Un voto castigo por partida doble
LONDRES.- Los resultados definitivos sólo se conocerán hoy, pero ya es evidente que el mayor ejercicio democrático transnacional del mundo, con más de 9000 candidatos en 27 países, ha servido al electorado europeo para asestar un doble voto castigo.
El primer garrotazo fue dirigido, en forma indirecta pero muy concreta, a las fuerzas de centroizquierda a nivel nacional. A pesar de que más de un 70% de la legislación de cada país tiene su origen en Estrasburgo, los europeos tienden a considerar a los eurodiputados irrelevantes, distantes y con salarios de 10.430 dólares mensuales que realmente no merecen.
Por eso, suelen aprovechar la ocasión para enviar un mensaje de advertencia a sus gobiernos, convencidos de que no afectará el panorama político nacional. Pero esta vez, el tradicional impulso contestatario parece haberse limitado a castigar a las fuerzas de la centroizquierda moderada, sin importar si éstas se encuentran en el poder o en la oposición.
Socialistas y liberales perdieron asientos en Alemania, donde forman parte del gobierno de coalición dirigido por la demócrata cristiana Angela Merkel; en Francia, donde las encuestas señalan al presidente Nicolas Sarkozy como uno de los políticos más detestados de los últimos años, y hasta en Italia, donde el premier Silvio Berlusconi tiene a todos interesados en el escándalo que lo involucra con una menor de edad.
Pero también fueron duramente escarmentados en Gran Bretaña, hasta el punto de dejar al primer ministro Gordon Brown en el umbral de la puerta de Downing Street tras ser arrollado en su natal Escocia por los nacionalistas y, a nivel nacional, por el antieuropeo Partido Independentista del Reino Unido (UKIP).
En Hungría, los electores también dejaron en claro que no perdonaban al gobierno socialista por haber subido impuestos y recortado gastos públicos a raíz de la recesión. Sólo en Grecia parecen haber recogido cierto consuelo.
Jackie Davis, analista del Centro de Política Europea, atribuyó la mala fortuna de la centroizquierda a luchas intestinas. "Esto demuestra lo que pasa cuando los políticos están más interesados en pelearse por llegar al poder que en ganarlo", destacó.
En tiempos de inestabilidad económica, los europeos habrían decidido que los conservadores tienen el pulso más firme para mantener el timón. Una confianza reforzada por el coyuntural abrazo de políticas proteccionistas generalmente asociadas con la izquierda.
Una muestra concreta de que el electorado está más interesado en propuestas que en personalidades es el rotundo avance del Partido Verde, que parece haber logrado triplicar su número de bancas, y del Partido Pirata sueco, que ganó su primera banca abogando por la libertad de expresión en Internet y la eliminación de las restricciones a los derechos de autor.
El segundo y más rotundo voto de censura fue dirigido al proyecto europeo. La gran mayoría de los europeos expresaron mediante una masiva abstención su desencanto con el modelo de creciente centralización y ampliación de la Unión Europea, ejemplificado por el aún no ratificado Tratado de Lisboa.
Problema de legitimidad
Con una tasa de participación promedio del 43% (en algunos países, como Eslovaquia y el Reino Unido, apenas pasó la barrera del 20%), es evidente que el nuevo Parlamento Europeo, creado para ser la voz del ciudadano común europeo, tendrá un serio problema de legitimidad.
Por eso, cuesta calificar la de ayer de "noche de celebración" para las victoriosas fuerzas de centroderecha democráticas. Especialmente, porque algunos decidieron darle la espalda al sistema votando por partidos que predican la clausura total de la Unión Europea y el final de la defensa de los derechos humanos que Europa ha hecho su razón de ser.
En Holanda, el islamófobo partido de Geert Wilders se colocó detrás del gobernante conservador demócrata cristiano y, con cuatro bancas, se convirtió en el segundo de su país en la eurocámara.
En Gran Bretaña, el Partido Independentista del Reino Unido (UKIP) parecía anoche estar a punto de desplazar tanto al laborismo como a los liberales demócratas, mientras que el racista Partido Nacionalista Británico (BNP) ganaba su primer asiento en el Parlamento Europeo.
En Hungría, Jobbik, el partido que aboga por el exterminio de la minoría gitana y que predica el antisemitismo, parece haber obtenido sus dos primeros asientos. Lo mismo sucedía con partidos de extrema derecha en Eslovaquia y en Austria.
En Irlanda, los conservadores de Fianna Fail estarían a punto de perder uno de sus cuatro asientos, que pasaría a manos de un grupo creado específicamente para oponerse a un nuevo llamado a referéndum para ratificar el Tratado de Lisboa luego que los irlandeses lo rechazaran en junio del año pasado.
Todo esto apunta hacia un profundo descontento con un modelo de Unión Europea que parece por momentos desinteresado o incapaz de responder a los temores -reales o imaginarios- de muchos de sus ciudadanos en un mundo signado por intercambios migratorios en medio de una profunda crisis económica.
- 23 de enero, 2009
- 18 de marzo, 2025
- 3 de septiembre, 2014
- 11 de octubre, 2015
Artículo de blog relacionados
ABC Digital Días atrás, el Príncipe de Gales culpó a Galileo y a...
13 de junio, 2010- 26 de agosto, 2012
- 1 de junio, 2022
Diario de América La ciencia, dicen muchos científicos, ha sido devuelta al trono...
22 de febrero, 2010