Los hijos de los indocumentados
Por Eunice Moscoso
El Nuevo Herald
Washington — El año pasado, agentes de Inmigración llevaron a cabo una redada en una planta avícola cerca de Arkadelphia, Arkansas y detuvieron a 119 inmigrantes ilegales. Treinta niños quedaron abandonados a su suerte sin sus padres, muchos en guarderías infantiles o en escuelas.
Tras gran confusión, algunos pasaron la noche con familiares o amistades y otros nueve –entre ellos un bebé de un mes de nacido– fueron llevados a la Primera Iglesia Bautista, que sirvió de refugio para los niños mientras deportaban a sus padres.
Debido a que muchos estados están aprobando leyes para tomar medidas enérgicas contra los empleadores que contraten a inmigrantes ilegales, y a que el gobierno federal está considerando una iniciativa para hacer cumplir la ley, aprobada por la Cámara de Representantes, miles de niños en todo el país podrían enfrentar un destino similar.
»Hay niños pequeños que se quedan sin su fórmula, sin sus pañales», dijo Flavia Jiménez, analista de políticas migratorias del Consejo Nacional de la Raza.
Una legislación »sólo de medidas para hacer cumplir la ley» sin la posibilidad de que los trabajadores ilegales obtengan la residencia legal causará que se desintegren más familias y que los niños se queden sin sus padres, agregó.
Sin embargo, los críticos de la inmigración ilegal dicen que los padres tomaron la decisión de venir a Estados Unidos ilegalmente y poner en peligro a sus propios hijos, y que no se debería criticar al gobierno federal por hacer cumplir la ley.
John Keeley, un vocero del Centro de Estudios Migratorios, un comité asesor en Washington que defiende controles más fuertes a la inmigración, dijo que en Estados Unidos «tenemos la expectativa de que los padres actúen en el mejor interés de los hijos menores».
»Los extranjeros ilegales que traen a sus hijos a Estados Unidos o los tienen aquí hacen exactamente lo opuesto porque por ley cada día están sujetos a una posible deportación, y eso claramente no está en el mejor interés de los hijos», opinó.
En la redada de Arkadelphia, alrededor de 100 niños se quedaron al menos sin uno de los padres, y deportaron a los progenitores de 30. La mayoría de los padres inmigrantes ilegales dijo a los agentes federales que no tenía hijos por temor a que detuvieran, encarcelaran o alejaran de sus familias en forma permanente a los menores, según Jiménez, quien estudió la redada en Arkadelphia.
El Centro Hispano Pew, un grupo independiente de Washington, estima que en Estados Unidos viven unos 12 millones de inmigrantes ilegales. De ellos, 1.8 millones son niños, según el Centro. Además calcula que los padres de 3.1 millones de niños nacidos en Estados Unidos son inmigrantes ilegales.
Estos niños plantean un dilema jurídico particular si se retiene a sus padres para ser deportados.
»¿Realmente queremos poner a ciudadanos estadounidenses en campos de detención?», preguntó Noreen M. Sugrue, catedrática de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
Si no se reúne a los niños con sus padres, y no hay nadie que los atienda, los estados están obligados a colocarlos bajo cuidados tutelares.
En algunos casos, los padres deportados dejan a sus hijos en Estados Unidos con abuelos, otros familiares o amistades para que puedan tener una buena instrucción y otras oportunidades.
En otros casos, los niños regresan a los países de origen de los padres. No obstante, los que son ciudadanos estadounidenses tienen la opción de volver a Estados Unidos, lo que hacen algunos cuando son adultos, con menos instrucción y menos comprensión de la cultura y el idioma de las que tendrían de haber crecido en este país.
La situación difícil de los niños nacidos en Estados Unidos de padres ilegales se ha convertido en un tema político.
En recientes apariciones en público, el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, un inmigrante cubano, mencionó a los niños cuando planteaba el plan de un gran programa del gobierno de Bush para trabajadores temporales extranjeros, incluidos inmigrantes ilegales actuales.
Las deportaciones generalizadas »requerirían separar a los padres de los tres millones de hijos nacidos en Estados Unidos», dijo este mes en el Instituto Cato. «Algunos dicen que los niños podrían decidir si se van con sus padres o se quedan. ¿Se pueden imaginar eso?»
Según una investigación del Centro de Estudios Migratorios, el 23 por ciento de todos los nacimientos en Estados Unidos en el 2002 fueron de madres inmigrantes, tanto legales como ilegales, una cifra más alta que durante el punto máximo de la anterior gran oleada migratoria de 1910.
The New York Times News Service
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