Los altos precios de los ‘commodities’ envalentonan a los sindicatos mineros
Por Kris Maher
The Wall Street Journal
Los altos precios del cobre, níquel y otros commodities están animando a sindicatos mineros alrededor del mundo a hacer huelgas con la esperanza de obtener mejores salarios y beneficios para sus trabajadores.
En el caso del cobre, el temor a interrupciones de suministro causadas por problemas laborales ha elevado aún más los precios del metal. Las compañías, por su parte, argumentan que los altos precios de los commodities son un fenómeno pasajero y que no deberían encerrarse en contratos laborales generosos que a futuro podrían perjudicarlas cuando los precios bajen.
Unos 2.000 trabajadores de la mina chilena Escondida, la mina no estatal de cobre más grande del mundo, llevan más de una semana en huelga exigiendo, entre otras cosas, un bono de US$30.000 para volver a sus trabajos. En tanto, en Sudáfrica, trabajadores de minas de mineral de hierro acaban de finalizar una huelga de una semana tras obtener aumentos salariales de hasta 9%. Los trabajadores de la canadiense Voisey Bay Nickel Co., una subsidiaria de Inco Ltd., se fueron a huelga a fines de julio después de que fracasaran las negociaciones para un nuevo contrato laboral.
Detrás de esta ola de tensiones está la creencia de muchos líderes sindicales de que el sector vive un período fértil para mayores demandas laborales. Con los mayores precios de los metales, las ganancias de las empresas se han disparado. Al mismo tiempo, la escasez de trabajadores calificados en varios países mineros dificulta el reemplazo de mineros durante las huelgas.
Los analistas dicen que, si bien las huelgas mineras solían ser cortas, algunas de las disputas actuales podrían alargarse por semanas e incluso meses. Esto, a su vez, podría mantener los precios altos.
Por ejemplo, a pocos días de que se iniciara la huelga en Escondida, el cobre alcanzó su precio más alto en cuatro semanas debido al temor de que el conflicto pudiera interrumpir el suministro del metal. BHP Billiton, que posee una participación mayoritaria en la mina chilena, invocó razones de fuerza mayor para protegerse legalmente en contra de potenciales demandas por no poder cumplir los contratos con los fundidores.
«Históricamente, ésta ha sido una industria cíclica, razón por la cual las empresas se muestran reticentes a aceptar estas demandas salariales», dice David Duckworth, un analista de cobre de CRU, una firma de investigación de Londres. «Estamos en territorio nuevo porque los precios están tan altos».
Según Pedro Marín, un vocero sindical de Escondida, cuando los precios del cobre estaban en un bajo histórico en 2001, muchos trabajadores redujeron sus demandas laborales para mantener sus empleos. Ahora que los precios están más altos que nunca, los mineros exigen su parte de la bonanza.
«Así como nos mantuvimos quietos durante los siete años de sequía, ahora queremos ser parte de los siete años de plenitud», asegura.
Illtud Harri, un vocero de BHP Billiton en Londres, afirma que los mineros de Escondida ganan en promedio US$40.000 al año.
Algunos mineros ya han conseguido considerables aumentos salariales. La semana pasada, Kumba Resources Ltd., el mayor productor de mineral de hierro en Sudáfrica, llegó a un acuerdo de un año con cerca de 7.000 trabajadores. La empresa accedió a un aumento de 7,75% para los mineros altamente calificados y 9% para los trabajadores con menos credenciaales. Aunque fue menos del 15% que había pedido el sindicato, la mayoría de los empleados quedó satisfecha con la oferta según Eddie Majadibodu, jefe de la división de contratos colectivos de National Union of Mine Workers, un sindicato que representa a 4.000 trabajadores de la empresa.
En Canadá, en tanto, todavía no se han fijado conversaciones entre el sindicato United Steelworkers y la productora de níquel Inco. Bob Carter, un vocero de la subsidiaria Voisey Bay, no quiso dar detalles de la negociación. Inco dice que la huelga, protagonizada por 117 trabajadores, no tendrá un impacto inmediato sobre la producción del níquel terminado.
Ken Neumann, director general de United Steelworkers en Canadá, afirma que las negociaciones, que se retomarán en septiembre en una mina de cobre que pertenece a Teck Cominco Ltd., serán duras.
«Será de alta tensión por el simple hecho que que las ganancias son muy saludables y la producción de la empresa va muy bien», dice.
Mientras tanto, muchos sindicatos y compañías mineras están siguiendo de cerca la situación en Escondida, ya que podría influir sobre negociaciones laborales en otras partes previstas para fines de año, incluyendo las que tendrá la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), el gigante estatal chileno. Los trabajadores en Escondida exigen un aumento salarial de al menos 13%.
BHP Billiton, que ha operado a 40% de su capacidad desde que se iniciara la huelga en la mina chilena, ha ofrecido a sus trabajadores un contrato de tres años con un aumento de 3% y un bono de US$16.000.
Carolina Pica contribuyó a este artículo desde Santiago, Chile.
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