Bolivia: ¿Gatos pardos por líebres?

Por Ariel Segal
Analítica

El resultado del referéndum revocatorio del pasado domingo en Bolivia no garantiza una resolución de la crisis política que padece ese país a raíz de los ya constatados deseos de autonomía de seis de sus provincias, y el problema de fondo: la elaboración de una constitución cuyas leyes sean debatidas y promulgadas por una mayoría clara de la Asamblea Constituyente, sin necesidad de otro “madrugonazo” para imponerla a la fuerza, sin aprobación de sectores de oposición.

A diferencia de la contundente victoria de Evo Morales en 2005, comicios presidenciales que ganó incuestionablemente con 53,74% de los votos, resultados exactos de este referéndum dejan ciertas dudas ante la decisión del Consejo Electoral de utilizar criterios con distintas fórmulas proporcionales para decidir el revocatorio o no del presidente y de los gobernadores regionales, – lo cual despierta escepticismo sobre un posible servilismo del ente comicial al Ejecutivo – amen de denuncias de posible alteración de padrones electorales, y cifras.

Estas son consecuencias de la aguda polarización entre las posturas del oficialismo y de la oposición, que ante el estilo confrontacional del gobierno, se radicaliza, impidiendo un dialogo sincero entre ambas partes para solucionar los problemas de fondo del país. Este referéndum buscaba una salida a la crisis, y solo demuestra que Evo Morales sigue teniendo mucha popularidad y que algunas regiones, están más a gusto que otras con sus actuales dirigentes, – de hecho también fuero ratificados masivamente los prefectos de oposición – por lo cual ninguna provincia desistirá a sus aspiraciones autonómicas.

La frase más célebre de la novela de Giuseppe di Lampedusa, El Gatopardo, es aquella de ““algo debe cambiar para que todo siga igual” y Morales, intenta, cual mago, sacar una liebre de un sombrero, y podría darse con la sorpresa de que su truco materialice a un gato – ¡y pardo! – por liebre, ¡y cuidado si el felino se transforma de color y salta cuando menos se piense!