El niño que quería ser Tintin (II)

Por Tasso Hadjidodou
(Puede acceder a la primera parte de este trabajo aquí)
El capítulo cuatro inicia así: “Desde lejos veo a Félix en la puerta de ‘Golosinas’, quien me pregunta: ‘¿Qué te pasa chaval? Vaya pinta que traes’. Entramos en la tienda del señor Plans. ‘¿Te gusta Tintin?’, me preguntan. Y, después, el capitán Haddock, Milú, Tintin y yo estamos dando un paseo por el bosque de Moulinsart cuando oímos llorar a una niña, una gitanilla que se ha perdido. Tintin y yo la ayudamos y la acompañamos. ‘Voy a hacer todo lo posible para que las cosas me vayan mejor y todos me miren como a los otros niños que no son tan tontos como yo. Eso es lo que haría Tintin’.
‘Pero ¿qué haría Tintin en mi lugar? Tendré que ser tan valiente como él y actuar. Mi madre dice siempre que hay que enfrentarse con la situaciones más difíciles sin miedo, que es la única forma de superarlas’. El grupo entero mira el portal de ese hombre al que llaman Gordo, pero que ni es gordo ni nada. Lo que pasa es que se empeñan en llamarlo así. Emprendemos el camino de vuelta tranquilamente, casi sin hablar. Pienso en decirle que le he comprado un regalo, pero creo que no es el mejor momento. O, a lo mejor, es que no me atrevo’.
Ahí están —dice de repente, señalando la tienda de caramelos. Efectivamente, delante de Golosinas está todo el grupo. En cuanto nos ve, Julita se acerca corriendo hacia Leticia y la abraza. —¿Cómo te has escapado?, le pregunta. —David me ha ayudado, explica mi amiga. —Se ha portado como un héroe. —Sí, como un héroe de Tebeo, dice Gilberto en tono burlón.
—Eso es lo que es, un personaje de Tebeo. Un muñeco.
—No soy eso que tú dices, respondo. —A mí no me ha tenido que rescatar una chica, como a ti. Esta es una de esas veces que uno se da cuenta de que se ha pasado. Todos se dan cuenta.
‘No deberías pelear por tan poca cosa’, dice Leticia. ‘Tintin no haría eso jamás. Nosotros no tenemos ninguna intención de termina estas peleas’, pienso. Todos salimos corriendo de allí antes de que las cosas se compliquen aún más. Y ahora os dais la mano como buenos amigos —ordena Leticia. Yo no quiero. Yo sí quiero, responde ella con firmeza. ‘Lo siento’, dice Gilberto. ‘Perdóname’. ‘No, perdóname tú a mí’ —digo con la mirada puesta en el suelo. Eso me frustra más —dice ella—. Quiero ver cómo os lleváis bien a partir de ahora’.
Te iba atraer el libro de Tintin que te prometí —le comento. Pero pensé que a lo mejor te iba a gustar más este regalo. ‘Qué es esto?’, exclama, mientras abre el pequeño paquete que le acabo de entregar. Leticia me mira sorprendida, cuando descubre el frasquito de colonia. —Vosotros tenéis vuestros problemas y yo tengo los míos. —Ni pero, ni nada, le respondo cerrando la puerta.
Me quedo solo, pero a gusto. Estoy agotado. Ha sido un día muy duro, posiblemente el más duro de mi vida. ‘Creo que ya he empezado a vivir mis propias aventuras en mi mundo, y la verdad es que ha gustado bastante. Y creo que me puede gustar más. Sí, me parece que me va a gustar estar en este mundo… aunque sea muy complicado”.
Me meto en la cama y, por primera vez en mi vida, apago todas las luces y cierro los ojos. Pienso en que Leticia estará leyendo en este momento ‘la historia de la niña gitana perdida en el bosque’ y que mañana comentaremos. Me parece que a partir de ahora será mucho más divertido leer las historias de Tintin si a Leticia también le gustan. Sí estoy convencido de que vivir en este mundo va a resultar muy divertido a partir de ahora.
¡Qué canto de fe en el futuro! Este cuento se ha acabado”.
- 3 de julio, 2025
- 29 de junio, 2025
- 5 de noviembre, 2010
Artículo de blog relacionados
Perfil El caso Schoklender no hizo más que reiterar un problema sistémico que...
5 de junio, 2011Por Juan Camilo Restrepo Portafolio En Argentina, la popularidad de la presidenta Cristina...
26 de agosto, 2008Caido del Tiempo Discursos ingeniosos o buenas salidas no son de uso más...
17 de noviembre, 2017- 16 de febrero, 2016