El gran corruptor

Por Oswaldo Alvarez Paz
El Universal

LOS ULTIMOS SUCESOS de la vida nacional y la nueva gira de Chávez para reunirse con algunos de los gobiernos más tenebrosos y criminales del planeta, nos reafirman la convicción de que este régimen no solamente está corrompido, sino que, además, es corruptor de instituciones y personas en nombre de una revolución impropia. Pretenderán consolidarla a sangre y fuego. No importa que la Venezuela decente la rechace, hay poder y dinero suficiente para ablandarla según ellos. La amoralidad característica del señor Chávez solo es compensada por la falta de escrúpulos al actuar, independientemente de la traición a la patria que envuelven sus ejecutorias fundamentales.

Los eventos militares recientes, incluida las ceremonias de ascensos y la designación del nuevo trisoleado como ministro de la Defensa, el anuncio de entrega de fusiles a los jóvenes de un tal frente Francisco de Miranda con el correspondiente llamado a delinquir, incitándolos a la violencia y repartiendo odio al detal y, lo que quizás sea más grave de todo, las recientes palabras del infortunado ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, asumiendo la politización ideologizada de la educación y la necesidad de formar niños y jóvenes en y para la revolución, debería ser más que suficiente para entender que a este régimen hay que enfrentarlo con todo y en todos los terrenos hasta desalojarlo del poder.

Hugo Chávez no merece ser presidente. Su gobierno debe terminar. En cualquier democracia decente, las elecciones serían el momento para alcanzar el objetivo. El Gobierno bloqueó ese camino. La naturaleza de la lucha cambiará para adecuarse al objetivo. Los cauces normales están agotados. En el mundo militar se vive el mismo drama del mundo civil. Hay de todo. Gente decente e indecente. Mercenarios y también comprometidos ideológicamente. Demócratas honestos y comunistas abiertos. Igual que entre nosotros. Pero lo cierto es que Hugo Chávez dejó de ser confiable para los oficiales decentes y democráticos.