China y el arsenal de la insurgencia iraquí
Por John J. Tkacik Jr.
Diario de América
El Secretario de Defensa Robert Gates insiste en que «no existe prueba aún» de que funcionarios del gobierno de Teherán estén involucrados en el transporte de armas a Irak para uso contra las fuerzas norteamericanas, un juicio que no parece peligrar a la vista de que los efectivos de la Guardia Revolucionaria no forman parte del «gobierno». Pero la fuente de la administración advierte, «hay camiones de la Guardia Revolucionaria, y aunque no se puede ver a los mulás al volante, puede usted apostar de que esto tiene las bendiciones del gobierno [de Teherán]».
Además, a principios de junio, el Washington Times informaba desde Kabul de que el Pentágono tenía pruebas de nuevos envíos de misiles antiaéreos personales chinos HN-5 abasteciendo a las unidades Talibán en la provincia de Kandahar, en Afganistán. Esto no debería sorprender. El Pentágono ha sabido desde agosto que la Guardia Revolucionaria ha suministrado misiles anti-buque C -802 de fabricación china con contramedidas avanzadas a Hezbolá en el Líbano. Uno impactaba contra el destructor israelí Hanit el 14 de julio del 2006, durante la guerra del Líbano, matando a cuatro marineros.
La cantidad de información de Inteligencia sobre estos cargamentos de armas chinas a Irán está creciendo, según el funcionario que la ha examinado. Algunos ejemplos muestran que Irán ha hecho peticiones «urgentes» de «grandes cantidades» de rifles de francotirador de fabricación china, aparentemente réplicas exactas del Steyr-Mannlicher HS50 de fabricación austríaca que el gobierno de Viena aprobó para venta a la Organización Nacional de Policía Iraní en el 2004 (presuntamente para ayudar a los funcionarios de aduanas de Irán a patrullar las largas y escasamente pobladas fronteras montañosas de Irán). En aquel momento, Estados Unidos y Gran Bretaña dieron un tirón de orejas al gobierno austríaco e impusieron una prohibición de dos años a las ventas de Steyr-Mannlicher. Después, en febrero, como para confirmar las peores sospechas, las tropas norteamericanas en Irak descubrían arsenales de alrededor de 100 armas de precisión que tenían el aspecto de los rifles austríacos, informaba el Daily Telegraph.
Funcionarios de Bagdad decían a los reporteros que al menos 170 soldados norteamericanos y británicos habían sido abatidos por francotiradores bien entrenados y fuertemente armados. El 22 de junio, por ejemplo, un especialista del ejército era alcanzado por un francotirador mientras subía a su tanque Abrams durante la Operation Bull Run en Al Duraiya. Más temprano esa mañana, el mismo francotirador inutilizaba los dispositivos termales del tanque. Era «probablemente el francotirador más diestro que hemos visto aquí», declaraba el líder del pelotón a la National Public Radio.
¿Pero de verdad los francotiradores iraquíes utilizan armas del calibre .50 anti-protección de fabricación austríaca?
Quizá no. Hubo poca reacción americana oficial al descubrimiento del arsenal del francotirador en febrero. En marzo, Steyr-Mannlicher afirmaba que las autoridades norteamericanas tenían aún que pedirle ayuda para rastrear las armas, un tema de simple comprobación de los números de serie, o incluso dejar que técnicos austríacos examinasen las armas. Los americanos nunca contactaron con la firma austríaca de armamento. El 29 de marzo, el Wiener Zeitung de Viena citaba al portavoz del mando central norteamericano Scott Miller admitiendo, «No se ha encontrado ningún arma austríaca en Irak”.
Franz Holzschuh, el dueño de Steyr Mannlicher, observaba que las patentes del HS.50 expiraron «hace años» y que estaban siendo reproducidos por todo el mundo. Una búsqueda rápida en Google de «rifles de francotirador» confirma que el rifle anti-personas AMR-2 de 12,7 mm que fabrica China South Industries es una buena reproducción del HS de calibre .50.
En la práctica, la Guardia Revolucionaria de Irán ha realizado grandes pedidos de armas de precisión chinas entre otras cosas. Según el funcionario de la administración, la Inteligencia norteamericana registró mensajes urgentes procedentes de clientes iraníes a fábricas de armamento chinas afirmando que los cargamentos eran necesarios «rápidamente» y especificando que «los números de serie han de ser borrados». Los comerciales chinos, según Inteligencia, se dieron completamente por satisfechos cumpliendo. Los chinos también sugerían solícitamente que los cargamentos se hicieran directamente de China a Irán por transporte aéreo «con el fin de minimizar la posibilidad de que los envíos sean interceptados”.
Según las fuentes que han examinado los informes de Inteligencia, las pruebas de los envíos de armamentos China-Irán son abrumadoras. Éste no es un caso de información ambigua de Inteligencia. Inteligencia señala la complicidad del gobierno chino en los cargamentos iraníes de armas ligeras chinas con destino a insurgentes iraquíes.
