Cuba ocupa el tercer lugar en tráfico ilegal de personas de acuerdo al informe de 2006
Por Ileana Ros-Lehtinen
Diario Las Americas
Actualmente, el régimen de Castro es uno de los mayores traficantes de personas en el mundo. La semana pasada, el Departamento de Estado publicó su Reporte Anual Sobre Tráfico de Personas. De acuerdo al reporte, Cuba está clasificado en la más baja de las cuatro categorías de países envueltos en este tráfico.
“En Cuba”, señala el reporte, “mujeres y niños son utilizados con propósito de explotación sexual y trabajo forzado”. El gobierno cubano y sus autoridades no tiene límites en su “próspero comercio sexual” participando también en la explotación sexual de esas mujeres y niños.
Los Artículos 302 y 316 del Código Penal Cubano señalan sanciones entre 4 a 30 años por la promoción de la prostitución y el tráfico de menores. Otras leyes incluyen la persecución de trabajo forzado y explotación sexual. A pesar de la existencia de leyes para prevenir el tráfico humano, el gobierno autoritario de Cuba rehúsa el cumplimiento de esas leyes. Como el régimen de Castro no realiza investigaciones, arrestos, persecuciones o detenciones de traficantes, el país se convierte en el “mejor destino para el turismo sexual”.
Mientras los oficiales públicos son cómplices del tráfico humano con plena libertad, las víctimas, además de utilizadas, son castigadas. Mujeres y niños no solamente son forzados a prostituirse sino sentenciados, luego, a muchos años de prisión que los convierten en doble víctimas del despiadado dictador. La dictadura cubana se niega a iniciar regulaciones anti-tráfico demostrando su completo desinterés por la salud y seguridad de su pueblo.
El tráfico humano viola derechos universales básicos que incluyen el derecho a vivir libre de temor, abuso y explotación. La brutalización, hacinación e insalubridad en las condiciones de vivienda y la pobre nutrición crean insalubres condiciones que conducen al desarrollo de males como el sida, la tuberculosis y otras enfermedades contagiosas. El tráfico de niños causa la ruptura de las estructuras sociales, paraliza el desarrollo económico y da paso al crimen organizado. En el análisis de 149 países, el reporte señala a Cuba como uno de los peores violadores de los derechos humanos muy cerca de los opresivos regímenes de Irán y Corea del Norte.
El año pasado co-presenté la Reautorización de la Ley de Protección a las Víctimas, cuyo objetivo es proteger la parte más vulnerable de la población, especialmente mujeres y niños, del tráfico, la prostitución y el trabajo forzado.
El oprimido pueblo de Cuba merece que escuchemos sus voces. Como una ardiente defensora de la libertad y los derechos humanos, les aseguro que continuaré luchando en el congreso para combatir hasta dar fin a esas violaciones en Cuba y en todas partes.
Necesitamos hacer más y yo no descansaré hasta arrodillar al régimen de Castro y cada hombre, cada mujer y cada niño en Cuba estén libres de la opresión.
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