Pensar en pequeño
Por Guillermo Arosemena Arosemena
El Expreso de Guayaquil
Somos “soberanos” y “nacionalistas”, pero también somos un Estado fracasado, según los ratings internacionales; en todos los indicadores país, estamos entre los últimos lugares: desarrollo humano, libertad económica, competitividad, clima de negocios, globalización, desarrollo tecnológico, gobernabilidad, etc. Solamente en corrupción nos ubicamos entre los primeros puestos.
Pero somos un país “soberano” y “nacionalista”. Nos llenamos la boca con estas expresiones, propias de países que no tienen destino. Hace medio siglo, cuando era pequeño, también se hablaba de “soberanía” y “nacionalismo” y seguramente cuando mi padre, abuelos y bisabuelos vivían, los patrioteros también hablaban de “soberanía” y “nacionalismo”. Mientras tanto, la pobreza ha proliferado, cuando otras naciones que hablaban y hablan menos de “soberanía” y “nacionalismo”, nos pasaron en renta, conocimientos y cultura.
En el siglo XVII, cuando Inglaterra era subdesarrollada, recurría a Amsterdam, el centro económico y financiero más poderoso del mundo de la época. Los holandeses imponían condiciones. ¿Acaso los gobernantes ingleses repicaron las campanas de la “soberanía” y “nacionalismo”? Todo lo contrario, adoptaron varias instituciones y técnicas de los holandeses que sirvieron para que, años después, se convierta en la emperadora del mundo, con un poder económico tan grande como el que tiene actualmente Estados Unidos.
Japón es la segunda potencia económica más grande del mundo, después de haber sido destruida en la II Guerra Mundial. Como perdedores fueron gobernados por los triunfadores. ¿Acaso ellos hicieron repicar las campanas de la “soberanía” y “nacionalismo”? Todo lo contrario, fueron prácticos y lograron aprender y perfeccionar las técnicas de quienes ganaron la guerra.
Malasia, Singapur y Hong Kong fueron colonias hasta hace algo más de medio siglo. ¿Acaso ellos hicieron repicar las campanas de la soberanía y nacionalismo? Todo lo contrario, fueron prácticos e invitaron a la inversión extranjera. Actualmente tienen un nivel de vida varias veces superior a la del país más rico de América Latina. Vietnam combatió una guerra sangrienta que duró 10.000 días, donde Estados Unidos era su enemigo.
Hace una semana acaba de firmar una especie de tratado de libre comercio con esa nación. ¿Acaso ellos hicieron repicar las campanas de la soberanía y nacionalismo? Todo lo contrario, han recibido inversión extranjera estadounidense desde hace una década y su economía crece sostenidamente a tasas muy superiores a las latinoamericanas. Puedo seguir dando más ejemplos.
Pocos años antes de fallecer, se le preguntó a Luis Noboa Naranjo, cuál había sido el secreto para el éxito de su negocio bananero y él contestó: “No haberme peleado con los grandes”. Con todo el poder que tiene China, no se pelea con los Estados Unidos, porque sus gobernantes saben que no pueden darse ese lujo, necesitan de tecnología e inversión extranjera. Esta futura potencia extranjera, tiene a esa otra poderosa nación, como el mercado más grande para sus productos, donde vende más del 25% del total de las exportaciones.
Ecuador, como país “nacionalista” y “soberano”, ha decidido romper fuego con Estados Unidos que compra más del 45% de sus exportaciones, cuyos bancos son las principales instituciones de crédito para financiar el sector privado, cuyas empresas dan trabajo a migrantes legales e ilegales, que envían más de 2.000 millones de dólares anuales a sus familiares en Ecuador, cuyas fundaciones privadas apoyan significativamente la labor de más de un centenar de organizaciones no gubernamentales e instituciones como la Junta de Beneficencia. Un ejemplo son las misiones de médicos y enfermeras que anualmente llegan para hacer operaciones quirúrgicas sin costo alguno para los ecuatorianos pobres. Pero somos “soberanos” y “nacionalistas”.
Es muy difícil predecir las consecuencias de tan drástica medida, que no guarda proporción alguna, al supuesto delito cometido. La transferencia de las acciones, causa de la caducidad, no ha ocasionado ningún perjuicio económico a Ecuador. Tenemos un sentido equivocado de hacernos respetar. Los países merecen respeto y son admirados, cuando sus gobernantes se preocupan de la educación y salud del pueblo, cuando les ofrece oportunidad para trabajar y tener una vida digna, cuando las instituciones son sólidas, cuando hay respeto a la propiedad física e intelectual, cuando las sociedades son cultas y logran entenderse, cuando hay capacidad innovadora, etc.
¿Por qué Chile siempre hace noticia favorable en la prensa internacional, al igual que otros países, decididos a tener como destino ser fuertes y poderosos? No hacen noticias llenándose la boca de ser “soberanos” y “nacionalistas”.
Al día siguiente de decretada la nulidad, recibí la llamada de un amigo, quien tiene como principal mercado Estados Unidos, donde exporta uno de los productos de mayor agregado entre los bienes exportables ecuatorianos. Me comentaba que si el Gobierno establece un arancel de 5%, no podría competir con empresas colombianas y de otras procedencias. No se trata de una empresa grande, es pequeña, pero tiene grandes perspectivas de crecimiento. Así como mi amigo, debe haber centenares de medianos y pequeños empresarios que están en una encrucijada.
Cuando Ecuador se encuentre en un callejón sin salida, comenzarán a aparecer problemas en sectores productivos que se pensaba no sufrirían por las acciones tomadas en el actual Gobierno. Encontrándose interconectada la economía ecuatoriana con la de nuestros socios comerciales, es muy difícil medir las consecuencias, si las cosas terminan mal, como así parece que será.
- 23 de julio, 2015
- 13 de mayo, 2025
- 12 de mayo, 2025
- 18 de abril, 2025
Artículo de blog relacionados
El Nuevo Herald El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, puede no haber...
26 de mayo, 2013- 19 de noviembre, 2023
The Wall Street Journal Americas Hace 80 años, Ralph Heilman, el decano de...
26 de marzo, 2014Por Leopoldo Puchi Correo del Caroní A propósito de la grave crisis de...
28 de septiembre, 2008