Lecturas recomendadas sobre el libre comercio versus el proteccionismo

Todo lo que necesitas saber sobre los mercados abiertos, las ventajas comparativas y la globalización
11 de marzo, 2025

Introducción

Los economistas, remontándonos a Adam Smith y David Ricardo, son prácticamente unánimes en que el libre comercio beneficia a los consumidores y a la economía en general. Pero existen intereses especiales que se beneficiarían a corto plazo de las barreras proteccionistas. Y hay un amplio sector de la opinión pública que no comprende los argumentos a favor del libre comercio. No es de extrañar que haya políticos demasiado predispuestos a obtener votos sirviendo a los intereses proteccionistas.

Las personas, granjas, empresas y fábricas de Estados Unidos deberían poder comerciar libremente con personas, granjas, empresas y fábricas más allá de las fronteras internacionales. Por ejemplo, usted debería poder adquirir zapatos fabricados en Etiopía. El economista William Niskanen destaca el argumento moral a favor del libre comercio: los individuos tienen derecho “a llegar a acuerdos consensuados a través de las fronteras nacionales”. Sin interferencia gubernamental, esa interacción voluntaria es armoniosa y mutuamente beneficiosa. La gente no comercia a menos que crea que después se hallará mejor.

Gran parte del comercio internacional puede explicarse por las ventajas comparativas. El economista Donald J. Boudreaux explica que “la principal percepción no trivial” que hallamos en la idea de las ventajas comparativas es que “la capacidad técnica para producir un producto” de un interés económico, por sí sola, es “irrelevante” para determinar si “una entidad debe producir dicho producto directamente” o “adquirirlo a través del intercambio, produciendo primero otro bien y luego comerciándolo” por el producto deseado.

Las barreras comerciales son establecidas por políticos y burócratas que utilizan la maquinaria gubernamental para perturbar el comercio voluntario y conceder privilegios a intereses especiales a expensas de los consumidores y el público en general. Los empleos que se protegen de los vientos de la competencia son puestos de trabajo en industrias estancadas que no se encuentran sometidas a ninguna presión para mejorar e innovar. El libre comercio ofrece las mejores condiciones a los consumidores y fomenta el crecimiento de la economía.

Estos políticos y burócratas, que podrían alinearse tanto con demócratas como con republicanos, disfrazan la concesión de privilegios especiales con la retórica del beneficio público. A menudo tienen éxito porque enfocan sus esfuerzos en asegurar estos privilegios, mientras la atención del público se encuentra dispersa en otros asuntos.

¿Cuáles son algunas de las estratagemas retóricas frecuentes de los defensores del privilegio proteccionista?

Afirman que las industrias recién nacidas necesitan una sobreprotección. Sostienen que su país precisa ser fuerte o dominar en supuestas industrias clave. Afirman tener una precepción especial de lo que requiere el interés nacional, y resulta que éste exige proteger esos intereses especiales. Como dice James Bovard, el llamado “comercio justo” significa “subyugar” los deseos de los consumidores a los de los funcionarios del gobierno y los intereses especiales a los que están ayudando.

Dicen que unos aranceles elevados generarán abundantes ingresos fiscales, olvidando que existe una curva de Laffer para los aranceles. Como señaló el historiador económico F. W. Taussig en 1888, si un gobierno eleva los aranceles, creando así empresas nacionales protegidas, los productos de estas empresas nacionales sustituirán a las importaciones, y los ingresos procedentes de los aranceles sobre esas importaciones disminuirán.

Los defensores de la protección afirman que les preocupa la “balanza comercial”. Milton Friedman, Premio Nobel de Economía, aclara que una “balanza comercial favorable” en verdad significa “exportar más de lo que importamos”, enviar “al extranjero bienes de mayor valor total que los bienes que recibimos del extranjero”. Y pregunta: “En su hogar”, ¿usted no preferiría “pagar menos por más” que al revés, y sin embargo eso es lo que se llamaría una “balanza de pagos desfavorable”?

No obstante, a pesar de estratagemas retóricas como la “balanza comercial” y a pesar de que los intereses especiales dedican mucho tiempo y dinero a obtener privilegios, hemos disfrutado de épocas de relativo libre comercio.

¿Por qué han surgido estos periodos de libre comercio? Porque las personas cívicamente activas han mantenido -llámelo como quiera- ideales, filosofías o ideologías que apoyan la libertad de comercio y han actuado en nombre de esos ideales.

Esto podría formar parte de un amor generalizado por la libertad -como fue el caso de los abolicionistas librecambistas estadounidenses del siglo XIX, como el ensayista y poeta Ralph Waldo Emerson, el periodista combativo William Lloyd Garrison, el influyente ministro religioso Henry Ward Beecher, el poeta y editor de periódicos William Cullen Bryant,  y el senador Charles Sumner de Massachusetts- que creían que el libre comercio estaba relacionado con la emancipación de los esclavizados. Del mismo modo, muchos inmigrantes que huyeron a Estados Unidos tras la supresión de las revoluciones europeas liberal-clásicas de 1848 -como Carl Schurz, inmigrante alemán y más tarde senador por Misuri- veían la libertad como un todo.

Los líderes del movimiento de libre comercio del siglo XIX en Gran Bretaña -como Richard Cobden y John Bright– sostenían que había verdades morales subyacentes a la libertad de comercio. Cobden decía que “el principio del libre comercio” debía actuar como “un principio de gravitación” en el ámbito moral. Por ello, los librecambistas británicos podían ver que los aristócratas terratenientes (“defensores de los impuestos sobre el pan”) perjudicaban a los pobres por medio de barreras al grano importado que elevaban así el precio de ese producto. El historiador económico Murray Rothbard llama al esfuerzo británico “un poderoso movimiento ideológico que se deshizo de esta red de privilegios”. El economista Mark Brady afirma que estos librecambistas británicos del siglo XIX fueron un ejemplo de movimiento social de éxito construido sobre la base de una “dedicación inquebrantable” a un objetivo claro, “puro trabajo duro” y una publicidad “innovadora”.

Tras la Segunda Guerra Mundial, personas de todo el mundo comprometidas cívicamente reconocieron que los elevados muros arancelarios que dividían Europa en el periodo de entreguerras habían ralentizado la recuperación de la Gran Depresión y habían alimentado el feroz nacionalismo que desembocó en la conflagración mundial. Las guerras comerciales pueden conducir con demasiada facilidad a guerras a tiros. El reconocimiento de estos hechos ha impedido el proteccionismo.

Lo que se necesita hoy es un renacimiento de los ideales del libre comercio y un reconocimiento de los peligros del proteccionismo. Necesitamos columnistas accesibles como Milton Friedman y Henry Hazlitt en la revista Newsweek de antaño. Hasta su reciente retiro, Paul Krugman defendió persuasivamente el libre comercio en el New York Times. Necesitamos más creadores de ‘podcasts‘ como Russell Roberts que utilicen su imaginación para desacreditar las afirmaciones del proteccionismo. Roberts incluso escribió una novela en la que un Ricardo fantasmal desacredita el proteccionismo mientras persigue a un fabricante estadounidense. Necesitamos sátiras ingeniosas como la “Petición de los fabricantes de velas” de Frédéric Bastiat, fabricantes de velas que en su famosa súplica ficticia pretendían bloquear el sol para proteger su industria. Bastiat demostró que el proteccionismo era irrisorio.

Jagdish Bhagwati, el mejor economista sobre comercio internacional de nuestra era, ha dicho a menudo que cree en el efecto Drácula, es decir, que al igual que Drácula es derrotado por la luz, las opiniones erróneas sobre el comercio pueden ser derribadas iluminándolas. Lo que el libre comercio necesita son defensores elocuentes y, a medida que el costo de la protección se haga sentir, un movimiento de masas que proteste contra los bloqueos comerciales injerencistas de Washington y defienda el derecho de los consumidores y las empresas a comprar lo que desean y tan barato como sea posible.

Los defensores del libre comercio necesitan un sustento intelectual para respaldar sus argumentos, y ese es el propósito de esta lista de lecturas comentadas.

Si sólo puedes leer dos artículos, echa un vistazo a la satírica La petición de los fabricantes de velas por Frédéric Bastiat; y al artículo de Donald Boudreaux Comparative Advantage.

Lecturas recomendadas

 

Bastiat, Frédéric. “A Negative Railroad”. En Sofismas Económicos, 1ª serie, cap. 17, 1845.

Ludwig von Mises escribió: “La crítica [de Bastiat] a todas las tendencias proteccionistas y afines es aún hoy insuperable. Los proteccionistas e intervencionistas no han sido capaces de presentar una sola palabra de réplica pertinente y objetiva”.

Extracto: “Digan lo que digan los proteccionistas, … el principio básico de la restricción es el mismo que el principio básico de los cortes en las vías [del ferrocarril]: el sacrificio del consumidor al productor, el sacrificio de fin a los medios”.

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Bastiat, Frédéric. “La petición de los fabricantes de velas” (octubre de 1845).

Se trata de la sátira más famosa jamás compuesta sobre el proteccionismo.

Extracto: “Sufrimos la intolerable competencia de un rival foráneo cuya producción de luz, al parecer, es tan superior a la nuestra que inunda nuestro mercado nacional a un precio asombrosamente bajo”.

Murray N. Rothbard escribe: “La “Petición de los fabricantes de velas” de Frédéric Bastiat es [justamente famosa]. En esta satírica petición al parlamento francés, la asociación de fabricantes de velas pide al gobierno que proteja su industria, que emplea a muchos miles de hombres, de la competencia desleal, injusta e invasiva de una fuente de luz exterior: el sol. Los fabricantes de velas de Bastiat piden al gobierno que bloquee la luz del sol en toda Francia, un dispositivo de protección que daría empleo a muchos millones de dignos fabricantes de velas franceses”.

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Bhagwati, Jagdish. Free Trade Today. Princeton University Press, 2002.

Basado en las conferencias del autor en la Escuela de Economía de Estocolmo y, por lo tanto, accesible a los profanos en la materia.

El autor escribe que se trata de “una obra breve, accesible y de amplio alcance que presenta los argumentos a favor del libre comercio a los escépticos y críticos de la actualidad, en verdad, a cada ciudadano cuando se encuentra con argumentos sobre el libre comercio y debe decidir quién tiene razón”.

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Bhagwati, Jagdish. In Defense of Globalization. Oxford University Press, 2004.

Melani Cammett escribe: “In Defense of Globalization de Jagdish Bhagwati es una contribución importante. Como revela el título, el libro articula un fuerte apoyo a la globalización, en particular bajo el disfraz del libre comercio y la inversión extranjera directa. El objetivo de Bhagwati es desacreditar sistemáticamente los principales argumentos de los activistas antiglobalización, a los que divide en dos bandos: las fuerzas antisistema con una oposición total a los sistemas basados en el mercado, y los críticos que se centran en aspectos más específicos de la globalización pero que, según él, basan sus argumentos en información incompleta o deficiente. Desestimando al primer grupo, Bhagwati aborda los argumentos del segundo para exponer las fallas de su razonamiento y revelar el ‘rostro humano’ de la globalización”.

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Bhagwati, Jagdish. Protectionism. MIT Press, 1988.

Basado en las conferencias impartidas por el autor en la Escuela de Economía de Estocolmo en 1987 y, por tanto, accesible a los profanos en la materia.

Nancy E. Schwartz escribe: “Bhagwati describe las fuerzas que subyacen al reciente aumento del proteccionismo, encarnado en los llamamientos populares a la reciprocidad, el ‘comercio justo’ o la ‘igualdad de condiciones’. Analiza el aumento de las barreras no arancelarias, como las restricciones voluntarias a la exportación (VER)”.

“Señala las similitudes en los argumentos a favor de la protección en ambos extremos del espectro manufacturero: los bienes tradicionales de baja tecnología y bajos salarios, como los textiles, en los que otros países tienen ventajas comparativas de costos, así como los bienes de alta tecnología y altos salarios que están aumentando bajo la presión de Japón y otros países de Asia Oriental. … Bhagwati ofrece una visión de la reciente literatura teórica, empírica y de actualidad, que abarca desde la teoría del comercio estratégico hasta la ‘fabricación es importante’”.

