Si el juez en la causa Microsoft decide partir a la empresa, los ganadores serán un pequeño grupo de competidores que han estado haciendo politiquería durante años para restringir la capacidad de competir de Microsoft, y los perdedores serán prácticamente todos los demás.

Estos competidores, empresas tales como Sun, Oracle, IBM y AOL, son de por sí todas firmas grandes y poderosas, en particular tras la fusión AOL/Time. En 1995, AOL convenció al gobierno de investigar al servicio online de Microsoft en lo que resultó ser una causa precursora de la actual. AOL sostenía que su servicio online no podía competir contra el servicio MSN de Microsoft. ¿La supuesta razón? La inclusión por parte de Microsoft de un icono para el MSN en el escritorio del sistema operativo Windows.

La historia ha demostrado que este reclamo era infundado dado que AOL posee un mercado que es 10 veces mayor que el del MSN. Esa queja, no obstante ser probadamente falsa, volvió a resurgir y se convirtió en la causa actual. En esta versión, la inclusión de Microsoft de un icono para su navegador en el escritorio del sistema operativo Windows pretendidamente hacía imposible que el navegador Netscape pudiese competir.

Sorprendentemente, el juez estuvo de acuerdo, basando su decisión en una defectuosa teoría económica a la que Stephen Margolis y yo refutamos en nuestro libro, Winners, Losers & Microsoft. La decisión preliminar del juez—o determinación de los hechos—estuvo redactada de una manera suficientemente enérgica como para indicar que en verdad él podría estar deseando desmenuzar a la empresa.

El veredicto podría dictarse tan pronto como en el mes de marzo. Las conversaciones en pos de un acuerdo parecerían estar yendo a ninguna parte, y todos, entre los que me incluyo, esperan que el juez halle culpable a Microsoft. Los únicos interrogantes que restan son acerca de la condena y la posibilidad de que el tribunal de apelaciones revoque el veredicto. A eso se debe que se le haya prestado tanta atención a los informes respecto de que una partición de Microsoft ha sido solicitada por la fiscalía, en representación del Departamento de Justicia y los 19 estados involucrados en la causa.

La partición de una empresa es costosa y perturbadora, del mismo modo que un divorcio es perturbador para los miembros de una familia. Esto explica por qué es el remedio preferido por los competidores de Microsoft (y algunos “consumidores” activistas motivados políticamente) quienes no tienen ningún interés en ver a una competencia adicional que podría hacer bajar los precios.

Los intereses de los consumidores, sin embargo, han sido virtualmente ignorados tanto en la causa incoada por el gobierno como en el pronunciamiento del juez. Por lo tanto, existen pocos motivos para esperar que los intereses de los consumidores sean algo más prominentemente considerados en la condena.

Un desguase de Microsoft dañará el bienestar de los consumidores de varias maneras importantes. Los consumidores serán lesionados porque Microsoft ha disminuido los precios de forma incesante, provocando reducciones en los precios del software en casi todos los mercados en los cuales ha competido. El precio de lista de $495 que era común para muchos productos de software en los años 80 ha desaparecido del todo gracias a la agresiva política de precios de Microsoft.

Las bajas en los precios han sido cinco veces mayores en los mercados en los cuales Microsoft compite que allí donde no lo hace. Esta baja en los precios es un anatema para los enemigos de Microsoft. Los críticos de Microsoft a veces defensivamente señalan que algunas empresas que han perdido sus mercados en favor de Microsoft han desde entonces reducido sus precios casi a cero. Sostienen en base a esto que Microsoft en verdad cobra precios elevados. Sin embargo, es importante recordar que cuando esas firmas-WordPerfect y Lotus-dominaban el mercado, no estaban interesadas en precios bajos, ni estarían cobrando dichos precios bajos si todavía fuesen dominantes.

Otra fuente de daño a los consumidores provendrá de las múltiples versiones de los productos de Microsoft que serían el resultado de una partición. El hecho de tener varias versiones de Windows y Word impondrá grandes costos en la medida que los consumidores traten de figurar qué versión adquirir y determinar cómo retener de la mejor forma la compatibilidad con sus antiguos programas.

Los consumidores estarán también perjudicados porque un tullido Microsoft tendría una capacidad disminuida para producir software de calidad. Las reseñas de productos realizadas por terceros claramente indican que Microsoft ha producido productos de la más alta calidad en los mercados que logra dominar.

Finalmente, los consumidores serán perjudicados en virtud de que habrá menos jugadores de peso compitiendo en el emergente mercado de contenido de banda ancha para Internet, el cual parecería ofrecer posibilidades indescriptibles, incluida la interactividad de audio/video de alta calidad.

Microsoft es una de las pocas firmas lo suficientemente grande y buena como para competir por este mercado en contra de los deseos de AOL/Time Warner y AT&T. Si Microsoft resulta desmenuzada, será una alternativa importante que ya no estará disponible para los consumidores, y además probablemente una de bajo precio.

Los bajos precios y los productos generalmente superiores de Microsoft no han sido buenos para sus competidores. Es lo suficientemente malo que estas firmas encuentren a un maleable Departamento de Justicia deseoso de cumplir sus ordenes. En verdad será una jornada triste si la empresa más competitiva en la industria es obstaculizad de la manera más injuriosa.

Traducido por Gabriel Gasave