Ayer marcharon, mañana votan
Por María Elena Salinas
Diario Las Americas
Cada año miles de inmigrantes se convierten en ciudadanos de Estados Unidos. Es su derecho habiendo cumplido con los requisitos establecidos por el gobierno norteamericano. Es entonces cuando dejan de ser ciudadanos de Segunda categoría y pueden trabajar en una oficina federal o aspirar a algún cargo público, menos el de presidente. Lo mejor es, que pueden votar. Y este año hay una nueva motivación para hacerse ciudadano y para votar.
Hubo pistas de esa motivación durante las históricas marchas pro-inmigrantes la primavera pasada en las principales ciudades del país. “Hoy marchamos, mañana votamos,” leían las pancartas entre la multitud. Y eso es exactamente lo que una coalición de activistas, líderes religiosos y sindicalistas quieren lograr.
La alianza “Somos América” lanzó una campaña de ciudadanía llamada verano de democracia. La meta es aumentar por un millón el número de votantes, la esperanza es que una buena parte saque del poder a legisladores anti-inmigrantes.
En las marchas multitudinarias en ciudades como Los Ángeles, Dallas, Chicago, Denver, Atlanta y Phoenix hubo miles de ciudadanos norteamericanos y residentes legales hartos de escuchar los ataques contra los inmigrantes, indignados por los esfuerzos de la Cámara de Representantes de criminalizar a los inmigrantes y quienes les prestan ayuda y dispuestos a defender sus derechos y exigir respeto. Algunos de ellos ya han pasado por la pesadilla del proceso migratorio mientras que otros tienen familiares que están inmersos en ella.
Ahora parece que habrá que esperar aún mas antes de que el país tenga una reforma migratoria completa y sensata ya que algunos republicanos en la Cámara Baja han convocado a audiencias sobre el proyecto de ley aprobado por el Senado que abre la puerta a la legalización para millones de indocumentados y crea un programa de trabajadores huéspedes tal como lo pidió el Presidente Bush.
Defensores de los inmigrantes, incluyendo algunos senadores republicanos aseguran que las audiencias son únicamente una táctica dilatoria. Si quieren conocer el punto de vista del pueblo norteamericano sólo tienen que fijarse en las encuestas que muestran que una mayoría apoya legislación que no sólo incluya seguridad en la frontera sino que también permita que algunos indocumentados accedan a la ciudadanía. Uno de ellos realizado por el “Instituto Manhattan” muestra que 75 por ciento de votantes republicanos aprueban la medida del Senado. Un 60 por ciento favorecería a un candidato que apoye una reforma amplia de inmigración.
Si los republicanos en la Cámara Baja están tratando de salvar sus puestos con su postura anti-inmigrante, deberían de pensarlo dos veces. Hay más de una docena de estados con entre 50,000 y 900,000 residentes legales elegibles para la ciudadanía, suficientes como para influenciar en el resultado de votaciones estatales y congresionales. No hay manera de saber cómo votarían pero no hay duda que muchos de los nuevos ciudadanos tendrán el tema migratorio en mente.
El año pasado se aprobaron más de 600,000 solicitudes de ciudadanía y se espera que este año aumenten a unos 685,000. Si la campaña de ciudadanía tiene éxito esas cifras podrían ser mucho más altas. Hay unos 8 millones de residentes legales en el país que calificarían para la ciudadanía, que tienen 18 años de edad o más y han vivido como residentes legales por más de cinco años. Quizás no logren prestar juramento a tiempo para votar el 6 de Noviembre, pero el 2008 está a la vuelta de la esquina. Además se calcula que unos 3 millones de hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos tendrán edad para votar en las próximas elecciones presidenciales.
El país no puede darse el lujo de mantenerse en el limbo migratorio. No se están tomando las medidas de seguridad adecuadas. Ciudades a lo largo y ancho del país están tomando la ley en sus propias manos tomando medidas radicales para lidiar con la situación migratoria. Negocios que dependen de la mano de obra de inmigrantes están a la expectativa y el destino de 12 millones de seres humanos está en el aire. Ante esta situación el Congreso no debe olvidarse que ayer marcharon y que mañana podrán votar.
Maria Elena Salinas es autora del libro “Yo soy la hija de mi padre: Una vida sin secretos.” Conéctese a www.mariaesalinas.com (c) 2006 by Maria Elena Salinas. Distributed by King Features Syndicate
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