enferma terminal de embuste, agonizante de falsedad, moribunda de coba, al extremo que jamás representó la supuesta fortaleza que estaba supuesta a representar.
—Dame veinte bolívares fuertes, mamá, que tengo que comprar los útiles escolares…
—Lo siento, hijo mío. Fuertes, no tengo ninguno pero, aquí tienes cien patulecos o patulequitos. A ver si te alcanzan, aunque sea, para el tocón de un lápiz de grafito y puedas escribir tus apuntes en el aula…
—Transcurrían los primeros días de la llamada reconversión. “Un bolívar fuerte para una revolución fuerte”. Tal era el slogan con el cual pretendían hacernos creer que, aligerado de tres ceros a la derecha, concluirían los años inflación, devaluación y con ellos, la cuesta abajo en la calidad de vida compatriota.
—Ahora cabría recomponer la jerigonza. Un bolívar patuleco, para una revolución patuleca. Patuleca, en lo moral y gerencial. Patuleca de eficacia, eficiencia, honestidad. Patuleca a la hora de proveer servicios básicos como, energía eléctrica, agua potable, salud, seguridad, higiene y hasta urbanidad:
—¡“El Negrito” Obama —o Uribe o Alan García— que vaya a “lavarse ese paltó”!…
Pero uno se queda sin saberlo. Quizás, quién deba enjabonase, el paltó o cualquier geografía corporal sea la que no puede, ni siquiera, abastecerse del preciado papel toalet. Hasta en el aseo urbano y personal, la Revolución es, patuleca.
Los que el vienes pasado regresamos a casa, con supuestos 100 bolívares fuertes en el bolsillo, nos levantamos al día siguiente, con 50 patulecos o patulequitos. No hubo necesidad del “la bolsa o la vida”, ni que uno o varios de los bolibanqueros, esquilmaran nuestros ahorros. Bastó, la admisión aunque haya sido parcial, de una verdad inocultable: que el próximo febrero, cumplimos 11 años de corrupción y de donaciones mil millonarias a chulos internacionales de toda laya.
Algo olía mal en la Dinamarca de la Revolución. Lo percibimos cuando se decretó el nuevo signo monetario comunitario con Cuba. Un prócer magnífico, pero que por aquello que nadie es profeta en su tierra, contabilizó detractores acérrimos, en algunos de sus coterráneos.
—Así será de bufa esta guerra de independencia, que hasta “Toñito” Sucre, es mariscal.
En aquel caso, gente que confundía de manera aviesa los buenos modales, la cortesía, la erudición, la condición detallista del héroe de Ayacucho.
¿Sucre? Más acorde con el ideario, con la coprolalia, pero sobre todo, con las ejecutorias de la sedicente “Revolución”, hubiese sido denominar la nueva unidad de cambio, cuban-venezolana, como los “Boves”, los “Tomás Funes”, los “Petróleo Crudo” o los “Al Capone” porque el espíritu del mafioso, está todavía representado en la isla en las millares y millares de jineteras.
¿Hacia qué despeñadero se precipita nuestra civilidad y con ella el “patuleco”?
En lugar de pronósticos sombríos, preferimos evocar tiempos mejores, en la paridad cambiaria. Por ejemplo, el episodio de la zaga del “Agente 007” en la que el espía, se enfrenta, cara a cara, con uno de sus archirivales. La escena se desarrolla así:
—Ustedes tendrán que depositarme —lo emplaza el temible “Doctor No”— 20 millones de dólares, en francos suizos, bolívares o en cualquier otra moneda dura. Caso contrario, ahora mismo, le voy a partir la cabeza con esta botella de Dom Perignon, cosecha 1967.
—Lástima —le replica el “007” sin perder el glamour— la del 1967, no es la cosecha de mi predilección… Y entonces, Bond, es el que le pega el botellazo al villano ávido de bolívares que sí eran fuertes.
Al día siguiente de la macrodevaluación, en lugar de bancaria, lo que se generó fue una gran corrida de artefactos de la línea blanca. Nadie quería ni quiere guardar bolívares. Ni siquiera el alto funcionariado bolivariano, que ahora exige que la gente se “baje de la mula” con electrodomésticos. “Po’que de tostadora pa’rriba, to’ es cacería”.
enopinion.tripod.com
- 23 de julio, 2015
- 29 de mayo, 2025
- 29 de mayo, 2025
- 28 de septiembre, 2008
Artículo de blog relacionados
Por carlos Alberto Montaner El Nuevo Herald Madrid — A mediados de agosto...
13 de julio, 2008El Nuevo Herald El encierro comenzó cuando el cataclismo ya era inevitable. Al...
16 de abril, 2020Por Carlos Malamud Infolatam México. – Tal como estaba previsto no hubo sorpresas...
21 de junio, 2010Por Alberto Benegas Lynch (h) Diario de América Lo extraordinario del ser humano...
20 de junio, 2008