Alan García: apertura y grandes retos
Editorial – El Comercio, Lima
En medio de una creciente expectativa, hoy inaugura su segundo mandato presidencial el doctor Alan García Pérez. Superada la ardua campaña electoral, es momento de mirar hacia adelante, aprender de los errores del pasado y convocar a todos los peruanos a sumarse a lo que debe ser un esfuerzo monumental de apertura y concertación para mantener e incrementar la estabilidad política, económica y social, y sacar al país adelante.
Los retos son grandes. El Perú le ha dado una nueva oportunidad al Apra y al doctor García que, luego de su desastroso primer gobierno, pueden y deben reivindicarse con la historia y con la peruanidad. Sin embargo, él y su partido deben entender que ganaron con un gran porcentaje de votos prestados (no apristas) de una mayoría de votantes que, en una encrucijada que amenazaba incluso la pervivencia democrática, optaron por elegirlo como una manera de asegurar la continuidad del Estado de derecho y la posibilidad de un crecimiento económico y desarrollo social en paz.
¿Lo ha entendido así el partido? Al respecto, es una buena señal que el primer Gabinete, encabezado por el líder aprista Jorge del Castillo, haya convocado a un gran número de profesionales y técnicos independientes de reconocida trayectoria; y también que el propio presidente García haya reiterado ayer mismo su voluntad de respetar la independencia, la autoridad y el ámbito de acción de su jefe de Gabinete y de sus ministros, lo cual es un anuncio particularmente destacable y esperamos que efectivo ante los graves retos:
INCLUSIÓN SOCIAL
Esta es la gran y primigenia responsabilidad del nuevo Gobierno. García toma la posta luego de una administración como la toledista, que deja las cuentas macroeconómicas en azul pero que, por factores endógenos y exógenos, no pudo avanzar lo esperado en redistribución económica y mayor empleo. La premisa básica es que, tanto por una cuestión de principio como de equidad y pragmatismo, el Perú no puede soportar la situación de exclusión y pobreza en que sobreviven cerca de la mitad de compatriotas. Eso es no solo indigno e injusto, sino que es caldo de cultivo del resentimiento y la confrontación que perturban peligrosamente la paz social.
CONSOLIDACIÓN ECONÓMICA, TLC Y SIERRA EXPORTADORA
La respuesta del nuevo Gobierno a tal situación tiene que ser coherente. Por supuesto que debe seguirse dando prioridad a los programas de apoyo social para los sectores más urgidos, cuidando de recortar al máximo los gastos burocráticos e incrementar su eficiencia y alcances.
Pero, eso no es todo. Luchar contra la exclusión implica varias otras cosas. Ante todo, consolidar el crecimiento macroeconómico, sin el cual no podrá haber crecimiento de la microeconomía, aquel que sea percibido directamente por las mayorías a través de más y mejores empleos, bien remunerados y concentrados principalmente en las regiones del sur.
En tal sentido, es fundamental que el nuevo gobierno asuma como una causa nacional las negociaciones para que se termine de ratificar el TLC con Estados Unidos para asegurar la entrada preferencial al mercado más grande del mundo. Están en juego no solo los empleos que actualmente genera el ATP-DEA, sino también la posibilidad de un desarrollo ordenado a través de las exportaciones y del crecimiento de la agroindustria.
También sin el TLC sería sumamente complicado dar viabilidad al programa Sierra Exportadora, que busca precisamente aprovechar las ventajas comparativas de la sierra centro y sur (donde están los colchones más clamorosos de pobreza) para insertarlos en la cadena exportadora agrícola, tarea en la que deben participar activamente los pobladores, no dejando todo el esfuerzo en manos del Estado.
APOYO A LAS PYME Y A LAS INVERSIONES
Como con buen criterio hizo el toledismo, el gobierno aprista debe dar atención preferencial a la promoción de las inversiones para alcanzar la ansiada meta de superar el 7% de crecimiento del PBI e insertarnos de lleno en el trampolín del desarrollo. Para ello es necesario que evitemos dar mensajes confusos sobre súbitos cambios en las reglas de juego e insistamos en el rol promotor y regulador del Estado, que no puede ni debe competir con los privados.
En el mundo de hoy no hay lugar para experimentos estatistas ni para actitudes aislacionistas, sino que la economía funciona globalmente con inversiones igualmente internacionales. Todo ello, claro está, dentro del amplio marco de la economía social de mercado.
