México: la batalla económica
Por Robert Plummer
BBC Mundo
La economía mexicana ha demostrado ser el campo de batalla en los momentos finales de la agresiva campaña previa a las elecciones presidenciales de México.
Los votantes tendrán que decidir qué candidato es el que reúne más condiciones para promover el crecimiento y generar empleos.
Pero gane quien gane este domingo, México está ahora tan interrelacionado económicamente con Estados Unidos que las posibilidades de acciones unilaterales se ven severamente limitadas.
Durante los doce años transcurridos desde que México se unió a Estados Unidos y Canadá en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), el comercio mexicano con sus dos vecinos se ha triplicado.
Casi el 85% de las exportaciones mexicanas tiene como destino Estados Unidos.
México además se beneficia de las remesas procedentes de sus trabajadores que han encontrado empleo en el vecino del norte.
El año pasado, estas personas enviaron a México la cifra récord de US$20.000 millones, según datos del Banco Central, lo cual proporcionó al país su mayor fuente de ingresos extranjeros después de las exportaciones de petróleo.
El grado de integración económica en América del Norte protegió a México de los efectos del colapso económico argentino, que se propagó rápidamente en los mercados latinoamericanos.
A la vez esto significa que cuando Wall Street estornuda, los negocios mexicanos pueden terminar en cuidados intensivos.
Batalla de tarifas
Cuando la población estadounidense piensa en comercio con México, tiende a centrarse en las maquiladoras, unas 3.000 fábricas concentradas en el norte mexicano, cerca de la frontera con Estados Unidos y especializadas en la manufactura o el ensamblaje de productos para la exportación.
Algunas de estas fábricas han sido duramente criticadas por grupos de derechos humanos por sus bajos salarios, pero se estima que el NAFTA ha contribuido a mejorar tanto el pago como las condiciones laborales.
A la vez, el peso de las maquiladoras en las exportaciones mexicanas ha caído mientras que la industria automotriz y de alta tecnología se ha vuelto más importante.
En días recientes, Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha sido presentado como una amenaza a las mismas bases del libre comercio mexicano.
Durante la campaña, él dijo que no permitiría al maíz y los granos estadounidenses entrar libres de impuestos a México desde 2008, a pesar de las intenciones del NAFTA de eliminar los aranceles para entonces.
Los comentarios del candidato fueron tomados por periódicos de Estados Unidos temerosos de las consecuencias que tendría para las relaciones un supuesto «giro a la izquierda» como en otros países latinoamericanos.
Pero en una entrevista con el diario argentino Clarín, López Obrador adoptó un tono más cuidadoso y dijo que quería una «política prudente» y una «relación de respeto mutuo».
Dependencia petrolera
Como alcalde de Ciudad de México, López Obrador se hizo una reputación de honestidad, pero a la vez de solicitar altos préstamos para financiar programas de beneficio social.
No sorprende entonces que los cautos en materia fiscal prefieran a Felipe Calderón, el candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), la organización del actual presidente Vicente Fox.
Calderón, ex ministro de Energía, es la continuidad de las políticas de Fox y defiende el libre mercado.
No obstante, no hay garantías de que tenga éxito en lo que Fox no lo tuvo: en la instauración de reformas estructurales y la reducción de la dependencia gubernamental de los ingresos del petróleo, que en la actualidad generan una tercera parte de sus ingresos.
Estabilidad
Vistos por Estados Unidos, los fundamentos de la economía mexicana son sólidos. Así lo estima el Banco de la Reserva Federal de Dallas, que mantiene un monitoreo de la situación en América Latina.
En un nuevo estudio, la institución dijo que México es «más fuerte financieramente de lo que ha sido en mucho tiempo» y debe evitar crisis como las que coincidieron con las elecciones presidenciales de 1982 y 1994.
También elogió la nueva independencia del Banco Central en su combate contra la inflación, que se redujo el año pasado hasta el 3,3%, el nivel más bajo en treinta años.
El estudio no sólo elogia sino también destaca problemas como la evasión fiscal y la ineficiencia del mercado energético.
Y por supuesto, la estabilidad macroeconómica no necesariamente se traduce en elevación de los niveles de vida de todos los mexicanos.
Porque de otro modo, no tantos quizás cruzarían la frontera para encontrar trabajo. Hasta un millón de emigrantes se estima que entran ilegalmente a Estados Unidos cada año buscando una vida mejor.
No indica esto que todo sea malas noticias en cuanto al tema de la creación de empleo en México. A principios de mes, el presidente Vicente Fox anunció la creación de 450.000 nuevos empleos en los primeros cinco meses de 2006.
Entretanto, el candidato Calderón llamó a Estados Unidos y a Canadá a invertir en la economía de su país de la misma manera en que la Unión Europea ha financiado el desarrollo en España o Irlanda, y así menos mexicanos tendrían necesidad de emigrar.
«Es obvio -dijo Calderón- que construir un kilómetro de autopista es mejor que diez kilómetros de muro en la frontera».
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