Con la mira en Japón, Petrobras entra fuerte al negocio del etanol
Por Antonio Regalado y Bernd Radowitz
The Wall Street Journal
SÃO PAULO—El mes pasado, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, viajó a esta enorme ciudad para firmar un acuerdo más bien simbólico con Brasil para promover la producción y el uso del etanol. Esa misma noche, un grupo de ejecutivos japoneses voló de São Paulo de vuelta a su país. Entre sus manos tenían el borrador de una importante operación de compra de etanol.
Los acontecimientos de ese día muestran los distintos enfoques que tienen países como Estados Unidos y Japón respecto de los combustibles renovables, en momentos de creciente preocupación por el futuro del suministro de petróleo. Como Estados Unidos produce su propio etanol con base en maíz, mantiene altos aranceles a las importaciones del etanol brasileño, que es más barato y se hace con caña de azúcar. Ésta es una de las principales razones por las cuales las negociaciones para una alianza entre Estados Unidos y Brasil no han producido aún ningún resultado concreto.
Pero Japón no tiene ningún mercado doméstico de etanol que proteger, y está pensando en Brasil como su fuente principal de combustibles alternativos. El resultado es que Japón podría asegurarse una parte importante de la producción futura del etanol de Brasil, por lejos el productor más barato del mundo de ese combustible. Para conseguirlo, las compañías japonesas están sellando alianzas con un socio inusual: la petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA. La compañía, conocida como Petrobras, y el intermediario Mitsui & Co. están en negociaciones avanzadas para suministrarle a Japón hasta 3.000 millones de litros de etanol al año en los próximos cuatro años, según Petrobras.
Esto es casi tanto como todo el etanol exportado por Brasil el año pasado. Japón ve al combustible como una opción para cumplir sus obligaciones del Tratado de Kioto y como una manera de protegerse del petróleo proveniente del volátil Medio Oriente, dice el presidente ejecutivo de Mitsui, Shoei Utsuda.
La transformación de una petrolera
Un acuerdo con Japón probablemente transformaría a Petrobras en el mayor exportador de etanol de Brasil, y lo convertiría en el primer gigante petrolero que firma un compromiso importante en el ámbito de los biocombustibles. Aun cuando el planeta no puede cosechar suficientes biocombustibles como para reemplazar al petróleo, sí se pueden usar para extender el suministro de los combustibles basados en crudo. Además, a diferencia del petróleo, los biocombustibles no se extinguirán, porque se producen con cultivos que se pueden volver a sembrar todos los años. En las últimas semanas, ejecutivos de Petrobras han anunciado la construcción del primer gasoducto exclusivo para etanol, que costará US$700 millones. Además, Petrobras tiene planes para comprar decenas de productores de caña de azúcar.
El temor por el suministro
De todas maneras, Japón y Brasil se enfrentan a un problema del tipo “el huevo o la gallina”: Petrobras dice que invertir enormes sumas de dinero en infraestructura y producción de etanol sólo vale la pena si Japón finalmente compra el combustible. Japón, por su parte, quiere garantías antes de comprometerse a un acuerdo que podría dejar al país vulnerable ante interrupciones del suministro.
Un contrato de suministro de largo plazo depende del gobierno japonés, que se encuentra debatiendo cuánto etanol debe mezclar en la gasolina para automóviles, afirma Utsuda. Actualmente, Japón tiene una mezcla optativa de 3%, pero podría exigir un porcentaje mayor. Japón también está pensando en usar etanol en lugar de gas natural para alimentar sus generadoras eléctricas.
La gran preocupación de Japón ha sido el suministro. Brasil y Estados Unidos producen y consumen casi todo el etanol del mundo, lo que significa que todavía no es un commodity fácil de comerciar. Japón teme que la fragmentada industria brasileña del azúcar no pueda garantizar el suministro. Brasil tiene más de 300 plantas procesadoras de caña de azúcar, de las que casi todas producen tanto azúcar como etanol. Históricamente, cuando los precios del azúcar han estado altos, la producción de etanol caía, provocando desabastecimiento de ese combustible.
Los resquemores de los japoneses son una de las razones que explican el agresivo ingreso de Petrobras en la producción de etanol, dice Paulo Roberto Costa, el ejecutivo de la petrolera brasileña a cargo de toda la refinación y distribución. “Los japoneses han dejado bien claro que, una vez que empecemos a enviarles etanol, tiene que haber un suministro continuo”, explica.
El acuerdo es un giro importante para Petrobras, que hasta hace no mucho decía no tener interés en la producción de etanol. Aunque ya distribuye etanol en las gasolineras brasileñas, la compañía no produjo nada de etanol el año pasado y exportó sólo 120 millones de litros. De hecho, algunos cuestionan su habilidad para ser un proveedor confiable en un sector como el de la agricultura, que le es completamente nuevo a la estatal petrolera. Si Petrobras finalmente provee a Japón, el acuerdo significará hasta el 55% de la capacidad proyectada de exportación de Brasil en 2012.
Otros mercados
El año pasado, Estados Unidos fue el mayor destino de las exportaciones brasileñas de etanol. Pero, tras la explosión de la producción de etanol de maíz, algunos expertos creen que las importaciones de Estados Unidos podrían derrumbarse en 2007.
Brasil todavía tiene la esperanza que Estados Unidos elimine el arancel sobre su etanol, que actualmente es de 50 centavos por galón. Costa dice que la oferta del presidente Bush de crear una “sociedad estratégica” con Brasil no fue seguida de propuestas concretas. Pero Petrobras ha tenido contactos con funcionarios del gobierno de California y con el ex gobernador de Florida, Jeb Bush (hermano del mandatario).
A Brasil no le faltan interesados en su combustible. Costa dice que Petrobras también está negociando con compradores de China y Corea del Sur. Y otros intermediarios japoneses han tratado de asegurarse contratos de etanol. En marzo, Mitsubishi Corp. firmó un contrato de 30 años con São Martinho S.A. —uno de los dos productores de etanol brasileños que cotizan acciones en la bolsa— para la provisión de alcohol industrial que se usa en bebidas, perfumes y otros productos.
Brasil está expandiendo rápidamente sus cultivos de caña de azúcar, para satisfacer la demanda local y extranjera, y espera duplicar su producción de etanol para 2012. Pero las nuevas plantaciones tardan tres años en alcanzar niveles productivos, y Brasil usa el 80% de su etanol en el mercado interno. Eso significa que el suministro de combustible podría sufrir problemas si los planes para nuevas plantas se detienen. Y eso es algo que podría ocurrir si países como Japón y Estados Unidos no envían señales claras de que la demanda crecerá, dicen los expertos.
“No podemos construir el ducto de etanol y firmar acuerdos con 40 procesadores (de caña de azúcar) si no somos capaces de vender el producto”, dice Costa. “Eso sería desperdiciar dinero”.
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