Cuál caja de resonancia
Durante la reciente pre- sentación del reporte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el presidente Colom dijo que le había quedado “como anillo al dedo”. No era para menos. Cual caja de resonancia de la publicidad oficial, el informe busca justificar un gobierno cada vez más grande, mientras critica al sector privado por la “inequidad” en los ingresos.
La parte más tendenciosa se da en el capítulo titulado “Libertad para tener” —que, por cierto, es el que más publicidad ha recibido—. En él se pretenden “demostrar” las “grandes inequidades” de nuestro país, comparando lo que ganan las empresas con lo que ganan los trabajadores. Vaya comparación… Dice el PNUD que las empresas ganan, en promedio, entre Q1 y Q10 millones anuales, mientras que el trabajador promedio gana entre Q45 y Q35 mil quetzales anuales. Al comparar la distancia entre las supuestas ganancias de empresas y trabajadores, el informe llega a la conclusión de que esa situación “… apunta a una realidad inocultable: las profundas desigualdades que califican a la nación guatemalteca y la distancia que separa el capital del trabajo”.
¿Y qué habrán esperado? ¿Qué la utilidad promedio de las empresas fuera similar al salario promedio del trabajador? ¿En qué cabeza cabe que tal comparación sea relevante? Sin embargo, no es necesario tener una gran imaginación para entender cuál es la agenda detrás de dicha comparación. Es evidente que la recomendación de política pública, como consecuencia de dicho “estudio”, sería provocar una reducción en las utilidades de las empresas para repartirlas entre los trabajadores. Al hacer esto, se alcanzaría el “cuco” del PNUD: una distribución del ingreso más “igual”.
La tendencia anti-capital de este —y otros informes— tiene un trasfondo político ideológico que se origina en las personas que repetidamente han elaborado y/o asesorado los mismos. Por ello, no sorprende que, en otra parte, el informe sugiera que “…los beneficios del desarrollo humano no los produce la economía de forma automática, espontánea y permanente. Todo lo contrario, son el resultado de demandas y conflictos. El vínculo entre economía y desarrollo humano es político, y tarde o temprano aparece como una relación de poder. En resumen, la acción del Estado por medio de su estructura de poder, junto con las demandas de las organizaciones sociales debe buscar la reducción de las desigualdades, con el fin de fortalecer el desarrollo humano”.
Y para muestra de lo anterior, la manifestación orquestada por el Gobierno para presionar por la aprobación del presupuesto público. Penosamente, el PNUD nos quiere vender un “informe académico” vestido de verde UNE, mientras se pone “como anillo al dedo” al servicio de las causas gubernamentales.
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