Los inmigrantes no desplazan a trabajadores de EE.UU.: estudio
Por Jazmín Ortega
La Opinión
La llegada de millones de inmigrantes en la última década no ha se ha traducido en una pérdida de empleos para trabajadores nacidos en este país, de acuerdo con un reporte publicado ayer por el Centro Hispano Pew.
Ese fue la conclusión a la que llegó Rakesh Kochhar, del centro de investigación, quien analizó cifras del Censo de los años de expansión económica, durante 1990, y por separado los números entre 2000 y 2004 cuando ocurrió una recesión y recuperación económica. El objetivo fue establecer si había una relación entre el crecimiento en la población nacida en el extranjero y los niveles de empleo en trabajadores estadounidenses mayores de 16 años.
En el análisis de cifras de población en los 50 estados y el Distrito de Columbia, ocho estados reflejaron mayor desempleo de nativos al registrar un aumento de inmigrantes sobre el promedio nacional, entre ellos Carolina del Norte, Tennessee y Arizona.
California fue uno de los 12 estados donde se registraron menos nuevos inmigrantes que el promedio nacional. Aqui se registraron, además, niveles de empleo por debajo del promedio, por lo que la inmigración no tuvo un impacto en la dificultad de nativos de encontrar empleo. En los 14 estados donde llegó una mayor cantidad de inmigrantes, los trabajadores locales vieron aumentar su tasa de empleo y en los 16 estados donde hubo menos inmigrantes que el promedio se registró un nivel de empleo más alto para trabajadores locales.
La llegada de más inmigrantes no es un factor determinante para saber si más empleados nativos pierden su trabajo. Lo que sí juega un papel significativo para determinar el nivel de empleo de estadounidenses es la salud económica, dijo Kochhar.
“Si algo me sorprendió en el curso del análisis fue que no hubo una relación evidente durante la recesión del 2000 al 2004 de que los trabajadores extranjeros que llegaron desplazaran a los nativos”, dijo Kochhar durante una teleconferencia.
De acuerdo con los análisis de Steven Camarota, director de investigación del Centro de Estudios de Inmigración (CIS), son los trabajadores jóvenes con un bajo nivel de educación quienes se ven más afectados por la competencia con inmigrantes.
“Se han reducido los empleos para nativos menos educados, y sus salarios también han disminuido”, indicó. “No hay escasez de trabajadores menos educados en Estados Unidos”, dijo Camarota, cuya organización aboga por controles más estrictos a la política de inmigración.
El desplazamiento de trabajadores nacidos en este país ha sido uno de los argumentos más consistentes de parte de quienes se oponen a inmigrantes indocumentados.
“Eso es muy interesante, porque estamos recibiendo reportes constantes de gente que está siendo desplazada por ilegales, una y otra vez”, dijo Barbara Coe, fundadora de la Coalición Californiana para la Reforma Migratoria (CCIR), agrupación que creó la Proposición 187.
Los empleos de construcción son los que se han visto más afectados, dijo Coe, señalando que miembros de su organización, que además son empresarios, se han visto con dificultades para mantener a flote sus negocios porque no contratan a inmigrantes indocumentados.
“Otros empleadores corruptos sí lo hacen, y obviamente les pueden ofrecer a los consumidores un precio más bajo porque tienen mano de obra barata”, dijo Coe. “Así que ese estudio no lo creo en absoluto”.
El estudio, no obstante, no evaluó los salarios de los trabajadores locales ni los comparó con salarios de inmigrantes, por lo que no se determinó si en efecto los inmigrantes abaratan la mano de obra para el sector laboral.
Lejos de afectar negativamente, los inmigrantes han estado a la vanguardia en la pugna por mejorar los salarios, dijo María Elena Durazo, dirigente de la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO).
Durazo citó como ejemplo las campañas para sindicalizar a carpinteros e instaladores de tablarroca en cinco condados, y de conserjes, trabajadores de hotel y de cuidados a largo plazo, como pugnas en las que los inmigrantes arriesgaron su estadía en este país para mejorar la calidad de vida de empleados.
“La realidad es que tenemos un problema, no con inmigrantes, sino con la manera en la que corporaciones se aprovechan de todos los trabajadores”, dijo Durazo. “Es muy fácil culpar a los inmigrantes, si alguien está ganando menos de lo que debería, es una distracción y es más fácil que culpar a una compañía”, indicó.
Con información de AP.
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