“Otro tema del libro, basado en el trabajo con Douglas Irwin, es que el patrón del sentimiento proteccionista en Estados Unidos guarda grandes similitudes con la experiencia británica del siglo XIX. Por ejemplo, los argumentos a favor del mantenimiento de las Leyes del Maíz son extrañamente similares a los argumentos populares actuales a favor del comercio justo frente al libre comercio”. …

“Además, hay una excelente, aunque compacta, bibliografía sobre literatura teórica, empírica, histórica e institucional de política comercial. El libro también está lleno de humor. … Expresando su optimismo en la continua viabilidad política del libre comercio, Bhagwati cita su fe en el ‘Efecto Drácula: exponer el mal a la luz del sol ayuda a destruirlo’”.

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Bhagwati, Jagdish. Termites in the System: How Preferential Agreements Undermine Free Trade. Oxford University Press, 2008.

Martin Wolf escribe: “El principal erudito en política comercial del mundo explica por qué lo que él denomina ‘acuerdos comerciales preferenciales’ no son un camino hacia el libre comercio mundial, sino un peligroso paso para alejarse de él. Jagdish Bhagwati, viejo y valiente opositor a estos acuerdos y, en particular, a los que se establecen entre las potencias hegemónicas y los países en desarrollo, explica cómo promueven costosas desviaciones del comercio, interfieren en el funcionamiento eficiente del comercio mundial y permiten a las grandes potencias extraer concesiones injustificadas de los países más débiles. Este libro subraya la perdurable sabiduría de la no discriminación, el ahora casi completamente olvidado principio fundacional del sistema de comercio mundial, y concluye que la única forma de volver a la cordura es avanzando hacia el libre acceso al mercado para todos”.

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Boudreaux, Donald J. “Comparative Advantage.” Defending Globalization: Economics series. Cato Institute, 12 de septiembre, 2023.

Extracto: “En términos más sencillos, la ventaja comparativa se refiere a la capacidad y voluntad de una persona para proporcionar a otras personas un bien o servicio que éstas no pueden adquirir de otro modo a un menor costo. Descrita de este modo, la ventaja comparativa parece trillada: Decir que Ana tiene una ventaja comparativa en el suministro de pescado a Bob es sólo decir que, al menos para Bob, el proveedor de pescado más barato es Ana. Si, por tanto, Bob quiere adquirir pescado y que le quede la mayor renta posible para comprar otras cosas, lo mejor es que le compre pescado a Ana”. …

“La principal percepción no trivia que se obtiene de entender la ventaja comparativa es la siguiente: La capacidad técnica de un interés económico para producir un producto es, por sí sola, irrelevante para determinar si una entidad debe producir ese producto directamente o adquirirlo a través del intercambio, produciendo primero otro bien y luego comerciándolo”.

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Boudreaux, Donald J., and Nita Ghei. “The Benefits of Free Trade: Addressing Key Myths.” Policy Brief. Mercatus Center, 23 de mayo, 2018.

Extracto: “Cuando todo el mundo sigue el mismo sistema basado en normas, hay menos oportunidades para el amiguismo, o la capacidad de las naciones participantes para desviar las ventajas comerciales hacia las partes favorecidas. En ausencia de tal sistema, las industrias más grandes y mejor conectadas pueden adquirir más fácilmente ventajas injustas, como lagunas fiscales y reglamentarias, que las protegen de la competencia”.

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Bovard, James. Fair Trade Fraud: How Congress Pillages Consumers and Decimates American Competitiveness. St. Martins, 1991

Extracto: “El comercio justo significa que los funcionarios del gobierno deciden lo que los estadounidenses deben comprar. El comercio justo es el paternalismo aplicado al comercio internacional. El comercio justo significa subyugar el interés económico de los ciudadanos privados a los valores morales y políticos de los responsables políticos del gobierno”.

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Brady, Gordon L. “Protection in International Trade.” Chapter 8 in Gordon Tullock, Arthur Seldon, and Gordon L. Brady, Government Failure: A Primer in Public Choice. Cato Institute, 2002.

Extracto: “[L]a expectativa de una ganancia superior al costo lleva a los grupos de intereses especiales a persuadir a los gobiernos para que apliquen políticas proteccionistas nacionales sin tener en cuenta los efectos perjudiciales para el conjunto de la sociedad. Estos grupos de interés tratan de ganarse el apoyo de la opinión pública con argumentos interesados de que las políticas proteccionistas promueven el interés nacional ‘nivelando el campo de juego’, protegiendo las industrias estratégicas de la competencia extranjera, fortaleciendo las ‘industrias incipientes’, creando crecimiento económico, preservando los puestos de trabajo y otros argumentos engañosos”.

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Brady, John Mark. “Against the Tide: The Life of Francis W. Hirst.” Foundation for Economic Education, 1 de junio, 1999.

Extracto: “Después [de la Primera Guerra Mundial,] Hirst continuó escribiendo en favor de la causa del libre comercio. Su obra From Adam Smith to Philip Snowden: A History of Free Trade (1925) era una breve historia política del libre comercio en Gran Bretaña. En Safeguarding and Protection, publicado por primera vez en 1926 como folleto del Club Cobden y ampliado como libro al año siguiente, explicaba cómo el Gobierno conservador, a pesar de la promesa del primer ministro Stanley Baldwin contra la protección, había ampliado los derechos arancelarios con el pretexto de la ‘defensa’ (eufemismo de proteccionismo). Esto había tranquilizado a los votantes y permitió a los tories explotar los temores al bolchevismo y derrotar a los laboristas y liberales partidarios del libre comercio en los comicios generales de 1924. Hirst criticó la ‘unión aduanera estadounidense’, contrapuso a los demócratas librecambistas con los republicanos proteccionistas y explicó cómo los elevados aranceles estadounidenses dificultaban a las naciones europeas el pago de sus deudas de guerra a Estados Unidos. También describió cómo los ‘muros arancelarios de Europa’ impedían la recuperación económica”.

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Brady, John Mark. “Cobden, Richard (1804–1865).” En Encyclopedia of Libertarianism, ed. Ronald Hamowy. Sage Publications para el Cato Institute, 2008.

Extracto: “Richard Cobden es más recordado por su asociación con John Bright a la cabeza del movimiento en Gran Bretaña para derogar el arancel sobre el grano importado, conocido como las Leyes del Maíz”. …

“La Asociación contra la Ley del Maíz de Manchester se organizó en septiembre de 1838, y su sucesora, la Liga contra la Ley del Maíz, en marzo de 1839, para buscar la derogación de los onerosos aranceles sobre el grano importado. Este tributo mantenía altos los precios internos en beneficio de los propietarios de tierras, que recibían así rentas agrícolas mucho más elevadas. Sin embargo, este arancel empobrecía a los consumidores, especialmente a los hogares humildes, para los que el pan era una parte principal de su dieta. Richard Cobden, John Bright y Charles Pelham Villiers se convirtieron en los portavoces más destacados de la liga”. …

“La Liga contra la Ley del Maíz ejerció una profunda influencia en la promoción de la causa del libre comercio en Gran Bretaña. Hasta el día de hoy, la liga sigue siendo un ejemplo espléndido, pero demasiado raro, de cómo la dedicación inflexible a un objetivo único y comprensible, combinada con el trabajo arduo y la propaganda innovadora, puede lograr con éxito ese objetivo a través de medios pacíficos”.

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Bresiger, Gregory. “Laissez-Faire and Little Englanderism: The Rise, Fall, Rise, and Fall of the Manchester School.” Journal of Libertarian Studies, vol. 13, no. 1 (1997): 45–79.

Extracto: “[Los manchesterianos] sostenían que las Leyes del Maíz habían sido diseñadas por los intereses agrícolas aristocráticos para mantener artificialmente alto el precio de los alimentos. Los partidarios de la Ley del Maíz argumentaban que proteger a los agricultores era una cuestión de seguridad nacional, y que los alimentos cultivados en casa garantizarían abundantes reservas de cereales en caso de que algún nuevo Napoleón intentara estrangular de nuevo a Gran Bretaña declarando que Europa no podía comerciar con ella”.

“Pero Adam Smith, escribiendo sobre las Leyes del Maíz, y observando que estaban diseñadas para incrementar la producción de alimentos, había advertido que generaban más problemas de los que resolvían. ‘Las hambrunas siempre son causadas por los supuestos remedios para la escasez aplicados por el gobierno’. Según Smith, era ‘la violencia gubernamental’ la que ‘distorsionaba los mercados’”.

“Henry Ashworth, miembro de la Escuela de Manchester, sostenía que las Leyes del Maíz eran un plan flagrante de los terratenientes para enriquecerse mediante una autoridad legal que oprimía a todos los demás sectores de la comunidad. Eran otro método para hacer que todos los contribuyentes de la sociedad pagaran por las meteduras de pata de unos pocos hombres bien conectados”.

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Bright, John. Selected Speeches of John Bright on Public Questions. J. M. Dent & Sons; E. P. Dutton, 1914. Disponible en Internet Archive.

Extracto: “[Volvamos] a los años 1840 y 1841, … fue en estos tiempos cuando Ebenezer Elliott, el poeta de Sheffield -el Rimador de las Leyes del Maíz- escribió su ardiente y feroz condena de esta ley. [En sus conmovedores versos, muestra] cómo la Ley del Maíz golpea aquí y allá a casi todo el mundo, destruyendo su prosperidad y sus esperanzas, y condenándolo a él y a su familia al sufrimiento diario. Por último, se dirige al vendedor ambulante y dice:

“Vendedor ambulante gravado por el impuesto al pan, todos pueden ver,

lo que ese impuesto te ha hecho a ti,

y a tus hijos, vilmente llevados

cantando himnos por pan vergonzoso,

hasta que las piedras de cada calle

conozcan sus pequeños pies descalzos”.

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Butler, Eamonn. An Introduction to Trade and Globalisation. Institute of Economic Affairs, 2022.

Extracto: “Este libro es una introducción directa a los principios, la economía y la política del comercio internacional. Escrito en un lenguaje sencillo, debería resultar atractivo para lectores inteligentes interesados en los principios que sustentan la economía internacional y el debate público sobre cómo se estructura y gestiona el comercio. Sería útil tanto para estudiantes de secundaria y bachillerato como para profesionales de la empresa y la política pública”.

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Chodes, John. “Richard Cobden: Creator of the Free Market.” Ideas on Liberty, marzo 1993. Foundation for Economic Education.

Extracto: “Cobden comprendía las verdades morales que se escondían tras el comercio no regulado. Derribar las barreras a la libertad de comercio derribaba las barreras de clase y los obstáculos a los derechos civiles. Redujo la expansión militar, ya que una armada poderosa era un legado de la vieja idea mercantil de que los buques de guerra protegían el comercio entre las colonias y otros mercados controlados”.

“Los aranceles proteccionistas fuero llamados ‘Leyes del Maíz’. Restringían el libre flujo de maíz, trigo, cebada y avena entre Gran Bretaña y los países extranjeros para proteger al agricultor británico de la competencia”. …

“Cobden veía la derogación como la mayor batalla individual de su tiempo. Uniría a trabajadores, agricultores e intereses comerciales contra el privilegio para alterar radicalmente la estructura de poder político del país”.

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Clausing, Kimberly. Open: The Progressive Case for Free Trade, Immigration, and Global Capital. Harvard University Press, 2019

Scott Lincocome escribe: “La mayor fuerza del libro radica, quizá como era de esperar, en sus argumentos a favor de la globalización en sus múltiples formas. El capítulo 3 presenta los ‘convincentes’ argumentos a favor del comercio internacional y explica por qué existe desde hace tiempo un consenso económico a favor del comercio liberalizado y en contra del proteccionismo. … La autora … desmonta las afirmaciones predominantes de que el comercio internacional causa una destrucción neta de empleo o deprime la participación de la mano de obra, o que un cambio a industrias intensivas en mano de obra sería un beneficio neto para la economía estadounidense. Por el contrario, las industrias exportadoras (que suelen pagar mejor y tener mayor productividad) y sus comunidades, los consumidores de insumos industriales importados como Boeing, las empresas estadounidenses que utilizan cadenas de suministro mundiales como Apple, y las empresas de servicios (por ejemplo, construcción y venta minorista) que pagarían más y producirían menos sin acceso a las importaciones, sufrirían pérdidas significativas. Clausing también explica la fuerte correlación entre el comercio y el crecimiento económico o el desempleo, con los países ‘globalizadores superando sistemáticamente a los no globalizadores en ambos casos durante varias décadas (y sacando a miles de millones de nuestros congéneres de la pobreza en el proceso)”.

