Con el apoyo de Bernanke, el plan de estímulo fiscal avanza a toda velocidad
Por Sarah Lueck, John McKinnon y Michael M. Phillips
The Wall Street Journal
WASHINGTON — El presidente George W. Bush y el Congreso estadounidense están apretando el acelerador para acordar un paquete de medidas para estimular la economía. La urgencia es impulsada por el deterioro económico, la caída del mercado bursátil y la creciente sensación pública de inseguridad.
Se espera que Bush anuncie hoy las principales directrices del paquete de estímulo económico, que probablemente incluya una devolución de impuestos en torno a los US$500 por contribuyente y exenciones tributarias para alentar a las empresas a comprar nuevos equipos.
Todo esto está creando un clima político inusual en Washington, en donde la inacción y las luchas internas fueron la norma durante buena parte del año pasado. Ni los demócratas ni los republicanos quieren ser vistos como un obstáculo para lograr un compromiso con respecto al paquete de estímulo, por temor a incurrir en la ira de los votantes, los cuales se han visto afectados por la caída en los valores de las viviendas, los altos precios de la gasolina y el combustible para calefacción, además de los costos médicos.
El rápido apoyo al paquete de estímulo económico ha sido impulsado, en parte, por la preocupación de los congresistas, especialmente los republicanos, muchos de los cuales regresaron de las vacaciones de fin de año con muchas quejas de sus constituyentes. “Técnicamente, puede que sea o no sea una recesión, pero ciertamente se siente como una”, aseveró el representante republicano Phil English en una reciente audiencia sobre la economía.
Es la economía…
La magnitud de la frustración de los electores por el deterioro de la economía y la falta de iniciativa por parte del Congreso está obligando a ambos partidos a dejar de lado las riñas políticas que son tan comunes en el contexto de un año de elecciones.
“El futuro se ve sombrío”, dijo el representante William Lacy Clay, un demócrata del estado de Missouri, que cuenta cómo la gente se le acerca en el supermercado y durante los recorridos por los negocios locales para pedirle que hagan algo. “Mi esperanza es que podamos responder con prontitud”.
Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, aportó su grano de arena al sugerir que a la economía podría venirle bien una inyección de adrenalina fiscal.
En su testimonio ante el Comité del Presupuesto de la Cámara de Representantes, Bernanke aseguró que los estímulos fiscales “podrían ayudar en un principio” y podrían reforzar los recortes de las tasas de interés ejecutados por la Fed, pero advirtió que “el diseño y la implementación” son “extremadamente importantes”. El presidente del banco central estadounidense dejó en claro que no está prediciendo, en absoluto, una recesión, pero reconoció que cree que la economía “crecerá a un ritmo relativamente lento” este año.
Aún existe la posibilidad de que los enfrentamientos políticos entorpezcan un acuerdo. Los demócratas regresaron irritados tras una conferencia telefónica entre la Casa Blanca y los líderes del Congreso por cómo se estaba desarrollando la situación.
En particular, estaban enojados por cómo Bush está presentando algunas de sus propuestas antes de reunirse con los principales legisladores para cerrar un acuerdo, según los asesores de los congresistas. También se mostraron molestos por su concentración en las medidas tributarias en vez de las relacionadas al gasto fiscal. Una fuente cercana describió la llamada como “superficial”.
Según Dana Perino, la portavoz de la Casa Blanca, Bush se unió a la teleconferencia iniciada por el Secretario del Tesoro, Henry Paulson, compartió sus perspectivas y escuchó las sugerencias de los legisladores. “Les dijo que pedirá una medida efectiva de crecimiento temporal y que estipulará mañana los principios de lo que sería un acercamiento efectivo y lo que no”, dijo Perino. Según la portavoz es demasiado pronto para decir qué es lo que incluiría el susodicho paquete, que está siendo configurado por Paulson.
Aún se están negociando los contornos exactos de un paquete final. Una decisión crucial tiene que ver con quién recibirá los cheques de reembolso.
Los demócratas podrían tratar de excluir a los contribuyentes de altos ingresos. Los republicanos, por su parte, podrían tratar de excluir a quienes no pagan impuestos. También es poco claro la forma en que el Senado, que no ha regresado de su período de descanso, vaya a reaccionar a estas ideas.
Camino a un acuerdo
Sin embargo, se superó un gran obstáculo cuando el gobierno señaló que podría aceptar un proyecto de ley que no hiciera permanentes los recortes fiscales del presidente Bush, aunque eso ha sido parte fundamental de su agenda económica. Se espera que estos recortes expiren en 2010.
Más allá de los impuestos, los líderes del Congreso han tratado un paquete que podría incluir una extensión de los beneficios de desempleo, el cual podría ayudar a las familias a amortiguar la desaceleración económica que se avecina, lo mismo que algunos tipos de asistencia federal a los estados.
Nancy Pelosi dijo que hay un “acuerdo general” respecto a las medidas que el paquete de estímulo fiscal debería incluir. “Yo esperaría que de aquí a un mes podríamos estar viendo los efectos de la legislación que hemos aprobado”, dijo Pelosi.
Perino manifestó que Bush “está ansioso de consultar en forma permanente y cooperar con el Congreso”. Agregó que el mandatario estadounidense aguarda “una resolución veloz, de modo que la economía reciba la inyección temporal, en la que todos estamos de acuerdo”.
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