Salud e “internalidad”
Por Carlos Rodríguez Braun
ABC
Los socialistas presumen de cuidar nuestra salud. En realidad, digan lo que digan, lo que hacen es recortar nuestra libertad. Por nuestro bien, claro.
Las campañas benévolas en pro de la salud, por ejemplo: contra los fumadores, revelan totalitarismo al buscar que el reprimido aplauda la represión. En un cartel del Ministerio de Sanidad se decía: tú en el fondo sabes que soy bueno porque te prohíbo las cosas por tu bien. Asimismo, se recurre al argumento económico de la externalidad negativa en el mismo sentido que en el tráfico y con la misma carencia de fundamento, pues el riesgo de enfermedad que padecen los llamados “fumadores pasivos” es virtualmente nulo; padecen sin duda molestias, algo que puede ser resuelto mediante la educación y las normas sociales no escritas ni impuestas por ley.
Glen Whitman se apoya en la oscura distinción de Stuart Mill entre acciones que afectan o no los demás, y plantea que en cada persona hay en realidad varias personas, típicamente la persona hoy y la persona mañana. Como fumar daña mañana, habría una suerte de fallo del mercado, que en vez de “externalidad” recibe el nombre de “internalidad”, no es un efecto sobre terceros sino sobre uno mismo: nótese cómo se elude aquí el infundado argumento del perjuicio obvio sobre la salud de los demás. Por ese fallo del mercado cabría entonces gravar el tabaco o el alcohol o las grasas con los impuestos llamados “sobre el pecado”, los sin taxes.
El nuevo paternalismo es más insidioso que el viejo: se trata de intervenir no violando las preferencias de la gente sino con el argumento de que las “internalidades” pueden hacer que la gente tome decisiones incorrectas según sus genuinas preferencias y valores.
Whitman propone aplicar a la internalidad las ideas del premio Nobel de Economía Ronald Coase, que decía que las externalidades son un problema de reciprocidad y no pueden ser analizadas unívocamente. Digamos, si me prohíben fumar para cuidar mi persona mañana, de hecho están molestando a mi persona hoy. La inconsistencia temporal, o incompatibilidad de preferencias entre el presente y el futuro, se puede resolver premiando el futuro o el presente. Hay muchas formas de evitar daños, que no pasan necesariamente por la obligación y las soluciones coactivas públicas. Se dirá que obligar a no fumar ayuda a las decisiones individuales, pero no está claro que eso sea superior a las decisiones voluntarias típicas del mercado.
- 23 de junio, 2013
- 22 de julio, 2025
- 28 de julio, 2025
- 10 de marzo, 2025
Artículo de blog relacionados
“Hay hombres cuya conducta es una mentira continua” – Barón de Holbach No...
13 de octubre, 2009El Libero Finlandia se ha transformado, debido al éxito de su escuela, en...
4 de noviembre, 2014- 10 de noviembre, 2023
El Mundo.es En sendos foros televisados, Barack Obama y Mitt Romney trataron la...
26 de septiembre, 2012