“En el capítulo 4, continúa abordando el tema de los llamados «perdedores» del comercio, haciendo hincapié en las recientes conclusiones del economista David Autor y sus colegas sobre el ‘impacto de China’. Aunque reconoce estos resultados y los efectos sobre el empleo asociados al comercio en general, Clausing explica acertadamente que (1) las investigaciones posteriores han demostrado que es más probable que el choque con China haya redistribuido puestos de trabajo en EE.UU. en lugar de destruirlos; y (2) los economistas han tenido dificultades para distinguir entre las dislocaciones de empleo causadas por el comercio y los choques tecnológicos en general, y la mayor parte de los trabajos empíricos muestran que estos últimos han tenido un impacto mucho mayor en los mercados laborales de EE.UU. que los primeros. También sitúa estos choques comerciales en el contexto necesario, explicando que los dos millones de empleos supuestamente perdidos por el choque con China entre 1999 y 2011 quedan empequeñecidos por los seis millones de empleos que la economía estadounidense destruye en un solo trimestre. Por último, Clausing dedica un tiempo considerable a demostrar que el cambio tecnológico ha ‘anulado’ cualquier efecto negativo sobre el empleo en el sector manufacturero causado por el comercio, citando décadas de aumento de la producción manufacturera estadounidense y una proporción decreciente del empleo manufacturero en otros países desarrollados y en desarrollo (incluidas potencias manufactureras como Alemania, Corea del Sur y México)”.

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Cobden, Richard. The Political Writings of Richard Cobden, 2 vols., ed. Naomi Churgin Miller. Garland, 1973.

Tom G. Palmer escribe: “Una útil colección de los escritos políticos del gran antiimperialista librecambista inglés”.

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Cobden, Richard. “Speech in Manchester, January 15, 1846.” In Speeches on Public Policy, by Richard Cobden, M.P., ed. John Bright and J. E. Thorold Rogers. Macmillan & Co., 1870.

Extracto: “Veo en el principio del libre comercio aquello que actuará en el mundo moral como el principio de gravitación en el universo, atrayendo a los hombres, haciendo a un lado el antagonismo de raza, credo e idioma, y uniéndonos en los lazos de la paz eterna. He mirado aún más lejos. He especulado, y probablemente soñado, en el oscuro futuro -dentro de mil años- he especulado sobre cuál puede ser el efecto del triunfo de este principio. Creo que el efecto será cambiar la faz del mundo, de modo que se introduzca un sistema de gobierno completamente distinto del que ahora prevalece. Creo que el deseo y el motivo de imperios grandes y poderosos, de ejércitos gigantescos y grandes armadas, de esos materiales que se utilizan para la destrucción de la vida y la desolación de las recompensas del trabajo, desaparecerán; creo que tales cosas dejarán de ser necesarias, o de utilizarse, cuando el hombre se convierta en una familia, e intercambie libremente los frutos de su trabajo con su hermano”

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Davis, Joseph S. The World Between the Wars, 1919–39: An Economist’s View. Johns Hopkins University Press, 1975.

Tom G. Palmer escribe: “La mejor historia económica del periodo de entreguerras, tanto en América como en la escena internacional. Analiza la Depresión, la respuesta de los gobiernos, el proteccionismo y mucho más. Un libro de crucial importancia”.

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Ebeling, Richard. “The Ghost of Protectionism Past: The Return of Friedrich List.” Freedom Daily (Future of Freedom Foundation). 1 de abril, 1994.

Extracto: La importancia de Friedrich List radica en que su libro The National System of Political Economy se convirtió en uno de los argumentos más importantes a favor del proteccionismo y la intervención gubernamental durante el resto del siglo XIX. De hecho, sus argumentos -y los argumentos de aquellos a quienes inspiró- fueron la base del rechazo del libre comercio y del resurgimiento del proteccionismo y el intervencionismo en la Alemania imperial durante la segunda mitad del siglo pasado.

El sistema proteccionista de List se basaba en tres premisas. En primer lugar, la idea de «la industria naciente». List sostenía que … [e]l gobierno de una nación en vías de industrialización tenía que erigir barreras proteccionistas para mantener los precios de los productos manufacturados extranjeros tan altos como los costos de producción de las nuevas empresas nacionales en vías de industrialización. Sólo así tendrían esas empresas nacionales una oportunidad de sobrevivir en el mercado y establecerse con la suficiente firmeza como para enfrentarse finalmente a las empresas industriales extranjeras más antiguas. …

Segundo, la idea de “inversión forzosa de capital”. … A sus ojos, una nación que se especializara principalmente en la agricultura o en la venta de materias primas en el mercado mundial nunca tendría la misma capacidad de generar ingresos que aquellas naciones especializadas en la fabricación intensiva en capital. … Y estos beneficios a largo plazo compensarían las pérdidas a corto plazo derivadas del pago de precios más altos por los bienes de consumo extranjeros y nacionales.

En tercer lugar, la idea del “interés nacional”. List acusó a Adam Smith y a otros economistas librecambistas de “cosmopolitismo”. … List argumentaba que … a menudo era necesario que el individuo sacrificara su interés privado en el terreno del comercio y las oportunidades de beneficio por el interés nacional del país al que pertenecía. Puesto que otros Estados-nación, en el mundo real, utilizaban el poder político para obtener ventajas económicas para sí mismos en el comercio internacional, la propia nación tenía que hacer lo mismo; y para promover ese fin, el propio gobierno tenía el derecho y la responsabilidad de regular y controlar las relaciones económicas entre sus ciudadanos y los pueblos de otros países.

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Ekelund, Robert B., Jr., and Robert D. Tollison. Mercantilism as a Rent-Seeking Society: Economic Regulation in Historical Perspective. Texas A&M University Press, 1981.

Laurence S. Moss escribe: “Según los autores de este libro, el mundo mercantil de los siglos XVI, XVII y XVIII estaba plagado de empresarios franceses, ingleses y holandeses que sobornaban, presionaban y pagaban cuantiosas sumas por las normativas que deseaban. Las mejores regulaciones eran las que cartelizaban los mercados de productos manteniendo la competitividad del mercado de recursos. De ese modo, una feliz mutualidad de actividades de búsqueda de rentas unía a comerciantes y gobiernos contra la explotada gente común. Según Ekelund y Tollison, la sociedad mercantil era descaradamente una ‘sociedad de búsqueda de rentas’ y la búsqueda de rentas es, como han explicado Kroeger y Tullock, una actividad derrochadora. Así, los autores de esta obra, aunque respetuosos con los trabajos anteriores de J. Viner, E. Heckscher y C. W. Cole, tienen poca paciencia con quienes imputan nobles motivos a los mercaderes, como proponer regulaciones para construir un Estado nacional unificado y fuerte. En su lugar, ‘el emperador está desnudo’, es decir, los mercaderes estaban por su cuenta y utilizaban el gobierno para promover sus fortunas a expensas del desarrollo económico nacional en general”.

Murray N. Rothbard escribe: “Ekelund y Tollison tienen una pregunta: ¿Cómo desapareció el mercantilismo? ¿Por qué apareció el libre comercio? Si todo el mundo busca el privilegio del monopolio, y aceptamos las cosas habituales de la elección pública sobre cómo los consumidores no están interesados, y los buscadores de privilegios siempre están interesados, entonces ¿cómo se deshicieron del mercantilismo? ¿Por qué no está encerrado para siempre, como afirma [George] Stigler que está encerrado ahora para siempre el estatismo?”

“La explicación obvia, para cualquiera que piense que las ideas son importantes, es el movimiento de libre comercio: un movimiento de masas, formado por comerciantes, clases bajas, intelectuales, etc. El movimiento de libre comercio arrasó. Fue un poderoso movimiento ideológico que se deshizo de esta red de privilegios”.

“Pero Ekelund y Tollison no pueden decir eso porque creen que la ideología no es importante. ¡Así que lo que dicen es que lo basan todo en los costos de transacción!”

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Ekelund, Robert B., Jr., and Robert D. Tollison. Politicized Economies: Monarchy, Monopoly and Mercantilism. Texas A&M University Press, 1997.

Edwin G. West escribe: “En [su] fascinante capítulo final, los autores reiteran su creencia de que los historiadores han buscado explicaciones en los ámbitos equivocados. Las proposiciones, por ejemplo, de que el mercantilismo era un macro instrumento para la construcción nacional, una balanza comercial favorable o la acumulación de especies han sido engañosas. Por el contrario, estos supuestos ‘objetivos’ eran racionalizaciones de buscadores de rentas que pretendían obtener favores de las monarquías y las burocracias estatales. Además, las ideas no han sido las principales fuerzas causales del cambio, sino más bien ‘un barniz sobre las fuerzas interesadas subyacentes de los componentes de la sociedad’”.

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Ekelund, Robert B., Jr., and Robert F. Hebert, A History of Economic Theory and Method, 6th ed. Waveland Press, 2014.

Para nuestros fines, los capítulos importantes son el cap. 3 (sobre el mercantilismo), el cap. 5 (sobre Adam Smith), y el cap. 11 (que incluye un análisis de Friedrich List).

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Folsom, Burton, Jr., The Industrial Revolution and Free Trade. Foundation for Economic Education, 1996. Descarga el PDF

Incluye, entre otros, a Murray N. Rothbard sobre el mercantilismo y ensayos sobre Adam Smith, John Bright y Richard Cobden.

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Formaini, Robert L. “David Ricardo: Theory of Free International Trade.” Economic Insights, vol. 9, no. 2 (January 1, 2004). Federal Reserve Bank of Dallas.

Extracto: “Ricardo era partidario de poner fin a las Leyes del Maíz, argumentando que Gran Bretaña debía importar maíz de países mejor equipados para producirlo a menor costo. … Veintitrés años después de su muerte, las leyes fueron derogadas y la agenda internacional de libre comercio de Ricardo se convirtió en una política pública británica. Ricardo había dado una respuesta a los problemas de crecimiento a largo plazo de Gran Bretaña, que se convirtió en el taller del mundo, importando la mayor parte de sus alimentos y tercerizando la mayor parte de su empleo agrícola. Las ideas de Ricardo se convirtieron en ‘¡la fuente de toda la doctrina del libre comercio del siglo XIX!’”.

“Una de las ideas por las que más se recuerda a Ricardo es la teoría de la ventaja comparativa. Ricardo demostró que, para dos naciones sin movilidad de los factores de producción, la especialización y el comercio podían dar lugar a un aumento de la producción total y a unos costos más bajos que si cada nación intentaba producir de forma aislada. Desde la exposición de Ricardo, la distinción entre ventaja absoluta y ventaja comparativa se ha enseñado como una de las ideas más brillantes del campo. Las naciones exportarán no sólo lo que tengan una ventaja absoluta en producir, sino también lo que tengan una ventaja comparativa de costos en producir”.

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Formaini, Robert L. “Jean-Baptiste Say: Foundations of France’s Free Trade Tradition.” Economic Insights, vol. 11, no. 1 (1 de enero, 2006).Federal Reserve Bank of Dallas.

Breve semblanza del economista francés Jean-Baptiste Say realizada por un economista estadounidense.

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Freytag, Andreas, and Phil Levy. “The Trade Balance and Winning at Trade.” Defending Globalization: Economics series. Cato Institute, 3 de octubre, 2024.

Extracto: “[L]a balanza comercial es una medida particularmente mala del bienestar nacional. No sólo por el razonamiento problemático que subyace al argumento, sino porque no suele ser lo que aparece en las cifras”.

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Friedman, Milton, and Rose D. Friedman. “The Case for Free Trade.” Hoover Digest, no. 4 (1997).

