México: Sistema de pensiones necesita reformas
Por Jeremy Schwartz
Cox News Service –El Sun Sentinel
Casi 80% de los mexicanos no están cubierto por plan de retiro.
CIUDAD DE MéXICO· Parado en una bulliciosa calle del centro, Raúl Jiménez representa una versión sombría del futuro de México.
Ha trabajado como vendedor ambulante durante la mayor parte de su vida, debido a que los empleos formales no pagaban suficiente para sobrevivir, y, al igual que decenas de millones de otros mexicanos que trabajan duro en la vasta economía informal de México, él no tiene acceso a una pensión de retiro.
Los expertos afirman que eso es una bomba de tiempo de tipo demográfico, una población sin los medios para mantenerse en sus años más avanzados, la cual podría explotar en una crisis humanitaria de no ser atendida por quienquiera que prevalezca en las disputadas elecciones presidenciales de México.
A sus 59 años de edad, Jiménez debe vender más de 100 encendedores desechables al día para cubrir el alquiler de un cuarto en una dilapidada casa de huéspedes. A menudo, él opta por pagar el cuarto antes de comer.
“¿Por qué habría yo de pensar siquiera en el futuro?”, dijo Jiménez, quien enfrenta la perspectiva de vender encendedores en la esquina de la calle hasta que su cuerpo ya no pueda más. “Mi situación es crítica y seguirá así hasta que cierren mi ataúd”.
A medida que la política de un año electoral puso de relieve una diversidad de pesares económicos, quizás el mayor problema en México sea el menos atendido: Casi 80 por ciento de los mexicanos no está cubierto por pensiones, y muchos que sí lo están, pertenecen a sistemas de pensiones al borde de la bancarrota.
El caso de Jiménez explica de manera considerable la popularidad del candidato de izquierda a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, cuya acción más popular cuando era el alcalde de Ciudad de México fue la institución de un estipendio mensual, equivalente a $67, para todas las personas mayores de 70 años.
Los más entrados en años conforman la base de seguidores más fiel de López Obrador, al tiempo que sus mítines son marcados por la notable presencia de partidarios de cabello blanco. El ha jurado que llevará el programa universal de pensiones a todo el país si resuelta elegido.
Su opositor, el conservador Felipe Calderón, afirma que López Obrador no será capaz de cubrir los costos del programa sin llevar al país a la bancarrota. El, por su parte, planea fortalecer el sistema de pensione mediante el reforzamiento de la economía en general.
Calderón ganó el conteo inicial de unas elecciones efectuadas el 2 de julio, pero López Obrador clamó fraude y un tribunal electoral declarará a un ganador a principios de septiembre.
El siguiente mandatario de México estará al frente de un país al borde una drástica transformación. La edad media en México ronda actualmente por los 25 años, pero dará un salto a 42 años para el 2050, según datos de Naciones Unidas. A lo largo de ese periodo, el porcentaje de mexicanos mayores de 65 años dará un notorio salto, yendo de 5 por ciento a 20 por ciento de la población.
La mayoría de los expertos coincide en que una solución de largo alcance consiste en llevar más trabajadores a la economía formal, donde puedan contribuir con el sistema de pensiones.
“Necesitamos más empleos y específicamente, más empleos en el sector formal”, dijo Berenice Ramírez, catedrática de economía en la Universidad Nacional Autónoma de México, la UNAM. “De no ser así, la situación se tornará incluso más complicada”.
Sin embargo, el sistema mexicano de pensiones está marcado por inquietantes desigualdades: si bien algunos trabajadores selectos del sector público se retiran a los 45 años de edad con generosas pensiones, equivalentes a 130 por ciento de sus salarios en los días que trabajaban, los trabajadores retirados del sistema ferroviario hacen casas con vagones de carga abandonados y sobreviven a duras penas, con aproximadamente $50 por semana.
Los medios de comunicación masiva de México están repletos de historias escandalosas en las que empleados gubernamentales se llevan a casa magníficas pensiones en dólares, al tiempo que las dependencias para las que solían trabajar luchan por evitar la bancarrota.
La mayor parte de las dependencias públicas de México se irán a la bancarrota antes de pagar sus obligaciones sobre pensiones.
Debido a los cambios demográficos del país, mucha gente de edad avanzada perderá la única red de seguridad que actualmente está disponible para la mayoría de los ciudadanos más ancianos: el apoyo de sus hijos.
Distribuido por The New York Times News Service
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