La victoria de Martinelli
Por I. Roberto Eisenmann, Jr.
Ciudad de Panamá — Para los que invertimos 21 años luchando por la democracia con enormes costos y riesgos familiares, días como los actuales son de profundas emociones. Observar la ''fiesta electoral'' en esta cuarta versión postdictadura es sentir no sólo que la lucha no fue en vano, sino que convertimos a un país no viable en una nación con un futuro promisorio para nuestros nietos y bisnietos.
La campaña fue muy larga, muy costosa, muy negativa y muy salpicada de escándalos de ''inversiones'' monetarias de seres muy cuestionados, lo cual nos impone una clarísima agenda de reformas electorales para continuar perfeccionando la democracia.
Candidaturas independientes (ya sentenciado por la Corte Suprema); segunda vuelta (lo cual se hace imprescindible al tener candidatura sin dependientes); transparencia pública de donaciones a los partidos; calendario electoral mucho más corto, tope de gastos o aumento de la contribución estatal y que ésta sea para limitar la publicidad electoral, son reformas mínimas que tenemos que consensuar.
La victoria de Martinelli marca un nuevo fenómeno político positivo para la democracia dado que siendo un candidato de la periferia, con un partido creado y sin tradición, luego de un gran fracaso electoral en el 2004 irrumpe en el escenario, derrota a los dos partidos tradicionales de gobierno y oposición y logra lo que parecía imposible: unificar a la oposición viable, y ganar la presidencia con un mandato histórico impresionante y con máximo apoyo en la clase popular y la juventud, todo esto a pesar de que Martinelli pertenece al empresariado de Panamá típicamente resentido por los mismos grupos que lo eligen, y que se enfrentó a una candidata perteneciente al nivel socioeconómico popular.
Este fenómeno, junto a la reciente sentencia de la Corte Suprema sobre las candidaturas independientes, va a airear el cerrado sistema político-partidario desde hoy mismo. Los partidos tradicionales (hoy en crisis universalmente) se verán forzados a reinventarse frente a las nuevas realidades y pasarán de ser 100% electoreros a procurar convertirse en organizaciones políticas educadoras, orientadoras y organizadoras a tiempo completo. La oposición del momento tendrá que pensar, entre otras cosas creativas, en un ''gabinete a la sombra'' para opinar y orientar sobre cada acto de gobierno, ya que oponerse a todo sin razonar no funcionará.
Además de tener que perfeccionar la democracia electoral y partidaria hay una enorme tarea de vigorizar la democracia participativa a través de una ciudadanía competente, también a tiempo completo. La primera tarea es lograr que se cumplan las promesas electorales de los elegidos, procurando el prometido cambio y la gobernabilidad a través de acuerdos y consensos para resolver los graves problemas de estado en los que se perdieron cinco años con el gobierno que fenece: educación, salud, seguridad, transporte y eliminación de la corrupción. Ninguno de estos problemas de estado se puede resolver sin contar con el apoyo de la sociedad, y la solución a todos necesita iniciarse el día 1 de julio; no hay tiempo que perder.
Todavía es difícil conocer la composición y balance del órgano legislativo, pero si el fenómeno Martinelli se traslada a éste será más fácil el cambio prometido, aunque, si no es así, también será positivo para la democracia el contrapeso opositor.
Felicitémonos todos por esta cuarta elección postdictadura con resultados claros, aceptados con tolerancia por todos. Felicitaciones específicas para Ricardo Martinelli, el nuevo presidente de todos los panameños, por haber logrado un fenomenal mandato y un fenómeno nuevo para la política panameña; a su vicepresidente –Juan Carlos Varela– por haber tomado la decisión política correcta; a Balbina Herrera por haber hecho una pelea digna a pesar del poco apoyo de figuras importantes de su propio colectivo, aunque lamentablemente le faltó hidalguía al no reconocer ni felicitar la victoria del presidente electo, al Tribunal Electoral por un trabajo eficaz y transparente, a todos los medios independientes por la cobertura de este evento histórico y a todos nosotros, los ciudadanos de este privilegiado país, por una jornada electoral ejemplar.
Ahora, ''¡al trabajo sin más dilación!'' Las grandes expectativas pueden producir igualmente grandes desilusiones si no se cumple de inmediato con lo prometido. Miremos hacia nuestro futuro con optimismo.
El auotor fue director del diario panameño `La Prensa'.
© Firmas Press
- 15 de diciembre, 2010
- 22 de febrero, 2012
- 7 de febrero, 2009
Artículo de blog relacionados
El Nuevo Hearld Cuando el presidente de China Hu Jintao visite Latinoamérica a...
4 de abril, 2010Clarín El ingreso de Venezuela al Mercosur es un acontecimiento esencialmente político, no...
5 de agosto, 2012Por Pedro Rodríguez ABC WASHINGTON – Lo que funciona en época de primarias...
4 de julio, 2008Por Vicente Carrillo-Batalla CEDICE Las sociedades de los países industrializados del siglo XXI,...
12 de septiembre, 2006