Un nuevo muro está por levantarse en Berlín
Berlín. – En un depósito oscuro, un nuevo muro de Berlín toma forma.
Cerca de 1.000 piezas, cada una de casi 2,5 metros de alto, casi un metro de ancho y de poco menos de medio metro de grosor ya han sido creadas. Pronto, serán unidas y se convertirán en parte de una barrera de 1,6 kilómetros en el centro histórico de la ciudad, a lo largo del camino sobre el cual se ubicaba la vieja muralla, desde el Reichstag hasta la Puerta de Brandenburgo y más allá.
Pero este muro de Berlín no será permanente. Está hecho de poliestireno y tras su instalación será demolido.
Almut Schoenfeld/The Wall Street Journal
Vea fotos que muestran algunas de las piezas del nuevo muro de Berlín
La noche del 9 de noviembre, exactamente 20 años después de que los alemanes del este empezaran a derribar a martillazos el muro original de concreto en su camino hacia el oeste, la primera sección será derribada y todo el resto caerá, como piezas de dominó.
"El día representa un gran cambio, porque con el muro de Berlín cayeron también muchas otras murallas y barreras, no sólo aquí", dice Moritz van Dülmen, organizador de lo que se conoce como "Dominoaktion".
La caída del muro de Berlín en 1989 revolucionó la historia mundial, con piezas de dominó que cayeron en todo el mundo, aunque no en la dirección que el oeste temía durante la Guerra Fría. Uno a uno, los gobiernos comunistas de Europa del Este se vinieron abajo. La cortina de hierro fue desmantelada. La Unión Soviética se desintegró. Alemania se reunificó. Y las tensiones entre el Este y el Oeste disminuyeron.
Las secciones del muro en forma de dominó alineadas en el depósito industrial provienen de escuelas y organizaciones cívicas en todo Berlín, Alemania y varios países. Han sido pintadas, la mayoría con imágenes y mensajes de paz, en imitación del graffiti que cubría el lado occidental del muro original de 43 kilómetros que dividía Berlín Occidental de Berlín Oriental. Algunos dominós, de regiones todavía divididas como Corea y Medio Oriente, son símbolos de esperanza.
Palomas, flores y arco iris están entre las imágenes más comunes. "Libertad", "alegría" y "milagro" son palabras favoritas. La mascota de Berlín, un oso de peluche, es recurrente. Algunas recuerdan a personas que murieron tratando de cruzar el muro. Otras recuerdan problemas actuales, como el hambre y la guerra. Una expresa rabia, con un puño que estrangula la bandera alemana. Otra, pintada para parecer una maleta, simboliza la oportunidad, la posibilidad de viajar libremente sin fronteras.
Los organizadores de la agencia local que coordina grandes eventos estiman que se han usado 1.560 galones de pintura y más de 10.000 pinceles para cubrir casi 3.500 metros cuadrados de superficie de dominó. Un convoy de 40 camiones espera para transportar las piezas, que pesan 18 kilos cada una, a la ubicación del muro original.
Se colocarán a casi un metro las unas de las otras, ancladas en una base de acero para que el viento no las tumbe e iluminadas por bombillos que iluminarán toda su extensión. La instalación durará cinco días, del 2 al 7 de noviembre, con la ayuda de 1.000 voluntarios. El muro original empezó a erigirse al resguardo de la noche el 13 de agosto de 1961; hoy quedan sólo algunos pedazos originales en su lugar.
Los organizadores estiman que los dominós de poliestireno caerán en ocho minutos. Pero planean derribarlos en secciones, con interludios musicales de una orquesta dirigida por el argentino-israelí Daniel Barenboim y discursos de líderes internacionales que se espera acudan al evento.
"Esto va parecer extraño", dice van Dülmen, "pero debo admitir que en algún momento durante este proceso de muchos meses me nació un gran respeto por los logros logísticos de los constructores del muro inicial. Sólo hemos construido 1,5 kilómetros. Entonces, construyeron un muro a través de toda la ciudad".
Un segmento significativo de la población de la ciudad, aquellos menores de 20 años, nunca conocieron el Muro de Berlín.
"Sabemos de su existencia por nuestras tías, tíos, madres, padres, abuelas y abuelos, y las clases de historia. No sabemos como se siente ser testigo de un momento tan increíblemente importante en la historia", escribieron los alumnos de décimo grado de la escuela secundaria Paulsen en Berlín. "No es lo mismo que te lo cuenten que haberlo vivido".
Dülmen se sintió encantado cuando esta carta y otras de muchas más escuelas llegaron a su oficina a medida que se corría la voz sobre su proyecto. La generación de menos de 20 años era su objetivo principal pero, dice, "temía que lo encontrarían ridículo o demasiado trabajoso". Pero, lejos de eso, 5.000 estudiantes, desde primaria a la universidad, se han involucrado en el diseño de las fichas de dominó.
"Queremos tener nuestra propia parte en la historia", dice la estudiante de Paulsen Tamina Wiegand.
- 23 de julio, 2015
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