En tal contexto, es fundamental mejorar las cifras de inversión pública que deja el gobierno de Toledo, lo que solo puede lograrse con concesiones o privatizaciones. Para el Gobierno aprista este paso será un reto histórico, pues no es del todo popular. Pero si asume posiciones timoratas, el mal lo sufriremos todos los peruanos, pues muchas obras no podrán ejecutarse. También debe seguirse promoviendo y apoyando las PYME y la microeconomía y generar mecanismos legales para luchar contra la informalidad, el contrabando y la evasión en todas las regiones.
REFORMA DEL ESTADO Y AUTONOMÍA DE REGULADORES
Esta es otra gran tarea en el ámbito interno. Y no solo para ordenar la carrera pública y homologar sueldos, sino para devolverle al Estado la mística, el tamaño y la eficiencia necesarias para que pueda servir mejor al ciudadano, como es su función primordial. El Estado –y esto deben entenderlo principalmente algunos cuadros apristas que pugnan por coparlo– no es un botín para pagar favores políticos, sino una entidad de la cual todos formamos parte, que no debe malgastar recursos sino usarlos eficientemente a favor del ciudadano.
No al clientelismo, al nepotismo y al derroche fiscal. Que recuerden los apristas el daño que Perú Posible le hizo a Toledo y que ellos mismos criticaron con tan justificada indignación.
A propósito, debemos insistir en otro aspecto crucial: la urgencia de dotar a los organismos reguladores (financieros, de servicios públicos, defensa del consumidor, entre otros) de un blindaje constitucional que garantice su autonomía, para impedir que sus decisiones sean manipuladas o interferidas por intereses de cualquier tipo. La idea básica es que los organismos reguladores funcionen como un cuarto sector dentro de la organización del Estado, con prescindencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo o Judicial, pero dentro del marco constitucional.
LA EDUCACIÓN, DELICADO RETO
Yendo a otros temas, queda mucho por hacer en el ámbito educativo para mejorar la calidad de la enseñanza. Ello solo se logrará si se implementa un plan nacional de mediano y largo plazo, a cargo de una entidad autónoma no sujeta al vaivén de la politiquería diaria, donde la selección, evaluación e incentivos a los maestros sean engranajes principales. Asimismo, habrá que estudiar el proyecto de municipalizar la educación, una iniciativa interesante que merecería una oportunidad a través de planes piloto.
CULTURA Y DEPORTE SOLO CON AYUDA PRIVADA
Luego, es indiscutible que, ante tantas necesidades, el Estado no puede hacerlo todo. Por ello, los temas de cultura y deporte –e incluso la ayuda social y la educación– solo podrán mejorar con el apoyo del sector privado, como sucede en casi todos los países del mundo. Y para ello es imperativo que se dé a las empresas incentivos tributarios para, vía donaciones, apoyar actividades para las cuales el gobierno no cuenta con recursos suficientes. De no hacerse lo anterior, seguramente dentro de cinco años continuaremos lamentándonos de que no se haya hecho nada.
LA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Desde El Comercio nos aunamos a la gran mayoría de peruanos que ponen sus esperanzas en el nuevo gobierno y que confían en la madurez y responsabilidad del doctor García Pérez, sobre todo en una coyuntura nacional tan promisoria como la que le deja el régimen toledista. Como medio responsable, y consecuentes con nuestra línea editorial de apoyo al buen gobierno, estaremos en la vereda de enfrente para aportar pero también para opinar con independencia y firmeza y criticar y fiscalizar con fundamentos las decisiones que tome el gobierno.
Al Apra, como partido, hay que recordarle que su responsabilidad es sumar en vez de restar, como negativamente lo hizo Perú Posible con Toledo. Por lo pronto, son buenas señales, que no deben ser flor de un día, la no apristización del Gabinete, la desactivación de las asociaciones de trabajadores apristas en pos de empleo, así como la radical posición de connotados voceros de ejercer una política de tolerancia cero contra el sectarismo y el copamiento partidario del sector público.
Al pueblo peruano, que ha esperado y sigue esperando tanto, hay que pedirle por un lado un poco de paciencia para no exigir resultados acelerados, pero por otro lado, que mantenga una actitud crítica pero positiva para demandar el cumplimiento gradual pero inexorable de una agenda de desarrollo, reconciliación, inclusión, empleo y paz social.
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