EE.UU.-Irán: la guerra que sueñan los halcones
Por Marcelo Cantelmi
Clarín
Es una época de sin sentido y estupidez. Quizá los términos no sean los apropiados para una observación serena de las tendencias mundiales, pero se debe conceder que es también una época de agotamiento, y en esas coyunturas a veces solo queda la intensidad. Veamos los motivos de una reflexión tan decepcionante. Hace poco menos de un mes y con una imprudencia que persiste en la improvisación, el presidente de Estados Unidos, George Bush, hizo una gira sin precedentes por Oriente Medio que incluyó además de una estancia histórica en Jerusalén, una visita paso a paso por varios importantes países árabes pero excluyó cualquier autocrítica y menos corrección a las políticas fallidas de Washington en la región.
Los propósitos de la gira se pudieron contar con los dedos de una mano: el renovado apoyo a Israel; sostener la idea mítica que la cumbre de Annápolis de diciembre tuvo éxito y que se parirá este 2008 un Estado palestino; y centralmente aumentar el vigor del anillo con el que se pretende aislar a Irán y redoblar de paso la presión sobre Siria cuyos momentos de moderación suelen ser asimilados, en este mundo de paradojas, como un convidado molesto en la receta regional de Washington.
Es preciso concordar en que la administración actual de la Casa Blanca que finaliza este año ha mostrado menos sofisticación que voluntarismo en el abordaje de los históricos problemas internacionales. Esa ausencia de vuelo explica el pantano en el cual actualmente chapalea Estados Unidos en Afganistán o Irak y las razones de la huída paulatina de sus principales socios de ese escenario, Gran Bretaña la más significativa. Es además el paradigma de una visión de corto plazo que ha fulminado una oportunidad detrás de otra para apagar un incendio en Oriente Medio que es el origen de casi todos los otros fuegos.
Puede entenderse que ese comportamiento no es accidental sino premeditado porque así lo determina aquella visión estrecha.
El caso de Siria y los embates de la Casa Blanca sobre Damasco es modélico de lo que aquí se intenta señalar. El gobierno de Bashar al Assad ha venido golpeando la puerta de Occidente y la propia de Israel para alcanzar algún tipo de acuerdo que, de llevarse adelante como han sostenido líderes israelíes del nivel de Yossi Beilin, uno de los arquitectos de los acuerdos palestino-israelíes de Oslo, hubiera contribuido a alejar a los sirios de Teherán. La llamada “no-diplomacia” norteamericana contribuye a consolidar el frente de enemigos. Y esta tampoco parece una reacción artificial o accidental.
Veamos Irán. En marzo habrá elecciones legislativas en ese país. La situación objetiva del presidente fundamentalista Mahmud Ahmadinejad esta lejos de ser excelente. Requiere estimular el frente externo para no perder el centro. Parte de esa estrategia puede explicar los recientes episodios peligrosos en el estrecho de Ormuz entre barcos de guerra norteamericanos y lanchas rápidas de la guardia pretoriana del docto ingeniero presidente. Pero es un incidente que tiene lecturas en uno u otro sentido.
La denuncia de Washington que exhibió filmaciones y una voz de estilo de atacante suicida que luego se probó falsa así como la supuesta descarga de explosivos alrededor de las naves, recordó por momentos el episodio del Golfo de Tonkin en el sudeste asiático. En agosto de 1964 el entonces presidente Lyndon Johnson denunció que lanchas torpederas de Vietnam del Norte habían atacado al destructor norteamericano Maddox lo que le sirvió para obtener el acuerdo parlamentario e ingresar a pleno en la guerra. Hoy se sabe que el incidente del Golfo de Tonkin jamás existió.
Pero a Teherán también le convienen estos escarceos. Un ambiente hostil, de guerra inminente, de exagerada belicosidad como el que coronó Bush en su campaña de reelección, es el camino ideal para que Ahmadinejad intente derrotar a la vigorosa coalición de moderados que con la conducción de los ex presidentes Mohamed Jatami y Akbar Hashemi Rafsanjani puede desarticular al actual gobierno fundamentalista.
Esta columna ha recordado en diversas oportunidades que el asesor en las sombras de Bush, el ex canciller Henry A. Kissinger, ha recomendado para salir del actual galimatías, trabajar para convencer a Irán de dejar de ser una causa para convertirse en un Estado. La idea es compleja y profunda. Un Estado tiene responsabilidades, una causa hasta puede ser dogmática.
Es claro que una nueva conducción aperturista en Irán, donde parte de la dirigencia más encumbrada se avergüenza públicamente de los estilos de Ahmadinejad en su negación del Holocausto o la barbarie de prometer la destrucción del Estado de Israel, tiene la oportunidad de comprender y aceptar aquel mensaje. No se debe olvidar que Irán en sus formas es una democracia y, a la vez, es una nación de historia milenaria y un orgullo de ese tamaño.
¿Pero a quién interesa promover esa evolución? Un giro de esa magnitud en la nación persa bloquearía el camino de confrontación que alientan los halcones israelíes y a retazos de los neoconservadores de Washington que, conviene no olvidar, son una fracción del establishment de EE.UU. hoy envuelto en una batalla sorda que crece al ritmo de las luces rojas que se encienden en la economía de la principal potencia global.
El gran problema con Teherán no es su potencial atómico sino el tamaño e influencia que ha ganado de la mano de los juegos de guerra de Washington. Si Irán es tomada por una administración moderada, ello obligará a Occidente a una mutación radical en el escenario de Oriente Medio incluyendo una resolución sensata del conflicto palestino. La gira de Bush pareció otro palo para trabar esa rueda. También el incidente de Ormuz, visto con simpatía por ambos bandos. En la guerra, decía De Gaulle, no se debe destruir al adversario sino convencerlo de que ha perdido. En la paz, es muchas veces superior reconocer que no se ha ganado.
Copyright Clarín, 2008.
- 23 de junio, 2013
- 23 de julio, 2015
- 7 de octubre, 2025
- 13 de marzo, 2009
Artículo de blog relacionados
Firmas Press Raúl Castro le entregó el pasaporte a Yoani Sánchez. Personalizo la...
4 de febrero, 2013América Economía La Corte Suprema de Justicia de Colombia determinó que descargar música...
6 de mayo, 2008Caido del Tiempo Hoy, como antaño, el enemigo del hombre está dentro de...
21 de febrero, 2019- 17 de marzo, 2014