¿Mi empresa a la Bolsa?
Por Jorge Viera Landaluce
El Universal
TODO EMPRENDEDOR en Estados Unidos, al fundar una empresa, sueña con llevarla a la bolsa de valores. Así asegura que las acciones de su negocio se coticen públicamente y la posibilidad de vender parte de su capital a cambio de dinero en efectivo. Esto permite monetizar el trabajo arduo de años y diversificar el riesgo de tener todo o buena parte de su patrimonio invertido en un solo negocio.
Una Oferta Pública de Acciones u OPA, no debe ser un fin en sí mismo. Es un mecanismo de acceso a capital y diversificación de riesgo, al tiempo que sirve de vehículo para canalizar el ahorro en una economía.
La Bolsa de Valores de Caracas fue fundada en 1947. Luego de casi 60 años de actividad, existen menos de 100 empresas inscritas en el Registro Nacional de Valores. La capitalización de mercado, es decir, la sumatoria del valor de cada empresa que cotiza en la bolsa (que es igual al número de acciones en circulación por su precio) es de apenas $ 7.900 millones, lo que equivale a 8% del PIB aproximadamente. En Colombia, la capitalización de mercado superó este año los $ 50.000 millones, es decir, 50% del PIB aproximadamente; en Chile es de $ 137.000 millones, más del 100% del PIB de ese país. En los últimos 3 meses, en Estados Unidos más de 40 empresas han realizado OPAs por primera vez. En Venezuela sólo dos empresas lo han hecho durante el mismo período. Pareciera que cuando un emprendedor (que hay muchos) decide comenzar un nuevo negocio, la posibilidad de acudir al mercado de valores no es ni siquiera una opción. Algunas hipótesis justifican esta conducta:
1.Ignorancia: Es posible que la empresa familiar tradicional, fundada hace 3, 4 o más décadas, no contemple una emisión pública simplemente por falta de conocimientos en materia financiera de sus accionistas y gerentes, quienes ignoran las ventajas de una OPA.
2.Temor a perder control: Cuando los accionistas y la gerencia de la empresa son la misma gente, se plantea a menudo el conflicto del “control” sobre las decisiones estratégicas del negocio. Si una empresa emite acciones en el mercado los accionistas originales se diluyen proporcionalmente. Sin embargo, existen mecanismos para contrarrestar esta situación, la cual en todo caso no es perjudicial en sí misma.
3.Miedo a hacer pública información considerada confidencial, por dos motivos: a) Cuestiones de tipo fiscal y regulatorio. b) Seguridad personal de los accionistas y gerentes.
No existen garantías de que lo más conveniente para los accionistas siempre será ir a la bolsa. Incluso, varias razones para no hacerlo pueden estar justificadas. Empero, el gerente está en el deber de evaluar la mejor alternativa en pro del beneficio de la empresa, de sus accionistas, empleados y relacionados. El mercado de capitales debería estar siempre entre las opciones estratégicas.
El autor es economista.
- 15 de diciembre, 2010
- 31 de diciembre, 2008
- 28 de enero, 2009
- 7 de julio, 2025
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