Pero aún así, altos funcionarios del Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional prefieren creer que la relación entre los exportadores de armas propiedad de, y gestionados por, el gobierno chino y los terroristas iraníes es «oficiosa». Por tanto, no deben sacarle mucha punta, no sea que el gobierno chino sea reticente con los norcoreanos. Esta es «la excepción china» en funcionamiento; impregna tanto a la burocracia de Inteligencia como a la de seguridad nacional. Además, existe la creencia en algunos círculos de la administración y Capitol Hill de que se puede «negociar» con el gobierno de Irán y que por tanto las actividades de la Guardia Revolucionaria de Teherán no deben de verse como reflejo de la política gubernamental iraní.
Por supuesto, es inconcebible que la Guardia a Revolucionaria iraní envíe los convoyes de armas chinas recién ensambladas a Irak y Afganistán sin la clara intención de matar allí a tropas americanas. Y es igualmente inconcebible que el Ejército Popular de Liberación chino facilite estos envíos procedentes de sus propias fábricas y a través de sus propias bases aéreas sin el mismo resultado en mente. Si, además, los cargamentos están teniendo lugar en contra de los deseos de Pekín — si el gobierno central chino no puede controlar el comportamiento de su propio ejército — entonces la situación es en realidad catastrófica: ¿cómo puede alguien esperar que Pekín contenga los envíos de armas aún más destructivas (misiles, submarinos, torpedos, piezas de armas nucleares) a estados criminales? Es una imagen que los funcionarios norteamericanos simplemente no pueden digerir.
Después de que las filtraciones de estas alarmantes informaciones de Inteligencia afloraran en la columna «Inside the ring» de Bill Gertz en el Washington Times, altos funcionarios del Pentágono comenzaron a reconocer la preocupante verdad detrás. El 22 de julio, la agencia France-Presse citaba al portavoz del ejército norteamericano en Bagdad, el almirante Mark I., reconociendo: «Hay misiles que son fabricados realmente en China que determinamos llegan a través de Irán» con el fin de armar a grupos que combaten a las fuerzas encabezadas por Estados Unidos.
El Subsecretario de Defensa en funciones Richard Lawless declaraba al Financial Times el 7 de julio que Estados Unidos «está cada vez más alarmado por la posibilidad de que munición anti-blindaje china haya sido utilizada por los Talibanes en Afganistán y los insurgentes en Irak». El FT citaba a un funcionario norteamericano sin identificar diciendo que a Estados Unidos le gustaría que China «realizase una labor mejor revisando estas ventas», como si realmente China quisiera «reconsiderar» sus exportaciones de armas.
Lawless, venerado en el Pentágono como un inflexible escéptico con China, evidenciaba menos agnosticismo al FT explicando que el país de origen no era tan importante como quién facilitaba la transferencia. Uno se pregunta porqué Pekín, como cuestión política, vendería armas a Irán para el propósito claro de matar soldados americanos. «Existen grandes vacíos en nuestro entendimiento de las intenciones de China», decía Lawless de la política militar general de China, y «cuando no sabes porqué lo están haciendo, es bastante amenazador… no nos dejan otra opción que asumir lo peor”.
Por qué «lo está haciendo» China no es necesariamente un misterio. En el 2004, el principal analista de América en materia de Pekín, Wang Jisi, observaba, «Los hechos han demostrado que es beneficioso para nuestro entorno internacional tener a Estados Unidos militar y diplomáticamente atascado en lo profundo de Oriente Próximo hasta el grado en que apenas pueda liberarse”. Es tranquilizador considerar que el comportamiento de proliferación de armas ligeras de China desde entonces sugiere que este principio está realmente guiando la política exterior china.
Los estrategas de Pekín aprendieron mucho de su colaboración con Washington durante los años 80, cuando las dos potencias siguieron una campaña exitosa de una década de duración para expulsar a la Unión Soviética de Afganistán. El truco es evitar la confrontación frente a frente con tu adversario mientras haces que los insurgentes le mantengan atado y aprovechar la ventaja de su distracción para buscar tus intereses en otras partes. La diferencia cínica es que en la guerra afgana de los años 80, los muyahedín apoyados por Estados Unidos mataban a decenas de miles de tropas soviéticas, mientras que a principios del siglo XXI, insurgentes de patrocinio iraní (y chino) en Afganistán e Irak están matando sobre todo a iraquíes y afganos.
“Excepción China” al margen, la facilidad con la que las industrias armamentísticas de propiedad estatal china exportan enormes cantidades de armas ligeras a zonas dadas a la violencia y corroídas por la guerra — de Irak a Afganistán pasando por Darfur — no deja espacio a la duda en cuanto a que el gobierno chino sigue este comportamiento como tema de política estatal. Un régimen con 1300 millones de dólares en reservas de divisa exterior no puede afirmar que «necesita el dinero» y que por tanto cierra los ojos ante exportaciones peligrosas por parte de su propio ejército. Pero hasta que caiga la banda de los ojos de los diplomáticos y los geoestrategas de Washington y vean la cínica estrategia global de China como lo que es, es probable que pocas de las presentes crisis globales sean resueltas en favor de Estados Unidos — o de la democracia. En particular, los soldados norteamericanos y los civiles iraquíes y afganos continuarán siendo asesinados con armas chinas.
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