Tea parties y ‘reducción’ de presupuesto
La prensa nacional trató de ignorarlos. La administración de turno los tildó de ''extremistas''. Pero el pasado 15 de abril más de un millón de estadounidenses se unieron, espontáneamente, para defender equidad y libertad.
Al igual que el tea party original en la bahía de Boston en 1773, causado por lo que los ciudadanos de entonces describieron como ''tributación sin representación'', los tea parties de 2009 tuvieron lugar en respuesta a un gobierno que trata a sus ciudadanos como muñecos de trapo bajo su comando en lugar de ciudadanos con derechos inalienables recibidos de su Creador.
Los observadores de los eventos reportaron más de 850 tea parties a lo largo y ancho del país en un día, 15 de abril, que marca el plazo anual de pago de impuestos sobre la renta, y que el comentarista Sean Hannity bautizó como ''Tim Geithner Day'' en sarcástica alusión al incompetente muñequito que Obama y el Senado han puesto a cargo del Departamento del Tesoro, a pesar de que trató de burlar sus propios impuestos personales.
Un aspecto particularmente impresionante de estas manifestaciones multitudinarias es que no había un donante multimillonario que cargara con los gastos, o una organización militante que hiciera el trabajo de promoción y ejecución, o una prensa nacional que reportara las noticias de los preparativos. Políticos y comentaristas liberales hicieron su mejor esfuerzo por desacreditar los tea parties. Primero denunciándolos como un ''plan republicano'' y, segundo, como ''una reacción de gente rica avariciosa que no quieren pagar más impuestos''. David Axelrod, el principal estratega de Obama, dijo en el programa Face the Nation de CBS-TV que «el movimiento de los tea parties es, potencialmente, malsano''.
La prensa nacional y el Partido Demócrata (que son, esencialmente, la misma cosa) no comprenden, o carecen del coraje para comprender, que los asistentes a los tea parties no eran necesariamente republicanos. Eran ciudadanos disgustados con el derroche de gastos gubernamentales cuando se hacía bajo Bush y como se está haciendo bajo Obama. Este es un movimiento poderoso que está hastiado de políticos irresponsables en ambos partidos. En la gran mayoría de los tea parties se prohibió a los políticos que hicieran uso del micrófono.
Los participantes en estos eventos no estaban simplemente indignados por los proyectados aumentos de impuestos; esos ciudadanos están alarmados por lo que ellos ven como el aumento en el rol del gobierno en sus vidas y por la inmensa carga tributaria que puede muy bien arruinar a las generaciones futuras.
El presupuesto para el año fiscal 2010 presentado por el Presidente aumentará la deuda nacional en 9 trillones de dólares ($9.000,000.000,000) sobre los próximos ocho años. Para ese entonces, el pago de intereses en esa deuda será de 860 billones de dólares ($860,000.000,000) anuales. Esa cantidad ¡es el doble del presupuesto de Defensa de hoy!
El título de ese presupuesto es ''Una nueva era de responsabilidad''. ¿Podrán los lectores imaginar qué tiene de ''responsable'' el aumentar la deuda nacional en 9 trillones de dólares en ocho años? Eso significa que un estudiante promedio de 21 años de edad que se gradúe en la universidad este año tendrá que pagar $114,000 durante el curso de su vida solamente para pagar los intereses sobre la deuda nacional. La deuda de Obama.
No tengamos duda de esto: la fuerza impulsora de los tea parties es la causa de la libertad. Cada vez se hace más claro que hemos electo al presidente y al Congreso más radicales en la historia de Estados Unidos. Esta es una pandilla de extrema izquierda que quiere aumentar impuestos, debilitar las instituciones de caridad, iglesias, sinagogas, imponer una agenda secular radical, crear burocracias aun mayores y tomar más y más control del sector privado. Esta es una pandilla de extrema izquierda dedicada a centralizar el poder en Washington.
Pero se han encontrado con una inesperada piedra en el camino. Por más que la administración y sus voceros, a través de esa prensa nacional deshonesta ha tratado de desacreditar lo que sucedió el 15 de abril, algo muy curioso tuvo lugar sólo cinco días después. El lunes 20 de abril, en consejo de ministros, el presidente Obama, en un cínico esfuerzo político por probar que los motivos de los tea parties no tenían base, instruyó a sus ministros a hacer una reducción colectiva de sus presupuestos… ¡de 100 millones de dólares! A la luz de un presupuesto de 3.69 trillones de dólares para el 2010, esta ''reducción'' representa 13 minutos de gasto federal o 0.0029 por ciento del presupuesto. Para poner en perspectiva esta ''reducción'' consideren esto:
• Representa ¼0,000 del presupuesto federal.
• Es 1/7830 del tamaño del «paquete de estímulo''.
• Reduciría el déficit de este año en 1/1845.
• Equivale a una reducción de un dólar en un presupuesto familiar de $40,000 anuales.
Refiéranse al gráfico que acompaña a esta columna. Observen el ''tamaño'' de la ''reducción'' del presupuesto. Lo que es insultante, indignante, es que el presidente Obama piense que los ciudadanos somos unos idiotas. Pero su acción no nos deja otra conclusión. Esa acción es más que hipócrita. Es intelectualmente deshonesta.
- 23 de julio, 2015
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