La venta de Univisión, el objeto de deseo de Televisa, se sume en la confusión
Por Merissa Marr, Dennis Berman y John Lyons
The Wall Street Journal
La publicitada subasta de Univision Communications Inc. se sumió en la confusión ayer, generando interrogantes sobre la compañía de medios en español que en los últimos años ha sido codiciada por su capacidad de llegar al creciente grupo de consumidores hispanos en Estados Unidos.
Univisión, que cuenta con la cadena de TV en español dominante en EE.UU. y una colección de otros activos, era considerada una de las propiedades mediáticas más atractivas que han salido al mercado en los últimos años. Pero cuando venció el plazo para recibir ofertas esta semana, quedó claro que había pocos interesados, especialmente al precio que Univisión pretende.
La consecuencia ha sido una inesperada confusión y un revés para el multimillonario A. Jerrold Perenchio, presidente y accionista controlador de Univisión. Durante los últimos 12 años, Perenchio transformó a Univisión en un gigante de medios en español que cuenta con una estación hermana, Telefutura, y 73 estaciones de radio y que ha pasado por encima de su rival Telemundo, propiedad de General Electric Co.
Sólo una oferta se presentó, por parte de un grupo de firmas de capital privado, y fue rápidamente desechada por Univisión por considerarla insuficiente.
Un segundo grupo de firmas de capital privado, aliado con el mexicano Grupo Televisa SA, que produce gran parte de la programación de Univisión, aún no ha hecho una oferta, debido a que varios socios se retiraron en medio de desacuerdos sobre cuanto deberían ofrecer. Algunos socios en ese grupo, que incluye a algunos pesos pesados del capital privado como Kohlberg Kravis Roberts, Blackstone Group y Carlyle Group, resistieron la demanda de Televisa de, en esencia, controlar la operación pese a que las leyes estadounidenses le prohíben ser dueña de más del 25% de la compañía. Algunos esfuerzos para combinar los dos grupos de ofertas fueron lanzados el jueves, pero hasta el cierre de esta sección no habían fructificado.
Más allá del desenlace, el drama de último minuto ilustra los riesgos implícitos cuando grandes firmas de capital privado, inundadas de efectivo, unen fuerzas en busca de adquisiciones. Dichas alianzas le han permitido a los fondos aspirar a compañías que valen entre US$10.000 millones y US$15.000 millones, como Sungard Data Systems y el grupo de medios VNU NV. Pero la subasta de Univisión demuestra lo débil que pueden resultar dichas coaliciones.
La venta de Univisión ha sido considerada como como un esfuerzo de Perenchio por capitalizar el creciente interés en el sector hispano de medios. Univisión dejó claro que buscaba una oferta de por lo menos US$40 la acción, o más de US$13.000 millones, y confiaba en captar el interés de los grandes conglomerados de medios y de las firmas de capital privado. Pero grupos de la talla de Walt Disney Co. y Time Warner Inc. nunca aparecieron como serios postores, desanimados por los complicados temas regulatorios y las altas expectativas de Perenchio.
Eso dejó en carrera a una larga lista de firmas de capital privado, cada una con diferentes expectativas acerca del tipo de retorno que querían obtener de la compra de Univisión. Empresas de medios en idioma español, como Univisión, se han beneficiado en los últimos años del explosivo aumento de la población hispana en Estados Unidos y creciente poder adquisitivo. Pero Univisión también tiene algunos problemas que podrían desanimar a potenciales postores.
En primer lugar, es básicamente una red de radio y televisión en un momento en que varios factores están presionando el modelo publicitario tradicional de estas empresas, desde la aparición de videograbadoras digitales que permiten a los televidentes saltarse los comerciales al auge de Internet.
Univisión cobra tarifas publicitarias inferiores a las de las cadenas en inglés, aun cuando a veces llega a una audiencia mayor. Y está el tema demográfico: mientras que los nuevos inmigrantes hispanos en EE.UU. usualmente ven Univisión y sus populares telenovelas, sus hijos quieren asimilarse, en parte, sumergiéndose en la programación en inglés. «Estamos en una encrucijada en los medios hispanos», dice Juan Faura, presidente ejecutivo de la agencia de publicidad Cultura, con sede en Texas. Él afirma que Univisión también enfrenta la competencia de canales como Discovery channel en español y ESPN Deportes. «Es como comprar una fabricante de computadoras que tiene una patente a punto de vencerse».
Casi desde el mismo día en que tomó las riendas de la mayor compañía de medios de México, en 1999, el presidente de la junta de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, se ha embarcado en una cruzada personal para lograr el control de Univisión. En los últimos años, Azcárraga y un selecto grupo de ejecutivos han pasado la mayor parte de su tiempo desarrollando una estrategia para EE.UU.
Televisa ve a EE.UU. como su única perspectiva real de crecimiento, sin embargo su contrato con Univisión ha sido su mayor obstáculo para lograr esa meta. Televisa está obligada a proveer sus populares telenovelas y otra programación exclusiva a Univisón hasta 2017 a un precio acordado antes del frenesí del mercado hispano en EE.UU. Televisa entabló una demanda contra Univisión para anular ese contrato, argumentando que Univisión lo violó al no pagar regalías.
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