Inundados de petrodólares, los fondos del Golfo Pérsico salen de compras globales
Por Henny Sender
The Wall Street Journal
KUWAIT—Hay una enorme diferencia entre Kuwait y New Haven, Connecticut. Pero cuando un fondo de inversiones del gobierno kuwaití obtuvo un nuevo jefe en 2004, una de las primeras cosas que hizo fue encargar un estudio sobre la sofisticada manera en la que la Universidad de Yale gestiona su dotación.
Era un indicio que Badar Al-Sa’ad quería cambiar las cosas en el enorme aunque adormecido fondo Kuwait Investment Authority.
Las inversiones que ha realizado desde entonces sitúan a su fondo en la vanguardia de un amplio cambio en la manera en que se emplea la riqueza petrolera del Golfo Pérsico. En vez de invertir mayoritariamente en los bonos del Tesoro de Estados Unidos, Kuwait ahora pone su dinero en bonos de alto rendimiento, edificios de oficinas en China y fondos de capital privado. Y, en una estrategia que tiene implicaciones para la fortaleza de la moneda y la economía estadounidenses, el fondo kuwaití ha puesto menos énfasis en activos denominados en dólares.
Los estados petroleros del Golfo acumulan una suma inmensa de fondos invertibles, los cuales con toda seguridad crecerán aún más. En conjunto, las ramas de inversión de los gobiernos de Kuwait, Arabia Saudita, Dubai, Abu Dabi y Qatar cuentan con alrededor de US$1,5 billones (un millón de millones). Esto les otorga la posibilidad de influenciar el rumbo de muchos fenómenos de las finanzas globales, entre ellos: los tipos de cambio, las tasas de interés, el auge de las adquisiciones y los trastornos en el crédito mundial causados por las hipotecas estadounidenses de alto riesgo. Sin embargo, no se sabe mucho acerca de cómo operan estos fondos.
En el caso de Kuwait, es posible echar un vistazo a uno de los fondos de inversión del gobierno, conocidos como fondos de riqueza soberana. Aunque Kuwait está gobernado por un emir, el parlamento con frecuencia interroga a los directivos de la autoridad de inversión sobre sus activos. Y en Al-Sa’ad, Kuwait tiene un ejecutivo que gestiona un inmenso fondo de US$213.000 con prácticas occidentales.
Antes de asumir, Al-Sa’ad encargó un estudio comparativo sobre las cautas políticas de inversión de los fondos de Kuwait con las estrategias de las dotaciones de las universidades de Yale y Harvard, ambas consideradas pioneras de la inversión institucional. Las dotaciones, las cuales tienen la misma flexibilidad que Kuwait para adoptar una estrategia a largo plazo, estaban obteniendo fuertes retornos al invertir en activos como acciones de mercados emergentes, bienes raíces, fondos de cobertura y fondos de capital privado. Esto, a pesar de que en esos años el mercado bursátil estadounidense aún no se recomponía del estallido de la burbuja tecnológica.
Al-Sa’ad se enteró que en aquel momento Yale tenía 28% de sus fondos invertidos en acciones, 17% en fondos de capital privado y 20% en bienes raíces. Kuwait tiene alrededor de un 2% en cada uno. La mayor parte del dinero kuwaití estaba en los seguros pero poco rentables bonos del Tesoro de EE.UU. Sin embargo, los retornos del fondo kuwaití fueron negativos en 2001 y 2002, debido a pérdidas en otros activos, afirma Al-Sa’ad.
Así que el ejecutivo contrató a la firma Mercer Investment Consulting, la cual esbozó un ambicioso programa que incluía una serie de inversiones que suponían un riesgo más alto pero tenían el potencial de mejorar los retornos. Para alentar a sus empleados, quienes ganan menos que sus colegas en los bancos de inversión, redujo su salario a la mitad y empleó el dinero en bonos para el personal. Algunos miembros de su equipo piensan que es necesario realizar más cambios. “Deberíamos tener una mentalidad más emprendedora”, dice Osama Al-Ayoub, quien supervisa la inversión en capital privado para el fondo.
Al-Sa’ad afirma que su portafolio ha tenido retornos de 11,4% en 2005 y 13,2% en 2006. “Necesitamos emplear el dinero de manera que Kuwait pueda seguir adelante cuando el petróleo se haya ido”, dice Al-Sa’ad.
Una de sus estrategias ha sido asociarse con las grandes firmas de adquisiciones de EE.UU. Así, su fondo ha invertido unos US$300 millones junto a Kohlberg, Kravis, Roberts & Co. en su esfuerzo por adquirir a la compañía texana de servicios públicos TXU Corp.
Poder regional
Otros fondos de riqueza soberana del Golfo Pérsico también participan en firmas de adquisiciones. La autoridad de inversiones de Abu Dabi, por ejemplo, adquirió un 10% de las acciones de Apollo Management, un fondo de capital privado de Nueva York.
Los fondos de inversión del gobierno de Dubai tienen participaciones en bancos del Reino Unido, como HSBC PLC, y en European Aeronautic Defence & Space Co, empresa matriz del fabricante europeo de aviones Airbus. Los negocios estatales de Dubai también participan en los mercados inmobiliarios globales, desde Nueva York hasta Sudáfrica.
Los brazos de inversión de los Estados del Golfo Pérsico podrían incluso convertirse en rivales de las firmas de adquisiciones, ya que no necesitan tomar prestado. En julio el fondo de inversión de Qatar apostó US$24.000 millones para adquirir la cadena británica de supermercados J. Sainsbury PLC. Antes había perdido una apuesta de US$16.000 millones por Thames Water, firma británica de servicios públicos.
Para Al-Sa’ad, los recientes problemas en los mercados financieros de Europa y EE.UU. son una confirmación que los mercados emergentes, en especial de Asia, prometen mejores retornos. “¿Por qué invertir en economías con un crecimiento del 2%, cuando puedes invertir en economías con un crecimiento del 8%?”, se pregunta el ejecutivo kuwaití.
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