Paraguay: Plataforma de inversión de capital extranjero
Es sumamente interesante, e inclusive irónico, observar cómo la mesa “socialista” de negociación finalmente reconoció que para obtener “el precio justo” debían lograr la venta de energía de Itaipú al mercado brasileño; un mercado competitivo donde el precio de la energía está determinado por la interacción de la oferta y la demanda.
Con el acuerdo Lugo-Lula queda clara la intención de integración energética y económica entre el Paraguay y el Brasil. Sin embargo, las asimetrías entre ambos países son considerables. Por un lado tenemos al Brasil, un país altamente industrializado que se encuentra entre una de las potencias económicas emergentes, que comenzó su reestructuración y liberalización energética en 1998, pasando por diferentes etapas de privatización y apertura del mercado energético, creando así una gran expansión en el sector energético que acompañó a su expansión económica. Por otro lado tenemos a nuestro querido Paraguay, uno de los pocos países de Latinoamérica que no ha realizado ningún tipo de reforma de liberalización de su sector energético, reduciendo así todas las posibilidades y oportunidades de industrialización y al mismo tiempo limitando la competitividad del país en los mercados internacionales.
Ninguna fórmula socialista podrá conseguir disminuir las grandes asimetrías económicas y tecnológicas entre ambos países. La única posibilidad de quitar al país del atraso económico y llevarlo hacia la prosperidad económica es mediante la receta capitalista; utilizar al Paraguay como una gran plataforma de inversión directa de capital extranjero, así como lo planteaba el Dr. Carlos Mateo en el último encuentro internacional de energía de la Federación de Industrias del estado de São Paulo (FIESP).
La inversión directa de capital se debe dar en dos modos y de forma paralela: La inversión directa de capital en industrias y la inversión directa en infraestructura energética; ambas son inseparables, una no puede existir sin la otra, y ambas requieren de estabilidad política y la máxima seguridad sobre la propiedad privada y las inversiones. Ningún inversionista se aventura a invertir grandes sumas de capital y con retorno a largo plazo en un país con tendencias chavistas y socialistas. Entonces, es de suma importancia que los representantes y asesores del Gobierno, bajo la administración de Lugo, comprendan que el Estado ya no es la fuente de grandes inversiones como lo fue en el pasado. El Estado debe limitarse a asegurar el respeto a la propiedad privada y las inversiones extranjeras, incentivando las grandes inversiones privadas.
Créase o no, en el Paraguay existe un marco legal que incentiva la inversión en las diversas actividades del sector energético, la Ley Nº 3009/2006 del “Productor Independiente de Energía Eléctrica”, en la cual se establecen las condiciones para la generación de energía eléctrica por parte de inversionistas privados, como así también la participación en la generación hidroeléctrica con contratos de riesgo compartido con la ANDE y las inversiones en sistemas de transmisión de energía eléctrica por capital privado. Este marco legislativo hasta ahora no fue utilizado por dos motivos. Primero, nadie invierte en un país corrupto y con tendencias socialistas. Segundo, hasta ahora no existía un nexo al mercado brasileño.
El acuerdo Lugo-Lula abre las puertas a posibles inversiones directas de capital en el área de generación y transmisión de energía eléctrica con capitales privados, lo que subsecuentemente da como resultado la inversión directa en industrias electro-intensivas. El acuerdo presidencial menciona: la comercialización en el mercado brasileño por la ANDE de energía de Itaipú correspondiente a los derechos de adquisición del Paraguay y de energía proveniente de recursos actuales de la ANDE y de otras fuentes de generación del Paraguay. Estas otras fuentes de generación son las futuras plantas de generación que deben ser totalmente financiadas por capitales privados.
Un nuevo acuerdo está siendo elaborado ahora por ambas mesas de trabajo. Para dar inicio a la inversión privada en generación con miras al mercado brasileño y poder utilizar la Ley Nro. 3009/2006 se necesita establecer dos puntos principales; que Itaipú sea el punto de integración e interconexión entre ambos sistemas y que las instalaciones de la central sean de acceso libre para la entrega de energía paraguaya de otras fuentes de generación. Estos dos puntos crean el nexo con el mercado brasileño y la posibilidad de invertir capital en el Paraguay para la venta de energía al Brasil. Entonces, una vez determinados estos criterios, un inversionista podría construir una planta generadora en cualquier lugar del país, pagar a la ANDE por la tarifa de transporte de energía hasta la central Itaipú (punto de entrega) y luego comercializar esa energía en el mercado brasileño, ya sea con un comercializador o con contratos bilaterales con consumidores libres.
Este es un momento decisivo para el Paraguay; el Gobierno no debe limitarse a vender la energía de Itaipú al mercado brasileño, debe incentivar todo tipo de inversión directa de capital que origine fuentes de trabajo, intercambios de tecnología y capacitación de profesionales paraguayos.
El autor recibió el título de ingeniero eléctrico en Temple University, USA, y el título de máster en ingeniería en sistemas de potencia en Florida International University, USA. Actualmente se encuentra trabajando como consultor del área de Planificación Energética.
- 23 de julio, 2015
- 29 de mayo, 2025
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