Controles de cambio: receta para el retraso
RESULTA INSOLITO que en un país petrolero donde el propio Gobierno hace alarde de disponer de reservas en moneda extranjera "excesivas", lleve más de tres años con el cambio controlado.
Quienes creen que estos controles deben mantenerse alegan que desde que se impusieron, bajaron la inflación y las tasas de interés, mientras que crecieron la economía y las reservas en moneda extranjera. Aun si fuere cierto este alegato (personalmente temo que se trata de una mejora que no se mantiene en el tiempo), sería razonable contraponerle a estas supuestos hechos positivos, los efectos negativos que han traído consigo, como la corrupción alrededor de Cadivi reconocida por el propio gobierno, la pérdida de competitividad (eficiencia o productividad) del parque empresarial, la disminución de opciones entre individuos y el menoscabo del prestigio internacional del país. Estos efectos negativos no pueden medirse con números, pero son muy pesados. La eficiencia de las empresas es quizás el factor más importante en la lucha contra la pobreza y el desempleo. Si no hay más empresas y mayor eficiencia en la producción, entonces las cifras macroeconómicas a las que el gobierno suele hacer alusión, no son más que un efímero espejismo petrolero. La inflación puede haber bajado, pero allí vemos mucha manipulación de parte del INE. En todo caso, la inflación que sufrimos sigue estando entre las más altas del mundo. La eficiencia del parque empresarial se pierde por la cantidad de problemas legales, por costosos trámites que hay que hacer ante Cadivi, por no poder contar con inventarios de materia prima, partes y piezas con la seguridad y la agilidad que ofrece un cambio sin restricciones, por lo difícil o imposible que se hace poder contar con el crédito de proveedores extranjeros.
NADA CIERTO es el alegato que lo normal en el resto del mundo es que haya controles de cambio. En la pobre Africa pueden ser frecuentes. En Latinoamérica los hay solamente en Brasil, Belice y Haití. En otros países de la región puede que se registren entradas y salidas de divisas con fines de perseguir el lavado de dinero, pero a nadie le dicen que no puede viajar sino con dinero muy limitado, que no pueden adquirir cheques de viajero, o que no pueden comprar una propiedad o una empresa en el exterior.
EN NINGUN PAIS desarrollado hay controles de cambio. En China, en Corea del Sur, y en Malasia sí los hay, pero los están liberando decididamente. Empresas y ciudadanos de estos países pueden viajar tranquilos y hacer inversiones en el exterior. En Rusia, a pesar del desdén que tiene el gobierno por los derechos individuales, acaban de darle a su moneda total convertibilidad (El Universal 3-7-06). Oportuno es mencionar las razones que oficialmente esgrimieron los funcionarios: para que el país recupere la confianza en su economía, para hacer a Rusia un país más atractivo donde invertir, para terminar con la vieja mala imagen del rublo devaluado, para construir estabilidad económica. En mi opinión, los venezolanos se merecen y necesitan una moneda que sea dinero dentro y fuera del país, más la libertad de acción que ello implica.
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