La emigración es para siempre
Por Enrique Serbeto
ABC
«Los alemanes emigran en masa; se han visto provincias despobladas por la emigración, pueblos enteros con el cura y el alcalde a la cabeza, embarcarse hacia América. Todas las regulaciones, todas las medidas vejatorias, todas las prohibiciones que impone el Gobierno a las compañías de transporte y a las agencias marítimas, no son capaces de frenar este éxodo. La corriente, se podría decir el torrente, de emigración derriba todos los obstáculos. Los campesinos prusianos, hambrientos en sus arenales pantanosos, van a buscar al otro lado del Océano el pan y una nueva patria. Y si la gran masa de emigrantes elige la ruta de Estados Unidos es primero para encontrar pan, algo que no es tan fácil de hallar en nuestra Europa, y después por la libertad y la igualdad». Sustituyan Alemania por Senegal y Estados Unidos por Europa y verán que lo que está sucediendo actualmente no es tan diferente de lo que contaban los libros de geografía en la Francia de 1883. Hace unos días, un informe de Cáritas-Europa definía de la manera más acertada la situación: Más vale que no sigamos cerrando los ojos y haciendo como si estuviésemos ante una tormenta pasajera.
No, no se trata de un fenómeno temporal; la emigración es para siempre, es algo que va a suceder a partir de ahora y durante mucho tiempo, decenios sin duda, probablemente todo el siglo. La voluntad de los africanos de mejorar sus condiciones de vida va a continuar empujándoles a venir y la necesidad que tenemos de que vengan es como un imán que refuerza su determinación. En España hacen falta no solo para mantener el crecimiento económico y nuestras pensiones, sino hasta para luchar -y dar la vida- en nuestro nombre, bajo nuestra bandera. Estados Unidos ha vivido así en los últimos doscientos años y en lo esencial, lo único que ha cambiado es que en vez de la vieja Europa, los emigrantes vienen ahora de Iberoamérica y Asia, pero el «torrente» humano sigue fluyendo implacable en busca de oportunidades.
Estados Unidos era hace un siglo un país despoblado, pero nosotros sabemos desde hace más de veinte años que nuestra pirámide demográfica es insostenible, que nuestra actitud egoísta respecto a la natalidad era suicida. En nuestra riqueza somos como un grupo animal en recesión; en términos biológicos estamos cerca del fracaso y la extinción. El único problema que no tienen los demás grupos que viven a nuestro alrededor es el demográfico. ¿Cómo podemos extrañarnos de lo que pasa?
Después de lo que se ha visto en Malta, urge que se establezca una posición común de toda la Unión Europea, pero no con la intención de parar un fenómeno que no se puede contener. Lo único que se puede hacer es ordenarlo.
- 23 de julio, 2015
- 13 de mayo, 2025
- 12 de mayo, 2025
- 18 de abril, 2025
Artículo de blog relacionados
El Nuevo Herald El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, puede no haber...
26 de mayo, 2013- 19 de noviembre, 2023
The Wall Street Journal Americas Hace 80 años, Ralph Heilman, el decano de...
26 de marzo, 2014Por Leopoldo Puchi Correo del Caroní A propósito de la grave crisis de...
28 de septiembre, 2008