EE.UU. debe cuidarse de no seguir el ejemplo japonés
El congresista Paul Ryan de Wisconsin, un líder republicano joven y económicamente astuto, considera que el paquete de estímulo a la economía que se está debatiendo en el Congreso estadounidense está lleno de problemas, pero se podrían resumir así: teme que Estados Unidos esté repitiendo los mismos errores que cometió Japón al tratar de sacar a su economía de la sala de cuidados intensivos en los años 90.
La crítica de Ryan es importante en parte porque se está dando con mayor frecuencia entre los republicanos en el Congreso. De hecho, probablemente abundará esta semana, cuando el Senado debata su versión del plan de estímulo económico, después de que la Cámara de Representantes aprobara su paquete la semana pasada. Esta es la crítica, a groso modo: Japón, a principios de los años 90, al igual que EE.UU. en la actualidad, sufrió el colapso de una burbuja inmobiliaria que desató una crisis bancaria y de crédito que deprimió toda la economía. El gobierno trató de estimularla con dosis gigantescas de gasto fiscal. La medicina no reanimó la economía, pero provocó un déficit fiscal que obligó al gobierno a aumentar los impuestos más adelante, algo que prolongó los problemas de Japón durante años.
Así que, ¿está EE.UU. a punto de repetir esa infeliz experiencia? Ciertamente hay similitudes entre el Japón de entonces y el EE.UU. de hoy en día. Pero también hay algunas diferencias clave.
La más importante es que el paquete de estímulo que se está gestando ahora tiene distintos componentes de gasto que los implementados por los japoneses, y es posible que su impacto en la economía se note con mayor celeridad.
En cualquier caso, el debate acerca del precedente de Japón incide en la pregunta clave en relación al paquete de estímulo, que frecuentemente se pierde en medio de todo el ruido político: ¿funcionará?
El congresista Ryan argumenta que Japón, ante la misma encrucijada en la que se ve EE.UU., "apostó por generar un déficit con grandes gastos en infraestructura pero languideció…aumentó su deuda con un gasto keynesiano y no funcionó".
Su temor es que EE.UU., al lanzar un enorme paquete de estímulo fiscal ahora deberá, al igual que Japón, implementar escalofriantes aumentos de impuestos en el futuro para cuadrar las cuentas. "Temo que estemos propiciando una década perdida en Estados Unidos con una política fiscal equivocada", observa. Un nuevo estudio de los republicanos en el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, donde Ryan es el congresista republicano de mayor rango, sostiene que los errores de política económica de Japón provocaron "un largo período de estancamiento".
En todo caso, junto a los inquietantes paralelos entre entonces y ahora, hay diferencias importantes. La mayor, como apunta el propio Ryan, es que Japón cometió un error fundamental en política monetaria, que la Reserva Federal no ha repetido. Al principio de la crisis, Japón instituyó una política de alza de tasas, mientras que la Fed ha hecho lo contrario.
Además, C. Fred Bergsten, ex funcionario del Tesoro y experto en economía internacional, alude a una diferencia significativa entre el paquete de gasto que prepara el gobierno de Obama y la versión usada en Japón. "Casi todos los programas japoneses fueron para lo que llamamos puentes y carreteras", dice.
El paquete de estímulo de EE.UU., en cambio, tiene una composición considerablemente más variada. Cerca de la mitad del gasto corresponde a recortes de impuestos y gasto en programas como seguro de desempleo, capacitación de trabajadores y beneficios de Medicaid ¿el seguro de salud para personas de bajos ingresos¿ para los estados. La mayoría de los analistas en ambos lados del espectro político concuerda que estos fondos serán inyectados rápidamente en la economía. Sobre el gasto restante, Bergsten apunta, sólo una parte pertenece a la variedad tradicional de puentes y carreteras.
Barry Eichengreen, un economista de la Universidad de California en Berkeley, dice que uno de los problemas con el plan de estímulo de Japón era que fue lento y dubitativo. "Mi interpretación de la experiencia japonesa es que el estímulo fiscal no funcionó porque fue retrasado, esporádico, demasiado pequeño y débil en un principio", advierte.
La otra gran lección de Japón, añade Eichengreen, es que "el estímulo fiscal por sí solo no pondrá fin a una profunda recesión causada por una crisis bancaria. Se necesita arreglar el problema bancario y reencauzar los mercados financieros al mismo tiempo que se reemplaza parte del gasto privado que se ha evaporado con gasto público".
Adam Posen, subdirector del Instituto Peterson de Economía Internacional, concuerda que los errores de Japón en la ejecución del paquete de estímulo ¿ sobre todo al aumentar los impuestos¿ impidieron que tuviera un efecto pleno sobre la economía.
La lección más importante es que la experiencia japonesa fue agridulce e incluyó muchos errores que EE.UU. no está condenado a repetir.
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