Extracto: “Una voz que casi nunca se alza es la del consumidor. Esa voz queda ahogada en la cacofonía de los ‘sofismas interesados de comerciantes y fabricantes’ y sus empleados. El resultado es una grave distorsión de la cuestión. Por ejemplo, los partidarios de los aranceles consideran evidente que la creación de empleo es un fin deseable en sí mismo, independientemente de lo que hagan las personas empleadas. Esto es claramente erróneo. Si todo lo que queremos son puestos de trabajo, podemos crear cualquier número; por ejemplo, hacer que la gente cave agujeros y luego los vuelva a rellenar o realice otras tareas inútiles. El trabajo es a veces su propia recompensa. Sin embargo, la mayoría de las veces es el precio que pagamos para conseguir las cosas que queremos. Nuestro verdadero objetivo no es sólo el empleo, sino el empleo productivo, el empleo que se traduce en más bienes y servicios de consumo”.

“Otra falacia pocas veces desmentida es que las exportaciones son buenas y las importaciones malas. La verdad es muy distinta. No podemos comer, vestir o disfrutar de los bienes que enviamos al extranjero. Comemos plátanos de Centroamérica, calzamos zapatos italianos, conducimos automóviles alemanes y disfrutamos de los programas que vemos en nuestros televisores japoneses. Lo que ganamos con el comercio exterior es lo que importamos. Las exportaciones son el precio que pagamos por las importaciones. Como Adam Smith vio tan claramente, los ciudadanos de una nación se benefician de obtener el mayor volumen posible de importaciones a cambio de sus exportaciones o, lo que es equivalente, de exportar lo menos posible para pagar sus importaciones”.

“La terminología engañosa que utilizamos refleja estas ideas erróneas. Protección» significa en realidad explotar al consumidor. Una ‘balanza comercial favorable’ significa realmente exportar más de lo que importamos, enviar al extranjero bienes de mayor valor total que los bienes que recibimos del extranjero. En su casa particular, seguramente preferiría pagar menos por más que al revés, y sin embargo eso se calificaría de ‘balanza de pagos desfavorable’ en el comercio exterior”.

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Gash, Norman. Politics in the Age of Peel: A Study in the Technique of Parliamentary Representation 1830–1850. 1953.

Famoso relato histórico de la política parlamentaria británica para derogar las proteccionistas leyes del maíz.

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Geloso, Vincent. “Protectionism’s Bad Economic History.” EconLog, 30 de agosto, 2024.

Extracto: “[Oren] Cass y otros proteccionistas suelen seleccionar los períodos de proteccionismo que más les interesan, atribuyendo todo el crecimiento observado a sus políticas preferidas. Esta táctica, que es como un juego de prestidigitación de un mago, está diseñada para deslumbrar a la audiencia enmascarando los verdaderos factores en juego”.

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George, Henry. Protection or Free Trade: An Examination of the Tariff Question with Especial Regard to the Interests of Labor. 1886. Available from the Library of Economics and Liberty.

El premio Nobel de Economía Milton Friedman calificó este libro como “la obra retórica más brillante jamás escrita sobre el tema”.

Jim Powell resume el argumento de George: “Como señaló George, el comercio es voluntario, impulsado por compradores y vendedores individuales. ‘El comercio no es una invasión’, escribió. ‘No implica agresión por un lado y resistencia por el otro, sino consentimiento y gratificación mutuos. No puede haber comercio a menos que las partes lo acuerden’”.

“[George] planteó un experimento mental para desafiar la visión común de que las exportaciones son buenas y las importaciones son malas: ‘Hacer que todos los barcos que salieran de cada país se hundieran antes de que pudieran llegar a cualquier otro país sería, según principios proteccionistas, el medio más rápido de enriquecer al mundo entero, ya que todos los países podrían entonces disfrutar del máximo de exportaciones con el mínimo de importaciones’”. …

“George también invocó la historia. Las primeras civilizaciones, escribió, no surgieron en lugares aislados, protegidas ‘por escarpadas cadenas montañosas, por desiertos ardientes o por mares demasiado anchos y tempestuosos para la frágil barca del primer marinero’. ¿Por qué? Porque dependían del comercio. ‘Es en puertos accesibles, junto a ríos navegables y carreteras muy transitadas donde encontramos ciudades que surgen y artes y ciencias que se desarrollan’”.

“La guerra fue la analogía de lo que quizás sean las líneas más famosas de George: ‘Los escuadrones de bloqueo son un medio por el cual las naciones buscan impedir que sus enemigos comercien; los aranceles proteccionistas son un medio por el cual las naciones intentan impedir que su propia gente comercie. Lo que la protección nos enseña es a hacernos a nosotros mismos en tiempos de paz lo que los enemigos buscan hacernos en tiempos de guerra’”.

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Grampp, William D. Manchester School of Economics. Stanford University Press, 1960.

Liberty Fund: “Una historia de la llamada ‘Escuela de Manchester’ de pensamiento económico que surgió en el siglo XIX para desafiar el proteccionismo, especialmente las leyes del grano en Gran Bretaña. Continuó como fuerza después de la derogación de las leyes del grano en 1846, con sus defensores promoviendo la paz y el libre comercio”.

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Griswold, Daniel. Mad About Trade: Why Main Street America Should Embrace Globalization. Cato Institute, 2009. Download PDF

Extracto: “Este libro ofrece una visión clara desde un punto de vista que intenta dar sentido al cambio de lugar que ocupa Estados Unidos en la economía mundial y el efecto que este cambio está teniendo en las familias y los trabajadores de todo el país. Este libro también está centrado sin complejos en Estados Unidos. Examina cada aspecto del debate sobre la globalización desde la perspectiva de lo que significa para millones de familias estadounidenses típicas. Este libro está escrito para mis compatriotas estadounidenses que viven en pueblos pequeños, granjas, ciudades y suburbios y que se preguntan hacia dónde nos dirigimos todos en este mundo más abierto en el que vivimos”.

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Guyot, Yves. The Comedy of Protection. Trans. M. A. Hamilton. Hodder and Stoughton, 1906.

Liberty Fund: “Guyot ofrece una historia de la política arancelaria francesa desde la época de Colbert y un análisis de sus efectos en industrias específicas como la textil y la alimentaria. Luego analiza la protección en Estados Unidos y Alemania y refuta muchos argumentos a favor de los aranceles”.

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Haberler, Gottfried von. The Theory of International Trade. German edition, 1933; English translation (revised by the author), William Hodge & Company, 1936.

Haberler fue profesor de economía de Harvard y presidente de la Asociación Económica Americana y de la Asociación Económica Internacional.

Enciclopedia Británica: Haberler se hizo famoso principalmente como escritor sobre comercio internacional, y su obra principal, La teoría del comercio internacional (1937), se considera un clásico. Particularmente influyente fue su reformulación de la teoría de los costos comparativos en términos de costo de oportunidad. Introdujo la curva de sustitución de la producción (ahora conocida como la frontera de posibilidades de producción), que ofrecía un marco para considerar los efectos de múltiples variables en el proceso de producción. Esto condujo a importantes ideas en la teoría del comercio internacional. Haberler también ayudó a revivir la influencia de la doctrina de la paridad del poder adquisitivo, que establece que los niveles de precios relativos son los principales determinantes de los tipos de cambio de equilibrio.

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Hazlitt, Henry. “Free Trade or State Domination?” The American Scholar, vol. 14, no. 1 (Winter 1944–45): 9–15.

Extracto: “Los funcionarios gubernamentales, incluso cuando comprenden realmente (lo que ocurre muy raramente) las fuerzas económicas básicas que intentan controlar, casi nunca se muestran desinteresados. Es casi seguro que reflejan los intereses especiales de algún grupo de presión política. Los intereses de los grupos de presión representados por los burócratas de una nación seguramente chocarán con los de los grupos de presión representados por los burócratas de otra. Y es mucho más probable que estos intereses en conflicto, precisamente porque están representados por sus respectivos gobiernos, choquen abierta, directa y políticamente que en un mundo de genuino libre comercio”.

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Hirst, F. W. From Adam Smith to Philip Snowden: A History of Free Trade in Great Britain. T. F. Unwin, 1925. Available from Internet Archive.

Hirst fue editor de la revista The Economist entre 1907 y 1916. El historiador G. P. Gooch dijo de él que “su horror a los aranceles, los enormes armamentos y la guerra era apenas mayor que su aversión por el Estado omnipotente”.

Extracto: “El principio del libre comercio era el principio de la división del trabajo; cada parte del mundo debía suministrar lo que mejor pudiera producir y toda la humanidad se beneficiaría de esta política cosmopolita. El comerciante o fabricante individual, mientras perseguía su propio interés, sería ‘guiado por una mano invisible a promover un fin que no formaba parte de su intención’. Rousseau había dicho que el hombre había nacido libre y que en todas partes estaba encadenado, y de manera similar, la consigna de la Riqueza de las Naciones era que el comercio y la industria debían ser libres y estaban encadenados en todas partes. La riqueza nacional aumentaría si se permitiera a los hombres buscar su propia riqueza sin interferencias, y la ganancia de los individuos que componían la comunidad sería la ganancia de la comunidad”.

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Hirst, F. W., ed., Free Trade and Other Fundamental Doctrines of the Manchester School. Harper & Brothers, 1903; reprint, A. M. Kelly, 1968.

Liberty Fund: “Una colección de discursos y artículos que ilustran la amplia gama de opiniones de los liberales clásicos británicos y los partidarios del libre comercio del siglo XIX, conocidos como la Escuela de Manchester. Abarcan la política exterior, el libre comercio, la derogación de las leyes del grano, la guerra, la política colonial, la educación y la reforma social. Fueron escritos por Richard Cobden, John Bright, Thomas Tooke, Joseph Hume, W.J. Fox, Milner Gibson y William Molesworth”.

John Mark Brady escribe que ésta es una “antología útil de discursos y escritos”.

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Hochberg, Fred P. Trade Is Not a Four Letter Word. Avid Reader Press, 2020.

Eamonn Butler escribe: “Este libro, una defensa del libre comercio de fácil lectura por parte de un exfuncionario comercial de Estados Unidos, demuestra lo pobre que sería la vida sin todos los bienes que importamos de otros países. Repasa los conceptos erróneos sobre el comercio y, a través de las historias de vida de seis productos cotidianos, explica cómo funciona el comercio y cómo ha cambiado nuestras vidas para mejor”.

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Howe, Anthony. Free Trade and Liberal England, 1846–1946. Oxford University Press, 1998.

Frank Trentmann escribe: “Anthony Howe no sólo llena ahora muchos vacíos en nuestra comprensión de la política de una idea central para la Gran Bretaña victoriana y eduardiana, sino que también plantea preguntas importantes para el estudio de la economía política. … Este relato rico y detallado de la supervivencia victoriana del libre comercio como una historia de mutación adaptativa en diferentes esferas del proceso político tiene implicaciones para nuestra comprensión de las fuentes cambiantes del poder político de las ideas económicas en la Gran Bretaña moderna. … Este libro marca un paso importante para alejarse de las opiniones del cobdenismo como un monolito estático o como una función de las estructuras económicas o estatales y, al restaurar la política del libre comercio como un tema histórico importante por derecho propio, abre el camino hacia una comprensión más crítica del lugar del libre comercio en la Gran Bretaña moderna”.

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Hudgins, Edward L., ed. Freedom to Trade: Refuting the New Protectionism. Cato Institute, 1997. (agotado)

Charles Rowley escribe: “El libre comercio frente al proteccionismo es una de las pocas cuestiones sobre las que los economistas han llegado a un consenso. El libre comercio atrae el voto de la gran mayoría de los economistas, mientras que el proteccionismo normalmente atrae el apoyo sólo de aquellos que son portavoces pagados de los intereses especiales. Sin embargo, este notable consenso contradice los hechos de la realidad del comercio internacional. Las armas de los economistas, como las armas francesas de la Línea Maginot, parecen apuntar en la dirección equivocada. El comercio internacional está altamente regulado y el proteccionismo domina el libre comercio a pesar de los convincentes argumentos económicos en su contra”.

“El libro que reseñamos representa un esfuerzo brillante por llevar la defensa del libre comercio al público en general en un lenguaje que no tiene nada que ver con la jerga económica. Está bien escrito y sus argumentos son convincentes. … Recomiendo este libro a todo aquel que busque ansiosamente un volumen breve capaz de explicar en un lenguaje no técnico la defensa del libre comercio y los argumentos en contra del proteccionismo comercial”.

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Hume, David. Of the Balance of Trade. 1777.

