Entre el poder y la riqueza
Por Armando Ribas
Diario Las Americas
“Un despotismo electivo no fue por lo que luchamos”
Thomas Jefferson
El problema del mundo hoy, al igual que ayer, no es lo que pasa sino lo que se piensa. A 160 años de haberse publicado el panfleto filosófico más destructivo del pensamiento, “El Manifiesto Comunista”, tiene más vigencia que lo que aprendimos, o deberíamos haber aprendido de los verdaderos determinantes de la realidad que nos circunda. A esta observación se adelantó Ortega y Gasset cuando dijera: “No sabemos lo que nos pasa y eso es lo que nos pasa”. La diferencia con mi referencia al respecto de nuestra realidad es que creemos que sabemos lo que nos pasa, y en esa percepción ronda la sombra de Marx por más que hoy después de la caída del Muro de Berlín son pocos los que se atreven a citarlo o siquiera mencionarlo.
Creo procedente recordar que fue Marx quien primero reconociera el éxito en la creación de riqueza del sistema que para descalificarlo éticamente denominara “capitalismo”. No voy a insistir en la veracidad de esta observación corroborada estadísticamente por Simón Kusnetz. El problema fue la incapacidad de Marx de comprender la razón de ser de este proceso al que descalificó éticamente como la explotación del hombre por el hombre.
Pero la confusión existente a la que han contribuído decididamente los intelectuales como lo señala Schumpeter en su “Capitalismo, Socialismo y Democracia”, es continuar ignorando los verdaderos determinantes de la creación de riqueza. Ello no fue el resultado de un proceso económico per se, sino de un cambio fundamental en la concepción ética y el reconocimiento de la naturaleza falible del ser humano, que reconociera el cristianismo en “el justo peca siete veces”. Fue a partir de esta concepción ética y antropológica, que se reconoció la validez de los intereses particulares como no contrarios al interés general o, como diría Ayn Rand, de la virtud del egoísmo. En consecuencia, se creó un sistema político conciente de la naturaleza humana que permitió la libertad, en contraposición a aquellos que pretendían racionalmente modificarla, y en los que se fundaron los totalitarismos.
En este sistema institucional se reconocieron jurídicamente los derechos individuales: a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la búsqueda de la propia felicidad, y fundamentalmente el principio de que tales derechos no podían ser violados por las mayorías. El mundo hoy, por el contrario, parece más que obnubilado por la falacia de una democracia que casi por definición reconoce el derecho de las mayorías a violar los derechos individuales en nombre de las mayorías y del bien común, invocando la redistribución de la riqueza.
Nos encontramos entonces ante una alternativa de hierro. El pensamiento ético político que lleva al poder a los políticos es precisamente el que determina la destrucción de la riqueza. Después nos asombramos, y recientemente el Papa se preguntó ¿cómo es que en un mundo donde hay tanta riqueza haya tanta gente en la pobreza? En esa pregunta señera trasunta la descalificación ética del único sistema que le diera al mundo la oportunidad de superar la pobreza que había padecido universalmente hasta hace menos de trescientos años. Como bien señala Thomas Sowell en su brillante obra “La Visión de los Ungidos”, la izquierda ha logrado hacer “limpieza ética”: los que no están con ella no sólo están equivocados sino que son pecadores”.
Los partidos comunistas se apropiaron de una absurda predicción de Marx como denominación, dejando incólume la virtud del socialismo. El proyecto marxista no era otra cosa que la supuesta superación de la escasez a través de la dictadura del proletariado, encargada de expropiar a los expropiadores, léase capitalista y la supresión de la propiedad privada. Una vez terminado ese proceso se habría alcanzado la norma comunista: “de cada cual de acuerdo a sus habilidades a cada cual de acuerdo a sus necesidades”
Es casi inconcebible que el comunismo como tal haya podido ser tomado en serio por ninguna mente medianamente racional. Pero fue Schumpeter quien en la obra citada reconociera que el marxismo es una suerte de religión que promete el paraíso antes de la tumba y por ello su éxito sociológico y no económico. Y de este éxito culpa mayormente a los intelectuales por crear el antagonismo social a partir del resentimiento .compartido.
Por supuesto hoy ya no se habla del marxismo, pero el resentimiento sigue creando las condiciones para el socialismo democrático tal como lo predicaron y concibieron autores tales como Bernstein, después de reconocer el fracaso de las predicciones marxistas del derrumbe del capitalismo por sus contradicciones internas. Oponiéndose entonces a Lenín descartó la revolución así como la dictadura del proletariado y reencontró en la democracia el advenimiento del socialismo. Y lamentablemente tuvo razón, pues tal como reconociera Nietzsche, democracia y socialismo son lo mismo. Partiendo del concepto equívoco de que el socialismo era el heredero legítimo del liberalismo, escribió: “Ningún pensamiento liberal puede no pertenecer a los elementos del socialismo”. Nada más contradictorio con la realidad de estas doctrinas que por definición son antitéticas.
Desafortunadamente hoy, tal como ayer dijera Von Misses en 1922, en “Socialismo”, el problema con el socialismo es que aun los que se le oponen aceptan sus principios fundamentales (sic). La concepción democrática presente, como he dicho en anteriores oportunidades, es la versión Iluminista de la demagogia. Y como dijera Aristóteles los aduladores del pueblo tienen un gran partido. Pero cuando las necesidades crean derechos, se pretende justificar la violación de los derechos de los que satisfacen las necesidades. En consecuencia, nos encontramos ante una alternativa de hierro: La prédica que lleva al poder es precisamente la que destruye la riqueza que permite la superación de la pobreza. Así podría decir remedando al Manifiesto: “Un espectro está rondando al mundo: es el espectro de la social democracia que crea lo que Jefferson denominara un despotismo electivo”.
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