De la catástrofe, renovación
El 99,9 %(y cerca de 58 nueves más) del universo – se está expandiendo a matacaballo – está más allá de la atmósfera terrestre. ¿En qué se expande? Es difícil de decir. Podemos decir que hay un montón de cosas en el espacio: sostenga un centavo delante de la vista y estará bloqueando la visión de tres galaxias – miles de millones de estrellas entre otras cosas – a 350 millones de años luz de distancia, lo que viene a ser la vuelta de la esquina del universo.
Pero hay mucho más espacio que materia en el espacio: si sólo hubiera tres abejas en Estados Unidos, el aire tendría más abejas que estrellas el espacio. Pero hay más materia además de estrellas zumbando por ahí, y hace 65 millones de años – antes de ayer en el calendario de 14.000 millones de años del universo – cantidades masivas de materia ingresaron en la atmósfera terrestre viajando más rápido que la bala de un rifle de calibre elevado.
Un resultado fue una montaña de 16.000 pies, Bombay High, que nunca ha sido escalada porque se encuentra bajo el mar en la costa oeste de la India. Otro resultado fue "el colapso mundial del clima y los ecosistemas" que condujo a las extinciones en masa de los dinosaurios y las dos terceras partes de la fauna marina, y la destrucción de gran parte de la flora del planeta. Eso conjetura Sankar Chatterjee, de la Texas Tech University.
"Catastrofismo", el estudio de los episodios desastrosos de la historia geológica de la Tierra, siempre ha postulado un choque cósmico que da lugar a la extinción súbita. Hay "anomalías de iridio" – las concentraciones de ese mineral que sugiere un origen extraterrestre. También hay 10.000 veces más carbono de lo normal en la franja temporal geológica de hace 65 millones de años, una capa mundial de hollín fruto de los incendios prendidos por el impacto de un asteroide gigante.
El consenso dice que creó el cráter del Chicxulub en México de 110 millas. Pero Chatterjee dice que hay un cráter, Shiva, de más de 300 millas de ancho, en la plataforma occidental de la India, probablemente formado por un asteroide o un trozo de uno, con 25 millas de diámetro.
Cree que es posible que Shiva y Chicxulub fueran creados por trozos de asteroides diferentes que se fragmentaron al ingresar en la atmósfera. La energía del fragmento que produjo el Chicxulub se estima que fue equivalente a la explosión de 100.000 millones de toneladas de TNT – 10.000 veces el potencial explosivo del arsenal mundial de armas nucleares. El fragmento mucho mayor que dio lugar al Shiva podría haber empujado al norte a la India. La India era por entonces una isla que recorría de tres a cinco centímetros al año. Luego vino lo que ha sido un misterio para los estudiantes de la tectónica de placas – el ascenso de la placa índica al asombroso ritmo de 15 a 20 centímetros al año.
Los dinosaurios, que abundaban en la India, habían vivido mil veces más de lo que han vivido los seres humanos. Luego, ellos y más del 75 por ciento de las especies botánicas y animales de la Tierra murieron. Tal vez las dos colisiones, combinadas con una gran actividad volcánica en esa era, parte de ella causada por las colisiones, desparramara el polvo suficiente como para bloquear la luz solar, creando una noche perpetua y lluvia ácida e impidiendo la fotosíntesis y provocando la extinción de muchas criaturas. O tal vez se provocara un episodio glacial por el efecto pantalla a la luz solar.
O tal vez el polvo y el vapor de agua tuvieran un "efecto invernadero", conservando el calor y friendo gran parte de la vida de la Tierra. El descubrimiento hace dos décadas de un lecho de fósiles de dinosaurio en el North Slope de Alaska sugiere que la temperatura era más cálida hace mucho, antes de poder culpar de ello a los seres humanos.
Antes de Darwin, mucha gente creía que ninguna especie podía extinguirse debido a que esto significaría que había sido una imperfección de la obra original de Dios. Sin embargo, 104 años antes de la publicación de "El Origen de las Especies", el terremoto de Lisboa de 1755 había hecho que algunas personas pusieran en duda que Dios hubiera creado el universo con benevolencia. Sin embargo, en 1787, otras personas – los estadounidenses los llaman Padres Fundadores- influenciadas por la física de Newton y la concepción deísta de Dios como hacedor cósmico, idearon un sistema constitucional de separación de poderes que se controlaban entre sí, replicando la mecánica metronómica de nuestro sistema solar.
Hoy en día, sabemos que hay mucho juego en los artículos de la Constitución, y que cada 40 millones de años más o menos asteroides de un diámetro superior a la media milla golpean la Tierra. Sin embargo, la Constitución todavía dispone, y el hecho de que la flora y la fauna hayan sobrevivido a los episodios de extrema violencia de la Tierra da fe del imperativo extraordinario de la vida.
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