Eugene F. Miller escribe: “Hume combate el temor sospechoso o ‘celo’ del libre comercio que el mercantilismo había ayudado a promover. Este ensayo busca disipar el temor de que un desequilibrio entre las importaciones y las exportaciones agote la oferta de dinero de oro y plata de una nación. Hume desarrolla una ‘teoría general’ según la cual el dinero guarda una proporción regular con la industria y las mercancías de cada nación. En el curso natural de las cosas, este nivel se mantendrá; y los intentos de una nación de acumular una oferta de dinero que exceda este nivel natural, mediante barreras comerciales y restricciones a la circulación del dinero, son ineficaces y, en el peor de los casos, destructivos”.

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Irwin, Douglas A. Against the Tide: An Intellectual History of Free Trade. Princeton University Press, 1998.

George C. Leef escribe: “En Against the Tide, Douglas A. Irwin investiga la historia intelectual del debate sobre el libre comercio. Con una regularidad asombrosa, escribe, cada pocas décadas surge un importante argumento teórico a favor del proteccionismo que genera controversia entre los economistas sobre las fortalezas y debilidades de la defensa del libre comercio. En vista de la tendencia de los estadounidenses a participar en ataques de retórica y política proteccionistas, uno da la bienvenida a un libro que reafirma el valor del libre comercio y desacredita los argumentos en contra de él”. …

“La gran virtud del libre comercio es que impide que el gobierno manipule la economía alterando los patrones naturales de producción y comercio. El gobierno puede promulgar innumerables interferencias comerciales proteccionistas o manipuladoras, pero puede adoptar una sola política de libre comercio, que consiste simplemente en la ausencia de todas esas interferencias. Como escribió Alfred Marshall, el libre comercio es un recurso ventajoso porque ‘no es un mecanismo, sino la ausencia de cualquier mecanismo’”.

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Irwin, Douglas A. Free Trade Under Fire, 5th ed. Princeton University Press, 2020.

Brink Lindsey escribe: “La publicación de Free Trade Under Fire de Douglas Irwin es un acontecimiento bienvenido. Irwin, profesor de Dartmouth, es esa feliz excepción entre los economistas: alguien que escribe en un inglés claro y sin jerga. En este delgado volumen, analiza la gama de conceptos erróneos actuales sobre el comercio y desmantela todos ellos con paciencia y cortesía. Para todos aquellos que han sido engañados por una u otra de las acusaciones que ahora se lanzan contra los mercados abiertos, o que dudan de esas acusaciones, pero no tienen los hechos y las cifras para responder a ellas de manera efectiva, Free Trade Under Fire ha llegado al rescate”.

“Irwin es particularmente eficaz a la hora de abordar el proteccionismo de carne y patatas que ahora promueven con más vigor los sindicatos y los lobbies del acero y el textil. Según esa mentalidad, las importaciones son el enemigo de los estadounidenses comunes y corrientes que trabajan duro: amenazan los empleos existentes y hacen bajar los salarios al obligarnos a competir con las naciones del Tercer Mundo donde los trabajadores ganan sólo unos pocos dólares al día. Como demuestra Irwin, todas las afirmaciones de que las importaciones reducen el número total de empleos en esta o aquella cantidad son pura farsa. Los flujos comerciales no afectan al empleo agregado de una forma u otra”.

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Irwin, Douglas A. “Political Economy and Peel’s Repeal of the Corn Laws.” Economics and Politics, vol. 1, no. 1 (Spring 1989): 41–59.

Resumen: “La derogación de las Leyes del Maíz en Gran Bretaña en 1846 ha sido motivo de un gran debate sobre si los grupos de interés o la ideología contribuyeron más a esta reforma política. Este artículo examina la opinión de que Sir Robert Peel, al proponer la derogación, pasó del proteccionismo al libre comercio bajo la influencia de las ideas de la economía política. Se demuestra que las ideas económicas tuvieron una influencia crucial en Peel”.

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Irwin, Douglas A. “Tariffs and Growth in Late Nineteenth Century America.” National Bureau of Economic Research Working Paper No. 7639, April 2000.

Resumen: ¿Los elevados aranceles a las importaciones estuvieron relacionados de algún modo con el fuerte crecimiento económico de Estados Unidos a finales del siglo XIX? Este artículo examina esta pregunta, que se menciona con frecuencia pero que es controvertida, e investiga los canales por los cuales los aranceles podrían haber promovido el crecimiento durante este período. El artículo muestra que: (i) el crecimiento a finales del siglo XIX dependió más de la expansión demográfica y la acumulación de capital que del crecimiento de la productividad; (ii) los aranceles pueden haber desalentado la acumulación de capital al elevar el precio de los bienes de capital importados; (iii) el crecimiento de la productividad fue más rápido en los sectores no comercializados (como los servicios públicos y los servicios públicos) cuyo desempeño no estaba directamente relacionado con los aranceles.

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Kalt, Joseph P. “The Political Economy of Protectionism: Tariffs and Retaliation in the Timber Industry.” In Trade Policy Issues and Empirical Analysis, ed. Robert E. Baldwin. University of Chicago Press, 1988.

Extracto: “[L]a industria maderera estadounidense fue capaz de organizarse en un grupo de presión altamente eficaz que pudo organizar virtualmente a todos los productores de madera y de madera aserrada, suprimir el faccionalismo ventajero, producir presentaciones técnicas, legales y analíticas para la agencia administrativa pertinente y obtener un apoyo particularmente importante del Congreso en sus apelaciones a la Casa Blanca, el Departamento de Comercio y la [Comisión de Comercio Internacional] …

“El camino del proteccionismo que este caso revela es aleccionador. No es la imagen de Estados Unidos involucrado en movimientos estratégicos para mejorar el bienestar nacional. Ni siquiera es la imagen de Estados Unidos y sus socios comerciales participando en rondas de represalias económicas mutuamente destructivas. Más bien, es la imagen de Estados Unidos empujado a medidas proteccionistas por poderosos intereses políticos internos y luego, a través de las ramas de política exterior del gobierno, teniendo que encontrar formas de detener rápidamente la guerra comercial resultante y apaciguar a las naciones extranjeras afectadas. Estados Unidos debe actuar de esta manera porque, como miembro dominante de sus alianzas, se ve obligado a soportar la peor parte de la responsabilidad de mantener esas alianzas. Por lo tanto, este caso sugiere que, al menos cuando afecta a los aliados, el proteccionismo puede aumentar el costo e inhibir la conducción de la política económica y política exterior”.

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Krauss, Melvyn. How Nations Grow Rich: The Case for Free Trade. Oxford University Press, 1997.

Extracto: “Debido a su proteccionismo en evolución, el crecimiento del Estado de bienestar ahora amenaza la especialización e interdependencia que son la base de la prosperidad occidental”.

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Krueger, Anne O. International Trade: What Everyone Needs to Know. Oxford University Press, 2020.

Eamonn Butler escribe: “Un análisis muy completo de todos los aspectos del comercio, pero de fácil lectura. Examina la historia reciente del comercio y los problemas que enfrentan las negociaciones comerciales hoy en día, los argumentos a favor del libre comercio y los efectos nocivos del proteccionismo, la cuestión del ‘déficit comercial’, la cuestión de la protección del empleo, la manipulación de la moneda, la necesidad de una política internacional sobre comercio, las negociaciones comerciales y sus soluciones, China, los países en desarrollo, los acuerdos comerciales regionales y mucho más”.

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Krugman, Paul. Pop Internationalism. MIT Press, 1996.

David R. Henderson escribe: “Su excelente libro Pop Internationalism y sus populares artículos de la década de 1990, muchos de ellos publicados en la publicación web Slate, defienden firmemente el libre comercio”. …

“En sus escritos de divulgación, Krugman da lo mejor de sí cuando defiende el libre comercio. Se apasiona y muestra una profunda preocupación por el bienestar de la gente de todo el mundo. Un ejemplo de ello es ‘Elogio de la mano de obra barata’, publicado en Slate en 1997. En él, Krugman habla de Smokey Mountain, un enorme vertedero de basura en Manila en el que hombres, mujeres y niños se ganaban la vida rebuscando entre la basura objetos valiosos. Señaló que los empleos mal pagados en las fábricas de las empresas multinacionales en Filipinas, Bangladesh y otros países pobres son alternativas mucho mejores. Como las empresas multinacionales contrataban a muchos de estos trabajadores pobres, escribió que ‘el resultado ha sido trasladar a cientos de millones de personas de la pobreza abyecta a algo todavía terrible pero, no obstante, significativamente mejor’”.

“Uno de los artículos más impactantes de Krugman es ‘La difícil idea de Ricardo’. En ese artículo, Krugman compartió su frustración, que muchos economistas han sentido, de que la gran mayoría de los intelectuales no economistas no entiendan la idea que David Ricardo tuvo sobre el libre comercio hace casi 200 años. La idea de Ricardo era que las personas se especializan en producir los bienes y servicios en los que tienen una ventaja comparativa. El resultado es que nunca necesitamos preocuparnos por los países de bajos salarios que compiten con nosotros para quitarnos puestos de trabajo porque lo máximo que pueden hacer es cambiar los artículos en los que tenemos una ventaja comparativa. Krugman señaló que, aunque podemos explicar la idea de Ricardo a nuestros estudiantes de economía, la mayoría de los intelectuales no economistas no están dispuestos a tomarse ni siquiera diez minutos para entenderla”.

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LaHaye, Laura. “Mercantilism.” In The Fortune Encyclopedia of Economics, ed. David R. Henderson. Warner Books, 1993

Extracto: “De los falsos principios del mercantilismo que aún persisten, el más pernicioso es la idea de que las importaciones reducen el empleo interno. Los sindicatos han utilizado este argumento para justificar la protección frente a las importaciones procedentes de países con salarios bajos, y ha habido mucho debate político y mediático sobre las consecuencias de la deslocalización de puestos de trabajo del sector servicios para el empleo nacional. Muchos opositores han afirmado que la deslocalización de los servicios pone en peligro los puestos de trabajo estadounidenses. Si bien amenaza algunos puestos de trabajo estadounidenses, no pone en peligro ningún empleo en conjunto, sino que simplemente provoca una reasignación de puestos de trabajo entre industrias”.

“Otra visión mercantilista que persiste hoy es que un déficit de cuenta corriente es malo. Cuando un país tiene un déficit de cuenta corriente, está tomando préstamos del resto del mundo o vendiéndole activos para financiar gastos en importaciones que exceden los ingresos de exportación. Sin embargo, incluso cuando esto resulte en un aumento de la deuda externa neta y de las futuras necesidades asociadas de servicio de la deuda, promoverá la riqueza económica si el gasto se destina a fines productivos que produzcan un rendimiento mayor que el que se pierde por los activos intercambiados para financiar el gasto. Muchos países en desarrollo con altas tasas de rendimiento del capital han tenido déficit de cuenta corriente durante períodos extremadamente largos mientras disfrutaban de un rápido crecimiento y solvencia. Estados Unidos fue uno de ellos durante gran parte del siglo XIX, pidiendo préstamos a inversores ingleses para construir ferrocarriles.”

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Lemieux, Pierre. What’s Wrong with Protectionism: Answering Common Objections to Free Trade. Rowman & Littlefield, 2018.

Samuel Gregg escribe: “Lemieux comienza describiendo lo que él considera los siete argumentos proteccionistas más destacados contra el libre comercio en Estados Unidos hoy: 1) Los trabajadores estadounidenses no pueden competir contra productores extranjeros de bajo costo. 2) El libre comercio perjudica a Estados Unidos. 3) El libre comercio genera déficits comerciales perjudiciales. 4) Estados Unidos está perdiendo sus fábricas. 5) El libre comercio destruye empleos. 6) El libre comercio reduce los salarios. 7) El libre comercio no es justo, porque el campo de juego no es nivelado”. …

“Lemieux aclara que no debemos suponer que el libre comercio es lo mismo que los acuerdos comerciales… No son lo mismo. Al ser negociados por los gobiernos, los acuerdos comerciales reflejan invariablemente el impacto de un amplio cabildeo por parte de grupos que van desde industrias enteras hasta empresas y sindicatos políticamente influyentes. Todos quieren algo del acuerdo que su gobierno está negociando con otros gobiernos. Y ese ‘algo’ a menudo equivale a alguna forma de trato preferencial, es decir, proteccionismo”.

