Tipos de “capital social”
Por Jaime de Althaus Guarderas
El Comercio
La diferencia se da entre grupos que se forman para mejorar su participación en el mercado y aquellos que se forman para obtener ventajas legales a costa del resto
El concepto “capital social” se ha puesto de moda en las ciencias sociales y en organismos como el Banco Mundial, que lo usan como un indicador de la capacidad de los individuos de una sociedad para asociarse a fin de conseguir objetivos determinados, normalmente relacionados al desarrollo económico o social del grupo. Robert Putnam, autor de un libro que asocia el mayor desarrollo económico y político del norte de Italia con la calidad del capital social, define este concepto como “los rasgos de la vida social –redes, normas y confianza– que facilitan la cooperación y coordinación para el beneficio mutuo”.
No obstante, diversos autores han criticado el concepto señalando que no en todos los casos el capital social es bueno para la sociedad en su conjunto. Una reciente e interesante publicación de la Universidad del Pacífico, “Capital social y democracia”, de Felipe Portocarrero, Armando Millán y otros, pone como ejemplo el caso de las mafias, grupos cerrados que consiguen beneficios para sus miembros que excluyen a otros. Es decir, alcanzan sus objetivos a expensas de los intereses del resto. Sus objetivos son opuestos a los del conjunto de la sociedad.
Sin ir tan lejos y sin que impliquen conductas criminales, hay casos mucho más familiares de capital social con efecto negativo, que el libro no menciona. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando gremios empresariales buscan alguna prebenda que les asegure una ganancia rentista, o cuando gremios laborales defienden condiciones legales que solo se pueden mantener excluyendo a la mayoría de trabajadores, o cuando se oponen a exámenes y reglas meritocráticas para no perder el empleo, a costa de la calidad del servicio, como el Sutep.
No es el caso de las asociaciones o cooperativas de servicios de pequeños productores cafetaleros en la selva alta, que se unen para comercializar, contratar asistencia técnica y constituir fondos de crédito. O las que se forman para exportar banano orgánico en el norte, por mencionar dos ejemplos. Son asociaciones que se constituyen para competir mejor en el mercado, para obtener mayores ingresos no mediante privilegios legales sino mejoras en la productividad y la escala (lo lamentable es que este capital social sí es escaso, debido a que fue envenenado por la reforma agraria, que impuso cooperativas de producción que incentivaron el robo mutuo y la desconfianza).
La diferencia fundamental está, entonces, entre los grupos que se forman para mejorar su participación competitiva en el mercado y aquellos que se forman para obtener ventajas legales a costa del resto. Los que actúan en el mercado económico versus los que actúan en el mercado político (no es necesariamente el caso de los partidos políticos, muchos de los cuales defienden intereses incluyentes). En el intermedio tendríamos una vasta gama de grupos que se forman para fines específicos: seguridad, salud, deporte, entretenimiento, cultura, caridad, etc. Es bueno distinguir.
- 23 de junio, 2013
 - 7 de marzo, 2007
 - 10 de marzo, 2025
 - 6 de diciembre, 2023
 
Artículo de blog relacionados
CNN Expansión El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha pedido al...
13 de enero, 2009La pregunta aún no respondida es ¿cuándo terminará de caer Maduro? No solamente...
28 de enero, 2019Por Justin Lahart y Kelly Evans The Wall Street Journal En medio de...
29 de octubre, 2008El Economista, Madrid Las empresas estadounidenses están empezando a acusar la débil situación...
9 de julio, 2008













