Las crisis: viejas dolencias
La crisis económica que hoy embarga a la sociedad internacional está dejando escapar, por parte de algunos jefes de Estado de la América Latina, curiosas y hasta inverosímiles expresiones.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha declarado, muy aplomado, que la actual demuestra la decadencia del capitalismo. Si esto fuera así, el capitalismo habría estado en crisis desde su nacimiento.
En el siglo XIX, para no remontarnos muy lejos en el pasado, hubo una crisis decenal con tal exactitud que algunos teorizantes, en las postrimerías de ese siglo hablaron del ciclo decenal como característica del sistema.
Para no proseguir por este camino, más pintoresco que interesante, y pasando a aspectos más serios, diríamos que el ciclo, es decir, el desarrollo signado por altibajos crónicos, fue rasgo característico del capitalismo desde su nacimiento.
El desempeño histórico del capitalismo puede representarse en lo gráfico por una línea que asciende, se detiene y cae para volver a subir. Pero la curva tendría una singularidad, los ascensos no sólo llevan la línea al punto supremo que ya habían alcanzado, la ponen más arriba. Porque el capitalismo es el sistema más dinámico que haya conocido la especie humana en toda su historia.
Un sistema que produce para vender o compra para producir y un sistema, además, que es internacional por excelencia, tiene que ser muy dinámico. Tan dinámico es el capitalismo que en sus primeros dos siglos, entre 1600 y 1800 ya había creado una economía mundial cuando al iniciarse ese ciclo, la economía era aun sólo local o a lo sumo nacional.
Estas cosas las destaca Carlos Marx en ese monumento que son los tres tomos de “El Capital” que sigue siendo, a casi dos siglos de su redacción, el análisis más completo, más justo y más exacto hecho de todo el orden capitalista. Las crisis no son signo ni característica de la decadencia del sistema, lo son de todo el sistema, ahora y siglo y medio atrás.
Marx considera en “El Capital” que las crisis son periódicas. Fue él junto con Sismodi, economista burgués, el primer pensador en llegar a convencerse de que la crisis era inherente al sistema y serían cada vez más graves.
Para ello parte de las contradicciones que se tejen o se engendran en el proceso productivo entre el capital constante, el capital variable y la plusvalía. Entre más grandes sean el capital constante y la plusvalía, más hondas resultarán las crisis.
Hasta 1929 el desarrollo del capitalismo pareció, en cuanto a estas afirmaciones, corroborar la visión de Marx. La crisis de 1929 fue en efecto mucho más grave que todas cuantas la precedieron.
Sin embargo, el instinto de conservación del capitalismo engendró la teoría keynesiana que en el fondo es conservadora. Así como el comandante Chávez es en el fondo un conservador, pues mantiene muy inhibidas a las masas, el keynesianismo, hasta ahora, ha disminuido de tal manera la gravedad que ha impartido al sistema tal dinamismo y tal estabilidad que las crisis casi se convierten en antiguallas.
- 23 de junio, 2013
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