“Lemieux ofrece una visión complementaria, aunque ligeramente diferente, de esta idea. Los acuerdos comerciales, observa, ‘tienen que ver en parte con el libre comercio, en parte con la armonización de la regulación’. … Después de todo, esas regulaciones son a menudo una forma de proteccionismo. Es aún peor si la armonización implica estabilizar los subsidios y los aranceles a niveles más altos en lugar de más bajos”. …

“Lemieux pone un énfasis particular en el libre comercio como ‘la libertad de importar’. … El punto de Lemieux es que la libertad de los estadounidenses para importar (es decir, la libertad de comprar internacionalmente) es el gran beneficio conferido por el libre comercio. ‘Así como los individuos venden bienes o trabajo para comprar algo’, escribe Lemieux, ‘los países exportan para importar’. Estados Unidos y los estadounidenses se benefician de lo que reciben del exterior. Cuanto más podamos importar, mejor estaremos en términos de prosperidad material”.

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Lincicome, Scott, and Arjun Anand. “The ‘China Shock’ Demystified: Its Origins, Effects, and Lessons for Today.” Defending Globalization: Economics series. Cato Institute, 12 de diciembre, 2023.

Extracto: “Los economistas coinciden en que el shock de China no es anormal (como toda liberalización comercial, crea más ‘ganadores’ que ‘perdedores’ y, por lo tanto, beneficios netos) y que, dado que el shock terminó hace una década, aumentar los aranceles hoy sería ineficaz y costoso”.

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Lincicome, Scott. Doomed to Repeat It: The Long History of America’s Protectionist Failures. Policy Analysis No. 819. Cato Institute, 22 de agosto, 2017.

Extracto: “Este artículo analiza la literatura académica de tres períodos de la historia estadounidense: desde la fundación hasta la entrada de Estados Unidos en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) en 1947; desde los primeros años del GATT hasta la creación de su sucesora, la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 1995; y la era actual de la OMC. Estos estudios muestran que, contrariamente a la retórica de moda, el proteccionismo estadounidense ha fracasado repetidamente como estrategia económica”.

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Lindsey, Brink. Against the Dead Hand: The Uncertain Struggle for Global Capitalism. Wiley, 2002.

John R. Hanson II escribe: “Lindsey… comienza de manera insulsa, exponiendo la opinión consensuada de que la Revolución Industrial hizo posible un grado sin precedentes de integración internacional mediante la caída de los costos del transporte y la comunicación en la segunda mitad del siglo XIX. Luego, volviéndose audazmente original, identifica una desagradable consecuencia secundaria, el surgimiento de una actitud generalizada de ingeniería hacia la economía y una fe concomitante en la tecnología y la ciencia como motores del progreso económico. Esta creencia, afirma, a su vez fomentó la fe en el control de arriba hacia abajo y la planificación central como los medios adecuados para alentar el desarrollo económico”.

“Los resultados a nivel político fueron un conjunto de políticas y programas que él denomina la contrarrevolución industrial. En términos generales, esta sensibilidad condujo a un orden social colectivista o al menos no liberal, porque las instituciones sociales y el imperio de la ley se consideraban, en el mejor de los casos, secundarios o, en el peor, irrelevantes para promover el progreso económico, que se consideraba un mero problema de ingeniería. Sin embargo, tras el ascenso del colectivismo se produjo la muerte de la visión cosmopolita del libre comercio y la paz internacional, porque entraban cada vez más en conflicto con los objetivos nacionales y la solidaridad de grupo, pero no se percibían como fundamentales para la prosperidad nacional. Así, durante el período de entreguerras, el viejo sistema internacional encontró un final prematuro al enfrentarse a una variedad de desafíos, incluidas nuevas realidades políticas, inflación y deuda en varios países y, en última instancia, la Gran Depresión”.

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Longmate, Norman. The Breadstealers: The Fight Against the Corn Laws, 1838–1846. St. Martin’s Press, 1984.

Descripción del editor: “Este libro cuenta una de las grandes historias de éxito de la historia británica. Cuando se fundó la Liga Anti-Ley del Maíz en 1839, todos los intereses establecidos del país se opusieron a ella. Eliminar los aranceles de importación sobre el grano, creían casi todas las personas influyentes, arruinaría a los terratenientes que eran la columna vertebral del país y mataría de hambre a los trabajadores agrícolas ya empobrecidos. Incluso los trabajadores industriales, que eran los que más tenían que ganar, estaban lejos de estar unidos en apoyo de la Liga. A pesar de todo esto, los miembros de la Liga llevaron a cabo su tarea con extraordinaria energía y habilidad. Eran, en general, hombres de negocios, acostumbrados a dirigir los negocios de manera eficaz, y estaban dirigidos por algunas de las grandes personalidades políticas de la era victoriana, sobre todo Cobden y Bright. Norman Longmate cuenta la historia completa de la Liga, desde sus inicios tentativos, con unos pocos conferenciantes desesperadamente mal pagados que recorrieron el país abogando por la derogación, hasta su conclusión triunfal en la dramática noche en la Cámara de los Comunes cuando Sir Robert Peel dividió al Partido Conservador al conceder aquello por lo que la Liga siempre se había destacado, a pesar de todas las tentaciones de compromiso: la derogación total de las Leyes del Maíz”.

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Martin, Emmanuel. “The Economics of Peace: How Richer Neighbors Are Very Good News.” In Peace, Love and Liberty, ed. Tom G. Palmer. Jameson Books, 2014.

Extracto: “A Jean-Baptiste Say (1767-1832) se le considera a veces el ‘Adam Smith francés’, pero en realidad fue mucho más que un simple divulgador de las ideas de Smith. Avanzó significativamente en el pensamiento de Smith. Al igual que Smith, fue un crítico de la guerra, el colonialismo, la esclavitud y el mercantilismo y un defensor de la paz, la independencia, la liberación y la libertad de comercio. Avanzó más allá de Smith no solo al explicar que los servicios tienen valor (de hecho, que el valor de los bienes materiales se debe a los servicios que nos brindan), sino que la creación de bienes y servicios es la fuente de la demanda de otros bienes y servicios. A eso a veces se le llama ‘Ley de los mercados de Say’. Es una idea muy importante, no solo para la ‘macroeconomía’, sino para las relaciones sociales en general y para las relaciones internacionales en particular. Si las personas son libres de comerciar, el aumento de la riqueza de una de las partes no es perjudicial, sino beneficioso para la prosperidad de sus socios comerciales, porque el aumento de la prosperidad de un socio comercial significa que hay una demanda más efectiva de los bienes y servicios de los demás”.

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McGee, Robert W. “The Cost of Protectionism: Should the Law Favor Producers or Consumers?” Georgia Journal of International and Comparative Law, vol. 23 (1993): 529–557.

Extracto: “No hay duda de que el proteccionismo cuesta, pero no está tan claro cuánto cuesta exactamente ni quién lo paga. Y si bien el proteccionismo resulta en una pérdida irrecuperable (hay más perdedores que ganadores), algunos individuos y grupos se benefician del proteccionismo. Y son aquellos que se benefician quienes tienen la atención del poder legislativo, al menos en su mayor parte. La primera parte de este artículo ofrece una visión general del proteccionismo y los costos asociados con él. La tercera parte examina los costos monetarios del proteccionismo, con énfasis en los costos del proteccionismo en las industrias automotriz, siderúrgica, textil y agrícola. La cuarta parte analiza los costos no monetarios asociados con el proteccionismo, como el desempleo, la reducción de la armonía social, la reducción de las opciones y las violaciones de derechos. La quinta parte concluye que el proteccionismo es una mala política, ya sea vista desde una perspectiva utilitarista o de derechos, y recomienda que se deroguen las leyes que apoyan el proteccionismo porque el proteccionismo no es de interés público”.

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Michel, Norbert. “Global Capital Flows and the Balanced Trade Myth.” Defending Globalization: Economics series. Cato Institute, 12 de diciembre, 2023.

Extracto: “Intentar garantizar que los flujos comerciales (o de capital) estén regularmente ‘equilibrados’ no tiene ningún fundamento en la teoría económica. En pocas palabras, las entradas de capital de un país no tienen por qué coincidir con sus salidas de capital, de la misma manera que las entradas de comercio (importaciones) de un país no tienen por qué coincidir con sus salidas de comercio (exportaciones). El hecho de que estos flujos no se ‘equilibren’ no impide que una nación alcance su máximo potencial económico. Desde el punto de vista económico, intentar equilibrar estas cifras tendría tan poco sentido como intentar equilibrar los flujos de bienes o capital entre Walmart y los consumidores estadounidenses”.

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Niskanen, William A. “U.S. Trade Policy.” Regulation, vol. 12, no. 3 (Fall 1988): 34–42.

Extracto: “Necesitamos recuperar la posición moral y económica que le corresponde al libre comercio. La justificación moral fundamental del libre comercio, tanto dentro de las naciones como entre ellas, se basa en el principio del consentimiento. La función más importante del gobierno es garantizar los derechos de los individuos a hacer acuerdos consensuales a través de las fronteras nacionales. La justificación económica del libre comercio es que aumenta el ingreso combinado de las naciones afectadas y, salvo en raras circunstancias, también aumenta el ingreso de cada nación… Muchos partidarios del libre comercio [se han involucrado] demasiado en la política estrecha de los problemas actuales como para reconocer el poder de las ideas a la hora de dar forma a la legislación”.

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Norberg, Johan. In Defense of Global Capitalism. Cato Institute, 2003.

Descripción del editor: “In Defense of Global Capitalism es el primer libro que refuta, de manera sistemática y exhaustiva, las afirmaciones del movimiento antiglobalización. Con hechos, estadísticas y gráficos, Norberg demuestra por qué el capitalismo está en proceso de crear un mundo mejor. Escrito en un estilo conversacional con énfasis en los valores liberales y las oportunidades que la globalización brinda a los pobres del mundo, este libro aborda los temas más difíciles (crecimiento económico, libertad versus igualdad, libre comercio y comercio justo, deuda internacional, trabajo infantil, imperialismo cultural) y concluye que el capitalismo de libre mercado es la mejor vía para salir de la pobreza global”.

Anne Applebaum writes, “Johan Norberg … makes the case that free trade is good for the developing world, good for freedom, good for social progress, even if the dull old Marxists refuse to see it.”

Anne Applebaum escribe: “Johan Norberg… sostiene que el libre comercio es bueno para el mundo en desarrollo, bueno para la libertad, bueno para el progreso social, incluso si los viejos y aburridos marxistas se niegan a verlo”.

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Palen, Marc-William. “Free-Trade Ideology and Transatlantic Abolitionism: A Historiography.” Journal of the History of Economic Thought 37, no. 2 (Junio 2015): 291-304.

Resumen: Este ensayo intenta rastrear las múltiples (y a menudo contradictorias) interpretaciones ideológicas económicas del impulso abolicionista transatlántico. En particular, explora la controvertida relación entre la ideología del libre comercio y el abolicionismo transatlántico, y destaca la influencia poco estudiada de la ideología del libre comercio victoriana dentro del movimiento abolicionista estadounidense. Al reunir controversias historiográficas del lado estadounidense y británico, el ensayo pone en tela de juicio concepciones de larga data sobre la relación entre el libre comercio y el abolicionismo, y sugiere nuevas vías de investigación.

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Palen, Marc-William. “The GOP’s Civil War Over Trade Is Nothing New.” Muster blog, Journal of the Civil War Era, 4 de abril, 2017.

Extracto: Sin embargo, los republicanos abolicionistas partidarios del libre comercio –entre los que destacan Joshua Leavitt, Henry Ward Beecher, Edward Atkinson, William Cullen Bryant, Charles Sumner, Ralph Waldo Emerson y William Lloyd Garrison– no se adhirieron al jeffersonianismo, que se había vinculado a la defensa de la esclavitud sureña. Más bien, se adhirieron a la ideología del libre comercio de mediados de siglo, nacida en Gran Bretaña, llamada “cobdenismo” (también conocida como la Escuela de Manchester), en honor al “apóstol del libre comercio” británico victoriano Richard Cobden, un acérrimo abolicionista y líder del movimiento internacional por la paz de mediados de siglo. Basándose en las dimensiones internacionales de David Ricardo y Adam Smith, el cobdenismo implicaba la creencia de que el libre comercio y una política exterior no intervencionista conducirían a la prosperidad y la paz en todo el mundo. El cobdenismo también estaba estrechamente asociado con el movimiento abolicionista angloamericano, ya que creía que los “hombres libres” y el “libre comercio” eran solo dos caras de la misma moneda.

