Terminó la Zafra
Por Oscar Espinosa Chepe
Diario de América
La larga zafra azucarera 2007-2008 parece haber terminado con una producción estimada extraoficialmente en alrededor de 1,4 millón de toneladas, lo cual significa un crecimiento sobre el 1,1 millón, también estimado, alcanzado en la anterior.
La molienda comenzó en diciembre de 2007, con 18 centrales en operación de los 52 programados a moler en la zafra, y se prolongó hasta junio de 2008 con el funcionamiento de varios, o sea duró 6 meses para producir una cantidad similar a los niveles logrados a inicios del Siglo XX. Los perjuicios de una zafra tan alargada son variados. En primer lugar, a medida que transcurre el mes de mayo el rendimiento industrial (RI) -porcentaje de azúcar elaborado por cantidad de caña procesada- va reduciéndose paulatinamente, con niveles extremadamente bajos en junio, hecho que afecta de forma negativa los costos. Por otra parte, la caña cortada en mayo, y mucho menos la de junio, difícilmente podrá aprovecharse en la próxima campaña, cuando se molería con mayor rendimiento agrícola e industrial. A los factores apuntados, debe agregarse que con el incremento de la humedad en los campos en esos meses, al emplearse la maquinaria para la cosecha, los suelos se compactan con serios daños para las cepas y la fertilidad del suelo.
Los planes para la zafra recién concluida aspiraban, según cálculos extraoficiales, a alcanzar 1,6 millón de toneladas de azúcar, basados en la disponibilidad de mayor cantidad de caña para procesar, debido a mejores condiciones climáticas y que trabajaron 10 centrales más con respecto a la zafra 2006-2007.
Hasta el momento se ignoran los índices productivos logrados, pero por informaciones parciales, todo indica que el rendimiento industrial obtenido fue muy bajo. Esta apreciación se apoya en datos brindados por la televisión de que Camagüey, una provincia que terminó la zafra el 27 de mayo, lo hizo con un bajo RI de 10,34, a pesar de que se cataloga esta campaña azucarera como la mejor realizada en los últimos 7 años por esta región. En los 10 años anteriores a 1959 el RI promedio nacional fue de 12,74 y en varias de las zafras en ese período sobrepasó el 13,0.
La información sobre el rendimiento de caña por hectárea se desconoce, aunque es posible cierta mejoría debido a condiciones agro-ambientales más propicias, con un régimen de lluvia más adecuado para las cañas en el año 2007. El último dato oficial sobre el R/há que ofreció la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba es de 28 toneladas en la zafra 2005/06, cuando a nivel mundial el promedio oscila alrededor de las 70 toneladas.
Con una producción de 1.4 millón de toneladas de azúcar es posible dejar de importar para satisfacer un consumo en gran parte racionado de 700,000 toneladas, las necesarias reservas para contingencias y determinados compromisos internacionales como son 400,000 toneladas con China.
En declaraciones recientes, funcionarios del Ministerio del Azúcar reconocen la urgencia de grandes inversiones para enfrentar los grandes niveles de descapitalización en la industria azucarera. A esto debe añadirse la reparación de los caminos cañeros y el transporte que se encuentran en muy mal estado, entre otras imperiosas necesidades de la atrasada y destruida infraestructura del sector.
La caña se ha convertido en un producto importante internacionalmente, no por la significación del azúcar que ha perdido mucho terreno frente a edulcorantes naturales y de origen sintético. De hecho su precio ha estado oscilando en el mercado internacional alrededor de 10 centavos/libra, del depreciado dólar norteamericano, muy por debajo del crecimiento relativo de las cotizaciones de otros productos alimenticios como la soya y los cereales en general, y mucho menos con respecto a los combustibles fósiles.
La categoría actual de la gramínea se debe a ser una rentable fuente para la obtención de etanol, con rendimientos mucho más ventajosas en comparación con el maíz, la soya y otros productos agrícolas. A ello podrían añadirse futuros mayores beneficios económicos con la utilización de nuevas generaciones de tecnologías para la producción de etanol a partir de su celulosa.
Según informó recientemente el Presidente de Brasil, Luiz Inacio (Lula) da Silva, en una conferencia de la FAO celebrada en Roma, el etanol obtenido de la caña de azúcar también será empleado en el gigante latino- americano para la producción de componentes plásticos de automóviles, lo cual aumentaría la demanda de este combustible renovable.
El potencial de la caña de azúcar no se limita a ser fuente de alimento humano y combustible, sino también abre la posibilidad de producir un amplio surtido de productos de gran utilidad en el mundo moderno. De ahí la necesidad urgente de revitalizar la agro- industria como útil soporte del desarrollo nacional.
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