El informe de la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos (BEA es su sigla en inglés) sobre las cifras del PBI en el cuarto trimestre, se refiere a las importaciones como a “una substracción en el cálculo del PBI.” El problema es, en el concepto del producto bruto interno, que las importaciones no son una resta. La formulación de la BEA es en el mejor de los casos falaz. Tal es así, que The Wall Street Journal aparentemente ha dejado de reproducir dicho informe.
Como su nombre lo indica, el producto bruto interno procura medir qué se produce dentro de los límites de un país. Ello incluye a las exportaciones, las cuales son producidas internamente, y no toma en consideración a las importaciones, las cuales son producidas en tierras extranjeras. El PBI es, por definición, la suma de todo el valor agregado dentro de las fronteras nacionales.
El valor agregado total en una economía es idéntico a la sumatoria de todos los ingresos internos (aproximadamente, las ganancias más la compensación de los empleados.) Lo que usted produce es igual a lo que usted gana. De esta forma, el PBI es conceptualmente igual al ingreso doméstico, y puede ser calculado alternativamente desde el lado del ingreso de la economía. “Producto = ingreso” es así una identidad contable en las cuentas nacionales.
Una segunda identidad del sistema de cuentas nacional es: ingreso = gasto. Lo que los residentes domésticos ganan es consumido, a no ser que sea ahorrado e invertido. He aquí la aproximación basada en el gasto al concepto del PBI. Es cierto que, en la práctica, cuando el PBI es medido desde el lado del gasto, las importaciones deben ser restadas de la suma de los gastos de consumo, los desembolsos de inversión, los gastos gubernamentales y las exportaciones, a efectos de quitar aquello que se gasta en algo que no sea la producción interna. Ingresar a las importaciones como algo negativo en el lado del gasto de las identidades de las cuentas naciones (producto = ingreso = gasto) es solamente una exigencia contable que se torna necesaria por el hecho de que lo que se está midiendo es la producción interna.
Decir que las importaciones tienen que ser restadas del PBI es como decir que, a efectos de calcular su ingreso neto, una empresa debiese deducir el valor total de los prestamos que recibió en el año.
Presentar a las importaciones como una substracción del PBI transmite la impresión equivocada—la de que las mismas son malas para la economía. En verdad, desde el punto de vista del bienestar—del cual el PBI, incluso conceptualmente, es tan solo una áspera aproximación—las importaciones no son un costo sino un beneficio, al igual que en la vida económica, la producción es el costo y el consumo el beneficio.
Traducido por Gabriel Gasave
Cuando se trata del PBI, 2 – 1 = 2
El informe de la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos (BEA es su sigla en inglés) sobre las cifras del PBI en el cuarto trimestre, se refiere a las importaciones como a “una substracción en el cálculo del PBI.” El problema es, en el concepto del producto bruto interno, que las importaciones no son una resta. La formulación de la BEA es en el mejor de los casos falaz. Tal es así, que The Wall Street Journal aparentemente ha dejado de reproducir dicho informe.
Como su nombre lo indica, el producto bruto interno procura medir qué se produce dentro de los límites de un país. Ello incluye a las exportaciones, las cuales son producidas internamente, y no toma en consideración a las importaciones, las cuales son producidas en tierras extranjeras. El PBI es, por definición, la suma de todo el valor agregado dentro de las fronteras nacionales.
El valor agregado total en una economía es idéntico a la sumatoria de todos los ingresos internos (aproximadamente, las ganancias más la compensación de los empleados.) Lo que usted produce es igual a lo que usted gana. De esta forma, el PBI es conceptualmente igual al ingreso doméstico, y puede ser calculado alternativamente desde el lado del ingreso de la economía. “Producto = ingreso” es así una identidad contable en las cuentas nacionales.
Una segunda identidad del sistema de cuentas nacional es: ingreso = gasto. Lo que los residentes domésticos ganan es consumido, a no ser que sea ahorrado e invertido. He aquí la aproximación basada en el gasto al concepto del PBI. Es cierto que, en la práctica, cuando el PBI es medido desde el lado del gasto, las importaciones deben ser restadas de la suma de los gastos de consumo, los desembolsos de inversión, los gastos gubernamentales y las exportaciones, a efectos de quitar aquello que se gasta en algo que no sea la producción interna. Ingresar a las importaciones como algo negativo en el lado del gasto de las identidades de las cuentas naciones (producto = ingreso = gasto) es solamente una exigencia contable que se torna necesaria por el hecho de que lo que se está midiendo es la producción interna.
Decir que las importaciones tienen que ser restadas del PBI es como decir que, a efectos de calcular su ingreso neto, una empresa debiese deducir el valor total de los prestamos que recibió en el año.
Presentar a las importaciones como una substracción del PBI transmite la impresión equivocada—la de que las mismas son malas para la economía. En verdad, desde el punto de vista del bienestar—del cual el PBI, incluso conceptualmente, es tan solo una áspera aproximación—las importaciones no son un costo sino un beneficio, al igual que en la vida económica, la producción es el costo y el consumo el beneficio.
Traducido por Gabriel Gasave
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