EE.UU., eje de la campaña mexicana
Por Hugo Alconada Mon
La Nación
En la agenda figuran la cuestión migratoria, el acuerdo de libre comercio y la lucha contra el narcotráfico
CIUDAD DE MEXICO.- Ocho hombres fueron hallados ejecutados en las últimas 36 horas. Todos con las manos atadas y disparos de fusiles AK-47 en la nuca. Fue en Acapulco, al Sur, sobre el océano Pacífico.
Otros cinco -entre ellos tres menores- murieron en Sinaloa, en el noroeste del país. También ejecutados. Y el jueves pasado, en la frontera con Estados Unidos, una «caravana de la muerte» pasó por el pueblo de Rosarito, en Baja California, degollando a tres policías y a un norteamericano.
Todos los asesinatos tienen algo en común: los cometió el crimen organizado, el narcotráfico, que mantiene vínculos con la policía.
Con más de 3000 kilómetros de frontera en común, Estados Unidos espera ansioso los resultados de las elecciones presidenciales del domingo. La administración Bush quiere abordar cuanto antes con el próximo gobierno cómo luchará contra el narcotráfico y las bandas delictivas.
La reforma migratoria también está resaltada en la agenda bilateral, con más de 500.000 personas que ingresan en Estados Unidos por el desierto cada año.
Las diferencias por el acuerdo de libre comercio (Nafta) constituyen otro eje. Y su tratamiento mucho puede cambiar según quien triunfe en las urnas.
Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la centroizquierda por el Partido por la Revolución Democrática (PRD), inquieta a quienes temen un giro al populismo, lo que es alentado por sus contendientes. Lo equiparan al presidente venezolano Hugo Chávez por televisión, provocando una protesta desde Caracas y una sanción de las autoridades electorales.
Primero en las encuestas por un margen de 2 a 3 puntos, López Obrador busca marcar algunas diferencias con Chávez: «No lo conozco. Me da flojera que me comparen con él», reiteró ayer.
Tanto López Obrador como su mayor rival en las urnas, Felipe Calderón, del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), afirman, además, que quieren mejorar la relación con Estados Unidos y negociar cambios en la estrategia migratoria que encara Washington.
«La relación con Estados Unidos no es una cuestión de política exterior para México, sino una cuestión interna», dijo a LA NACION Jorge Castañeda, que fue el primer canciller del presidente Vicente Fox. «Todo cambio en esa relación afecta la vida cotidiana de los mexicanos», advirtió.
La dependencia es mutua. Más de 25 millones de personas nacidas o de ascendencia mexicana viven al norte del río Bravo, donde sirven para que se reduzcan los costos de sus empleadores, mientras envían remesas a sus familiares que quedaron aquí por más de US$ 20.000 millones cada año, el equivalente a algo más del 3% del producto bruto interno local.
«México tiene relaciones especiales con Estados Unidos», dijo a LA NACION la directora del Instituto para América Latina del Comité Judío de Estados Unidos, la mexicana Dina Siegel Vann. Eso se debe, afirma, «a su vecindad, a su condición de socio comercial y al espacio estratégico que ocupa en cuanto a seguridad nacional», enumera.
López Obrador y Calderón rechazan, por lo pronto, la construcción de un muro o el despliegue de tropas en la frontera como opciones reales para detener el flujo migratorio. Coinciden en que la solución debe pasar por México, visión que es compartida por algunos analistas norteamericanos.
«Estados Unidos no debería postergar la negociación de un acuerdo bilateral de inmigración con México», argumentó Pamela Starr en el informe más reciente sobre este país del Consejo de Relaciones Exteriores norteamericano. «Si Estados Unidos tiene planes serios sobre cómo reducir la migración desde México, debería ayudarlo a crear los 500.000 nuevos puestos de trabajo que necesita cada año para emplear a quienes emigrarían», explicó.
Pocas coincidencias
Pero hasta allí llegan las coincidencias entre el PRD y el PAN. López Obrador cree que parte de la migración se detendrá si se renegocia el Nafta. Pero México se comprometió a abrir sus fronteras en 2008 a algunos productos norteamericanos, como frijoles y maíz, subsidiados por la administración Bush, lo que agravaría la paupérrima vida del campo local.
«Primero México, luego el resto del mundo», planteó el candidato del PRD ante 10.000 campesinos en Xochimilco, en las afueras del distrito federal. Allí les prometió «subsidios como los que se otorgan en Estados Unidos a los granjeros, a los empresarios agrícolas, a los ganaderos», enumeró.
Calderón critica esa visión. Alega que retrasaría a México en un mundo globalizado, en el que hay que abrir nuevos mercados y atraer más capitales internacionales para crear nuevos y mejores empleos.
«No basta meter la cabeza y cerrarse. México tiene que competir y ganar porque tiene todo para ganar», dice.
El preferido del sector empresarial apuesta a profundizar la relación con la Casa Blanca, para obtener más recursos oficiales y privados desde Estados Unidos. En cambio, López Obrador promete mantener una relación de «mutuo respeto» con Washington, sin mostrar la flaqueza que caracterizó, según él, a Fox ante Bush.
Estados Unidos espera, en cualquier caso, algo más del próximo presidente: mejorar la cooperación en el área de seguridad. Quiere que sus fuerzas puedan participar en operaciones conjuntas contra el narcotráfico en territorio mexicano.
El desierto es hoy una de las principales rutas de acceso al mercado negro norteamericano.
Los desafios con EE.UU.
Inmigración
* Estados Unidos proyecta un muro a lo largo de la frontera con México y ha comenzado a desplegar la Guardia Nacional para evitar el paso de ilegales, que se calcula en unos 500.000 por año. Además, está en debate una nueva ley migratoria que podría tener serias implicancias en la vida de los 25 millones de mexicanos que viven en territorio norteamericano y que aportan, a través de sus remesas, un 3% al PBI de México.
Libre comercio
* Se considera urgente un replanteo de los acuerdos y del papel de México en el Nafta. Especialmente, por el compromiso adquirido hace algunos años de abrir sus fronteras en 2008 a productos subsidiados por Estados Unidos, que empeorarán la situación de los empobrecidos campesinos mexicanos.
Narcotráfico
* El crimen organizado relacionado con las drogas goza de buena salud en México. Estados Unidos está muy preocupado por el tema, por lo que esto implica para su propio país, y pretende participar directamente en las acciones de control y combate del narcotráfico.
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