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Palen, Marc-William. “Recovering Massachusetts’s Free Trade Tradition.” The Beehive blog, Massachusetts Historical Society, 7 de junio, 2022.

Extracto: El reverendo Joshua Leavitt merece el crédito que merece y destaca acertadamente la confluencia radical de los movimientos antiesclavistas y de libre comercio. El ministro congregacionalista nacido en Massachusetts, fundador del Partido de la Libertad antiesclavista y editor de la revista abolicionista Emancipator, buscó una resolución en la Convención Mundial Antiesclavista de Londres de 1840 que condenara las Leyes del Maíz. Su derogación, argumentó, permitiría a Gran Bretaña importar trigo cultivado libremente del noroeste estadounidense en lugar de algodón y tabaco cultivados por esclavos del sur. En 1842, Leavitt fue después al Congreso de los Estados Unidos para presionar a los británicos para que derogaran las Leyes del Maíz. Presentó un caso similar en la convención antiesclavista de Londres de 1843, antes de emprender una gira de conferencias sobre el libre comercio con Richard Cobden. Al regresar a los Estados Unidos, Leavitt fundó organizaciones contra la Ley del Maíz en todo el noreste y el oeste del país para mantener la presión de base y como muestra de solidaridad con sus aliados británicos del libre comercio.

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Palen, Marc-William. Pax Economica: Left-Wing Visions of a Free Trade World. Princeton University Press, 2024.

Descripción del editor: “La historia olvidada de los radicales liberales, los internacionalistas socialistas, las feministas y los cristianos que imaginaron el libre comercio como el requisito necesario para el antiimperialismo y la paz. …

“En Pax Economica, el historiador Marc-William Palen muestra que el libre comercio y la globalización tienen raíces en la política de izquierda del siglo XIX. En esta contrahistoria de una idea, Palen explora cómo, a partir de la década de 1840, los globalistas de izquierda se convirtieron en los líderes de los movimientos pacifistas y antiimperialistas de su época. A principios del siglo XX, una alianza improbable de radicales liberales, internacionalistas socialistas, feministas y cristianos imaginó que el libre comercio era esencial para un orden mundial próspero y pacífico. Por supuesto, esta visión estaba en desacuerdo con las fuertes predilecciones de la época por el nacionalismo, el proteccionismo, el conflicto geopolítico y la expansión colonial. Palen revela cómo, para algunos de sus partidarios de izquierda más radicales, el libre comercio representaba una crítica dura del imperialismo, el militarismo y la guerra”.

“Palen demuestra que el componente antiimperialista del libre comercio fue un fenómeno que llegó a abarcar a la izquierda política dentro de los imperios británico, estadounidense, español, alemán, holandés, belga, italiano, ruso, francés y japonés. Los hallazgos de Palen cambian radicalmente nuestra forma de pensar sobre la globalización, el libre comercio, el antiimperialismo y la paz. Redescubrir la historia izquierdista del globalismo ofrece lecciones oportunas para nuestra propia era de nacionalismo económico y conflicto geopolítico”.

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Powell, Jim. “The Tempting Path of Protectionism.” The Washington Times, 22 de octubre, 2010.

Extracto: “Al inflamar el sentimiento nacionalista contra Estados Unidos, Smoot-Hawley alentó a muchos gobiernos a tomar represalias mediante la promulgación de controles cambiarios que estrangularon aún más el comercio. En 1935, había controles cambiarios en Afganistán, Argentina, Austria, Bolivia, Brasil, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Checoslovaquia, Danzig, Ecuador, El Salvador, Finlandia, Alemania, Grecia, Hong Kong, Hungría, Islandia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Nicaragua, Paraguay, Polonia, Rumania, Uruguay, Venezuela y Yugoslavia”.

“Los agricultores estadounidenses, que habían hecho un gran lobby a favor de la ley Smoot-Hawley, fueron de los mayores perdedores. Vieron cómo sus exportaciones se desplomaban de 1.800 millones de dólares en 1929, antes de la ley Smoot-Hawley, a 590 millones de dólares tan sólo cuatro años después”.

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Raico, Ralph. “John Prince Smith and the German Free-Trade Movement.” In Raico, Ralph. The Party of Freedom: Studies in the History of German Liberalism. MIT Press, 1998. Chap. 2.

Extracto: En 1843 Prince Smith publicó un panfleto en Königsberg, “Sobre la hostilidad al comercio”, un acontecimiento de gran importancia en la historia del movimiento de libre comercio en Alemania. En él situaba la causa del libre comercio en un contexto histórico y sociológico que recordaba más a la escuela industrialista de pensadores franceses de principios del siglo XIX que a Bentham.

En diciembre de 1846 reunió a varios líderes empresarios y académicos para considerar la formación de un Sindicato Libre Alemán (Deutscher Freihandelsverein). …

Desde 1860 hasta su muerte, Prince Smith fue el director de la Sociedad Económica (Volkswirtschaftliche Gesellschaft), sucesora del Sindicato Libre.

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Reynolds, Alan. “What Do We Know About the Great Crash?” National Review, 9 de noviembre, 1979.

Extracto: “Muchos académicos coinciden desde hace tiempo en que el arancel Smoot-Hawley tuvo efectos económicos desastrosos, pero la mayoría de ellos opina que no pudo haber provocado el colapso del mercado de valores de octubre de 1929, ya que el arancel no se convirtió en ley hasta junio siguiente. Hoy sabemos que los participantes del mercado no esperan a que se apruebe una ley importante, sino que tratan de anticipar si se aprobará o no y cuáles serán sus efectos”.

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Reynolds, Jaime. “The Last of the Liberals: Francis Wrigley Hirst (1873–1953).” Journal of Liberal History, no. 47 (Summer 2005): 22–29.

Extracto: “Para H. J. Laski, Francis Hirst era el ‘último de los liberales’. Y Hirst fue, en efecto, un exponente y publicista excepcional e inquebrantable del liberalismo clásico en la primera mitad del siglo XX, en una época en la que tales ideas se veían abrumadas por la guerra y el colectivismo. Se lo puede considerar el último de la fila que defendía la doctrina pura de lo que él llamaba las ‘grandes consignas del liberalismo: paz, libertad, libre comercio, economía pública y buena voluntad entre las naciones’, en la tradición de Adam Smith, Cobden, Gladstone y John Morley”.

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Ricardo, David. “On the Principles of Political Economy and Taxation” (1817). In The Works and Correspondence of David Ricardo, 11 vols., ed. Piero Sraffa with M. H. Dobb. Cambridge University Press, 1951–1973.

Extracto: “Aquí es donde llegamos al meollo del asunto. El principio económico de la ventaja comparativa… Un país puede, a cambio de productos manufacturados, importar maíz incluso si se puede cultivar con menos mano de obra que en el país del que se importa”.

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Rothbard, Murray N., “The Infant-Industry Argument.” In Rothbard Reader. Joseph T. Salerno and Matthew MacCaffrey (Eds.). Mises Institute, 2016. Pp. 130-133.

Extracto: “Estados Unidos… ofrece los ejemplos más llamativos de la falacia de la doctrina de la industria naciente. Dentro de sus vastas fronteras, Estados Unidos ofrece un ejemplo de una de las mayores zonas de libre comercio del mundo. Los frecuentes cambios regionales en las industrias estadounidenses ofrecen numerosos ejemplos de nacimiento y crecimiento de industrias nacientes y de decadencia de industrias antiguas y establecidas”.

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Rothbard, Murray N., “Mercantilism.” In Rothbard Reader. Joseph T. Salerno and Matthew MacCaffrey (Eds.). Mises Institute, 2016. Pp. 191-193.

Extracto: “[E]l mercantilismo fue… un sistema integral de construcción del Estado, privilegios estatales y lo que podría llamarse ‘capitalismo monopolista estatal’.

“Los aspectos más destacados de la política mercantilista –impuestos o prohibición de importaciones o subsidios a las exportaciones– eran parte integral de este sistema de privilegios monopolísticos estatales. Las importaciones estaban sujetas a prohibiciones o aranceles proteccionistas para otorgar privilegios a los comerciantes o artesanos nacionales; las exportaciones estaban subsidiadas por razones similares. El enfoque al examinar a los pensadores y escritores mercantilistas no debería ser las falacias de sus supuestas ‘teorías’ económicas. La teoría era la última consideración en sus mentes. … Sus ‘teorías’ eran cualquier argumento propagandístico, por defectuoso o contradictorio que fuera, que pudiera ganarles una tajada de botín del aparato estatal”.

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Sally, Razeen. Classical Liberalism and International Economic Order: Studies in Theory and Intellectual History. Routledge, 1998. Descarga el PDF

El autor describe su libro como “una historia intelectual del libre comercio versus el proteccionismo visto desde la tradición liberal clásica desde David Hume y Adam Smith hasta F.A. Hayek”.

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Schattschneider, E. E. Politics, Pressures and the Tariff: A Study of Free Private Enterprise in Pressure Politics, as Shown in the 1929-1930 Revision of the Tariff. Prentice-Hall, 1935.

American Political Science Review: “El autor concluyó que nuestro sistema arancelario se reducía a una lucha política por la protección de ciertos fabricantes, más que al ajuste de los aranceles de acuerdo con los estándares económicos. ‘Algunas empresas son altamente políticas’, afirma, ‘y algunos empresarios están tan ocupados con la política que son sustancialmente políticos’”.

“El profesor Schattschneider llega a la conclusión de que ‘el arancel proteccionista está bien establecido porque grandes áreas de intereses adversos son demasiado inertes y lentas para encontrar expresión política, mientras que a una proporción abrumadora de los intereses activos se les ha dado un interés en mantener el sistema’”.

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Schonhardt-Bailey, Cheryl, ed. Free Trade: The Repeal of the Corn Laws. Thoemmes Press, 1996.

Extracto: “¿Por qué Gran Bretaña abrió unilateralmente su mercado interno al libre comercio? … Una forma de abordar esta cuestión es volver a la literatura contemporánea. … Este volumen presenta una serie de panfletos, cartas, manuscritos y discursos clave escritos por los principales portavoces sobre economía política y, más específicamente, sobre la derogación [de las Leyes del Grano]”.

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Schurz, Carl. “The Tariff Question.” In Speeches, Correspondence and Political Papers of Carl Schurz. G.P. Putnam;s Sons, 1913.

Extracto: “La mayoría de nuestros aranceles proteccionistas no han sido elaborados por la Cámara de Representantes y el Senado solamente, sino también por una tercera cámara, y a veces la más fuerte de las tres, el lobby, el lobby que consiste en los agentes de muchos intereses diferentes, cada uno con más o menos poder, y cada uno ansioso por obtener la mayor cantidad posible de ‘favores legislativos’ para sí mismo. … La consecuencia es que casi todos nuestros aranceles proteccionistas han sido el producto de ese proceso legislativo llamado ‘rodamiento de troncos’. Ya saben lo que significa. ‘Si ayudan a mi hierro, ayudaremos a su vidrio. Si dañan nuestro albayalde, dañaremos su aceite de linaza. A menos que cuiden nuestra lana, destruiremos todo el negocio proteccionista’, y así sucesivamente”.

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Smith, Adam. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (1776), 2 vols. Liberty Fund, 1981. Read Vol 1. Read Vol 2.

Extracto: “El consumo es el único fin y propósito de toda producción, y el interés del productor debe ser atendido sólo en la medida en que sea necesario para promover el del consumidor. La máxima es tan evidente que sería absurdo intentar demostrarla. Pero en el sistema mercantil, el interés del consumidor se sacrifica casi constantemente al del productor, y parece considerar la producción, y no el consumo, como el fin y objeto último de toda industria y comercio”. …

“La máxima de todo dueño de familia prudente es no intentar nunca fabricar en casa lo que le costará más fabricar que comprar. Lo que es prudencia en la conducta de cualquier familia privada, difícilmente puede ser locura en la de un gran reino. Si un país extranjero puede suministrarnos un producto más barato de lo que podemos fabricarlo nosotros mismos, es mejor comprárselo con una parte del producto de nuestra propia industria, empleado de una manera en la que tengamos alguna ventaja”.

