La «Guerra contra las Drogas» es una guerra contra la gente
Buenos días, mi nombre es Alex Tabarrok y soy el director de investigaciones y el vicepresidente del The Independent Institute, un centro de investigaciones no-partidista ubicado en Oakland.
Pese a que la llamamos una «Guerra contra las Drogas,» la campaña del gobierno es en realidad una guerra contra los individuos. Es una guerra que resulta directamente o indirectamente responsable de arruinar las vidas de millones y de crear un cúmulo de serios problemas sociales, tales como el del crimen violento. Nuevas investigaciones por parte de Jeffrey Miron, Profesor de Economía en la Boston University e Investigador Asociado del Instituto, demuestran en la actualidad que entre un cuarto y la mitad de todos los homicidios en los Estados Unidos pueden ser vinculados a dicha Guerra–una Guerra que ha convertido a nuestros centros urbanos en zonas de fuego contra el inocente y los pobres, tal como la Prohibición* lo hiciera en los años 20 y 30.
La Guerra contra usuarios de drogas no-violentos tiene millones de víctimas, algunas de las cuales se encuentran actualmente pudriéndose en la cárcel, mientras que se deja libres a asesinos y violadores debido a que las prisiones están sobre pobladas.
La Guerra se está convirtiendo en la cuestión de los derechos civiles de nuestro tiempo. La Guerra encarcela a los hombres y a las mujeres afro-americanos en índices mucho más altos que a los blancos. Escandalosamente, el trece por ciento del total de la población masculina negra de los EE.UU. no está en condiciones de votar, debido fundamentalmente a la Guerra. Trágicamente, hemos hecho entrar nuevamente a «Jim Crow»** por la puerta trasera.
En los años recientes, una nueva ofensiva en esta guerra de 40 mil millones (billones en inglés) contra los usuarios de drogas, ha sido lanzada contra las mujeres. Puesto que se han establecido mínimos obligatorios, el número de mujeres en prisión ha estallado. Las mujeres son el segmento de más rápido crecimiento y el menos violento de las poblaciones de las prisiones y de las cárceles. Una gran mayoría de mujeres en las prisiones federales se encuentran allí por violaciones no-violentas de las leyes sobre las drogas. Y prácticamente no es necesario decir que las mujeres afro-americanas y las hispanas son encarceladas en tasas mucho más altas que las mujeres blancas.
La Guerra es una cuestión de derechos civiles no tan sólo para las minorías–es una cuestión de derechos civiles para cualquiera que se preocupa respecto de la igualdad ante la ley y del estado de derecho, para cualquiera que desea proteger nuestros derechos constitucionales de estar libre del cateo y de la confiscación no razonables, y para cualquiera que desea que nuestros derechos a la libre expresión se encuentren protegidos. Es orwelliano que el gobierno haya estado utilizando nuestro dinero para sobornar a la televisión, a las revistas y a los editores de periódicos a fin de promover la Guerra mientras que al mismo tiempo intentaba enfriar la oposición a la Guerra con legislación que convertiría en una ofensa criminal a la propia discusión sobre el uso pacífico de drogas.
El gobierno está arrancando a los niños de sus padres, privando de sus derechos electorales a los votantes, pisoteando nuestros derechos constitucionales, abusando de la justicia, y toda ¿para qué?–para evitar que los adultos controlen sus propios cuerpos. La Guerra contra la Gente disfrazada como una «Guerra contra las Drogas» debe terminar. Es tiempo de la Paz.
Nota del Traductor:
*Se refiere a la prohibición nacional del alcohol (1920-33) – el «experimento noble»–establecida con la idea de reducir el crimen y la corrupción, resolver los problemas sociales, reducir la carga tributaria creada por las prisiones y los asilos, y mejorar la salud y la higiene en los Estados Unidos.
**El término Jim Crow surgió hacia 1830, y se convirtió en un símbolo de la segregación racial aplicada en los estados sureños de los Estados Unidos. La expresión «Leyes de Jim Crow» hacia referencia a todo el aparato legislativo que hacía posible la segregación racial y la separación de razas en los lugares públicos.
Traducido Gabriel Gasave
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