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Sowell, Thomas. Chapter 21, “International Trade.” In Basic Economics: A Common Sense Guide to the Economy, 5th ed. Basic Books, 2015.

Extracto: “El comercio internacional no es una competencia de suma cero. Ambas partes deben ganar o no tendría sentido seguir comerciando. Tampoco es necesario que los expertos o los funcionarios gubernamentales determinen si ambas partes están ganando. La mayor parte del comercio internacional… lo realizan millones de personas, cada una de las cuales puede determinar si el artículo comprado vale lo que costó y es preferible a lo que está disponible en otros lugares…

“Ya en 1828, el economista británico Nassau W. Senior escribió: ‘Los salarios altos, en lugar de impedir que nuestros fabricantes compitan con países extranjeros, son, de hecho, una consecuencia necesaria de la misma causa que nos permite competir con ellos, … a saber, la productividad superior del trabajo inglés’”.

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Steelman, Aaron. “Bright, John (1800–1859).” In Encyclopedia of Libertarianism, ed. Ronald Hamowy. Sage Publications for the Cato Institute, 2008.

Extracto: “La causa que más le preocupaba a [John Bright] y con la que siempre estaría asociado era el comercio. Creía que los aranceles de Gran Bretaña sobre los productos agrícolas estaban empobreciendo a una gran parte de su ciudadanía mientras beneficiaban solo a la aristocracia terrateniente. En 1839, se unió a Cobden, ya un estadista bien establecido, para fundar la Liga contra la Ley del Grano, y defendió incansablemente el libre comercio en las Islas Británicas”. …

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Sumner, William Graham. “Protectionism: The -ism Which Teaches That Waste Makes Wealth.” Henry Holt and Company, 1888.

Extracto: “Adoptaré dos líneas de investigación diferentes. En primer lugar, examinaré el proteccionismo en sus propias afirmaciones y pretensiones, tomando sus doctrinas y afirmaciones como verdaderas y siguiéndolas para ver si producirán los resultados prometidos; y en segundo lugar, atacaré el proteccionismo de manera adversa y polémica. Si alguien propone un mecanismo para el bien público, tiene derecho a una atención sincera y paciente, pero también tiene la obligación de mostrar cómo espera que funcione su plan, qué fuerzas pondrá en juego, cómo las utilizará, etc.”

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Taussig, F. W. The Tariff History of the United States, 5th ed. G. P. Putnam’s Sons, 1909. Descarga el PDF

Extracto: “[L]a cuestión para el futuro será, incluso más que en el pasado, no si Estados Unidos será un país manufacturero, sino en qué direcciones crecerán sus manufacturas, si en aquellas donde se busca constantemente ayuda y protección contra la competencia extranjera, o en aquellas donde los recursos naturales y la habilidad mecánica permiten no sólo hacer frente a la competencia extranjera, sino superarla en su propio terreno”. …

“Todas las nociones actuales sobre este tema entre los proteccionistas acérrimos se basan en la creencia de que los salarios altos (es decir, los salarios altos en dinero, pocos van más allá de esta fase del problema) no pueden mantenerse en nuestra comunidad estadounidense a menos que haya protección contra los productos fabricados con mano de obra más barata en el extranjero. Y esta creencia se basa en la noción de que los salarios altos necesariamente significan precios altos. La verdad es que un nivel general alto de salarios reales es el resultado de una alta eficiencia general del trabajo. Dada esa eficiencia, continuaría, con aranceles o sin ellos. Pero esto les parece a los proteccionistas una proposición increíble. El veredicto de los economistas, aunque prácticamente unánime contra la creencia proteccionista, no tiene ningún efecto visible en derribarla. Que los salarios altos se deben al arancel y no pueden mantenerse altos sin altos impuestos, ha sido repetido en los oídos del público con tanta persistencia que se ha convertido para el hombre medio en un artículo de fe”. …

“No es improbable que, con la primera imposición de aranceles más altos, los ingresos aumenten y las importaciones continúen. Pero, a medida que los productos nacionales reemplazan a las importaciones, los ingresos disminuyen. La protección y los ingresos son objetos incompatibles; cuanto más eficaz sea la protección… más segura será la pérdida de ingresos”.

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Tesón, Fernando R. “Free Trade: A Principle for All Seasons.” In The Routledge Handbook of Libertarianism, ed. Jason Brennan, Bas van der Vossen, and David Schmidtz. Routledge, 2018.

Resumen: “[L]a defensa del libre comercio no es competencia exclusiva de los libertarios. El comercio internacional se rige por la ley económica de las ventajas comparativas. Los modelos de ventaja comparativa implican una ganancia agregada derivada de la liberalización del comercio. Las leyes proteccionistas asumen diversas formas: aranceles, licencias de importación, licencias de exportación, cuotas de importación, subsidios, normas de contratación pública, normas sanitarias, restricciones voluntarias a las exportaciones, requisitos de contenido local, requisitos de seguridad nacional y embargos. … La lógica del proteccionismo conduce necesariamente a restringir todo el comercio, no sólo el comercio internacional”.

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Tesón, Fernando R. “Why Free Trade Is Required by Justice.” Social Philosophy and Policy, vol. 29, no. 1 (2012): 126–153.

Extracto: “La justicia exige el libre comercio. Las leyes proteccionistas son indefendibles por dos motivos. En primer lugar, son indefendibles en principio porque redistribuyen coercitivamente los recursos a favor de personas que no son beneficiarios merecedores de ellos según ninguna teoría plausible de justicia nacional o internacional. En segundo lugar, las leyes proteccionistas tienen consecuencias objetables porque perjudican a las personas en general (causan más daño que beneficio) y tienden a perjudicar particularmente a los pobres. Basándome en un sólido consenso en la literatura económica, sostengo que la liberalización del comercio contribuiría significativamente al crecimiento global y nacional y, principalmente por esa razón, ayudaría a reducir la pobreza. Un corolario importante de mi argumento es que las leyes proteccionistas son indefendibles, no sólo desde una perspectiva liberal clásica de la política, sino desde cualquier teoría moral-política plausible”.

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Tesón, Fernando R., and Klick, Jon. “Global Justice and Trade.” In Global Justice and International Economic Law: Opportunities and Prospects, ed. Chi Carmody, Frank Garcia, and John Linarelli. Cambridge University Press, 2012.

Resumen: “El consenso general entre los economistas sostiene que las restricciones comerciales probablemente perjudiquen a los pobres. … Es sorprendente entonces que los filósofos y los estudiosos de los derechos humanos no defiendan la liberalización del comercio como una forma de mejorar el bienestar de los pobres como clase. Si bien muchos estudiosos de estos campos guardan silencio respecto del efecto del libre comercio sobre los pobres, algunos de hecho sostienen que el comercio liberalizado es perjudicial para los pobres, contrariamente a lo que afirman los economistas. En este artículo, sostenemos que cualquier estudioso serio preocupado por la difícil situación de los pobres debe abordar la teoría y la evidencia sobre los efectos de la liberalización del comercio sobre el crecimiento económico, sugiriendo que las prescripciones políticas estándar de los filósofos y los estudiosos de los derechos humanos son, en el mejor de los casos, de segunda orden y, en el peor, probablemente sean contraproducentes en términos de mejorar el bienestar de los pobres”.

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Trentman, Frank. Free Trade Nation: Commerce, Consumption, and Civil Society in Modern Britain. Oxford University Press, 2008.

John Brewer escribe: “Free Trade Nation es la historia en su máxima expresión: de largo alcance y con autoridad, su relato del ascenso y la caída del libre comercio como una creencia ampliamente aceptada, marcada por la justicia, la equidad y la paz, reconfigura provocativamente la historia de la Gran Bretaña de principios del siglo XX, nos recuerda una época en la que la política popular ejercía un poder real y nos obliga a repensar nuestras opiniones contemporáneas sobre los consumidores, los mercados y la moralidad”.

Anthony Howe escribe: “En Free Trade Nation, Frank Trentmann reconstruye brillantemente la historia del auge eduardiano del entusiasmo popular por el libre comercio en Gran Bretaña… y la rápida disolución de la religión secular del libre comercio en el mundo posterior a 1914… [E]l verdadero peso innovador de este volumen reside en proporcionar la exploración más completa y lúcida que tenemos de la erosión del consenso sobre el libre comercio después de 1914”.

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Tullock, Gordon. “The Welfare Costs of Tariffs, Monopolies and Theft.” Western Economic Journal, vol. 5 (1967): 224–232.

Este artículo clásico señala que los costos de los aranceles y otros privilegios especiales o depredaciones no son sólo los directos, sino también los costos de buscar el privilegio o la depredación. La persona o empresa que busca el privilegio gasta hasta el valor de la ganancia esperada del privilegio.

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Viner, Jacob. “The Customs Union Issue,” ed. Paul Oslington. 1950. Repr. Oxford University Press, 2014. Oslington, Aquí la introducción.

Descripción del editor: “The Customs Union Issue de Jacob Viner fue publicada originalmente en 1950 por el Carnegie Endowment for International Peace. Estableció el marco para el debate contemporáneo sobre los beneficios o no de los acuerdos comerciales preferenciales como la Unión Europea, el TLCAN y la APEC. Viner desarrolló los conceptos de creación y desviación de comercio en esta obra, al tiempo que fue pionero en el análisis de la política global de los acuerdos comerciales”.

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Viner, Jacob. Studies in the Theory of International Trade. Harper and Brothers, 1965.

Liberty Fund: “Una historia magistral de la teoría del comercio internacional. Viner muestra dónde se equivocaron los economistas y dónde acertaron en la comprensión de esta idea. A lo largo del camino refuta las falacias del mercantilismo, tal como lo había hecho Adam Smith en La riqueza de las naciones en 1776”.

Extracto: “Mis objetivos han sido… resucitar material olvidado o pasado por alto que merezca ser resucitado, rastrear el origen y desarrollo de las doctrinas que luego se volverían familiares y examinar las afirmaciones de aceptación de la doctrina familiar. Dado que, hasta hace pocos años, al principio fueron casi exclusivamente escritores ingleses, y luego casi exclusivamente escritores ingleses y estadounidenses, los responsables del desarrollo de la teoría según las líneas clásicas, hay pocas referencias a escritos de economistas continentales anteriores a la guerra. Si bien mi principal objetivo al escribir este libro fue que resultara un complemento útil, tanto para profesores como para estudiantes, a los libros de texto sobre la teoría del comercio internacional, espero que el extenso análisis de las primeras teorías monetarias lo haga de interés también para los estudiantes de teoría monetaria y bancaria”.

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Wolf, Martin. Why Globalization Works. Yale University Press, 2004.

Extracto: “Este libro… parte de la premisa de que un mundo integrado por el mercado debería ser sumamente beneficioso para la gran mayoría de los habitantes del planeta. El mercado es la institución más poderosa para elevar los niveles de vida: de hecho, no tiene rivales… El problema hoy no es que haya demasiada globalización, sino que hay muy poca” …

“El problema de los más pobres no es que sean explotados, sino que están casi totalmente sin ser explotados: viven fuera de la economía mundial.”

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Yakovlev, Pavel A. “Protectionism Will Not Improve National Security.” National Taxpayers Union Foundation, October 19, 2018.

Extracto: “Los economistas especializados en la elección pública sostienen desde hace tiempo que las empresas nacionales tienen un motivo oculto al presionar al gobierno para que las proteja de la competencia extranjera, con el argumento de que ello mejorará la seguridad nacional, la creación de empleo, la tecnología y la balanza comercial. Los economistas suelen ser escépticos ante estas afirmaciones y sostienen que las restricciones comerciales representan un método inferior para alcanzar los objetivos de seguridad nacional. El economista ganador del Premio Nobel James Buchanan y otros economistas especializados en la elección pública han señalado que el gobierno tiende a promover los intereses de unos pocos a expensas de la mayoría. Por lo general, esta tendencia se manifiesta en políticas gubernamentales que favorecen a los productores en detrimento de los consumidores y en burocracias ineficientemente grandes”.

Traducido por Gabriel Gasave

  • es Asociado Senior y Director del Centro para la Excelencia Educativa en el Independent Institute.

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