Osama bin Laden y Adolf Eichman, dos asesinos con finales distintos
No puedo negar que sentí cierta satisfacción al conocer la noticia de que Osama bin Laden había muerto. Me satisfizo aún más cuando me enteré de que no se trataba de una muerte natural, sino que había caído en un operativo militar realizado por fuerzas estadounidenses. Y cuando escuché al presidente Obama decir "justice has been done" me pareció que estaba leyendo mi pensamiento. Es exactamente como yo le sentí en ese momento. Se había hecho justicia.
Después vinieron a la mente remordimientos morales. ¿Se puede estar contento por la muerte de alguien?, me pregunté, me imagino que al igual que muchos otros. A la vez me decía: este fue un personaje tóxico, que dejó mucho dolor y destrucción a su paso…. 11 S, los atentados de Madrid, Londres, las embajadas de África, Balí…. Una larga lista. También pensé que hubiera sido vivir en un mundo pensado por este tipo, bajo un fanatismo religioso sin límite que se remontaba al siglo XII, en el todo que pensara distinto sería ejecutado y las mujeres serían tratadas de forma infrahumana. Este tipo era tóxico. Mejor que esté fuera de circulación, me dije. Me convencí entonces.
Pero según fue surgiendo información de cómo se llevó a cabo el operativo para matar a Bin Laden más dudas comenzaron a circular por mi cabeza. Sí, hay que reconocer que Obama tuvo una enorme valentía al dar luz verde al operativo. Ahí se jugó lo que le queda de este mandato presidencial y la reelección. Si este operativo hubiera salido mal, lo cual era muy posible, como le ocurrió a Carter en 1980 con el intento de rescate de los rehenes en Irán, Obama se habría convertido en un cadáver político. A duras penas terminaría su mandato, pasando a la historia solo por el hecho de haber sido el primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca, y la elección de un presidente republicano en el 2012 hubiera sido casi certera. Entonces demostró mucha valentía con esa acción, pero estemos claros en esto: en gran manera se trata de valentía política.
En la entrevista transmitida el domingo por "60 minutes" el presidente dijo que todo aquel que crea que esto pudiera haber terminado distinto "tendría que examinarse la cabeza". En otras palabras, no había otra opción. Un artículo del New York Times asegura que debido a que 100 personas sabían del operativo inminente que se preparaba, el peligro de que la información se filtrara era grande por lo que Obama no tenía mucho tiempo para darle vueltas a la cosa.
Igual queda la duda: ¿no podrían haberlo capturado vivo y sometido a un juicio? Repito: yo sentí satisfacción al enterarme de su muerte. Sin embargo, lo que no podemos perder de vista es que este gran país es un país de leyes, es un estado de derecho. Eso implica –entre otras cosas- que hasta la peor clase de criminales tiene derecho a una defensa legal. Y ojo, aquí no planteamos algo que el propio gobierno de Obama lo debe haber considerado. Después de todo, tuvieron exactamente esa idea para Khalid Sheikh Mohammed, uno de los cerebros de los ataques del 11 S y otros cuatro prisioneros que están en Guantanamo. El fiscal general de la nación Eric Holder quería que fueran sometidos a juicios civiles en una corte neoyorquina. Después Obama dio la vuelta atrás y decidió someterlos antes tribunales militares.
Vamos más allá. Hay un precedente histórico que se podría haber seguido en este caso, y es el de Adolf Eichmann. Eichamnn fue uno de los arquitectos de la "solución final", el plan de aniquilación de judíos durante la Alemania nazi. Fue entonces uno de los responsables de la muerte de 6 millones de personas. Tras el fin de la II guerra mundial, Eichmann se dio a la fuga.
Los cazadores de nazis lo encontraron viviendo en Argentina bajo otro nombre. Las fuerzas de inteligencia israelíes lo secuestraron en Buenos Aires en 1960 en un operativo de película, en que todo estuvo muy bien planeado, así como fue el operativo para matar a Bin Laden. El gobierno argentino de entones emitió una queja formal contra el israelí por injerencia extranjera en su territorio e Israel se disculpo.
Menos de dos años después de su captura, Eichmann fue enjuiciado. Pasaron cientos de testigos a testificar. El juicio fue catártico para la comunidad judía y la población sensata del mundo entero. Se revivió el holocausto por muchos meses, con toda la dimensión de esa barbarie a la luz pública. Durante el juicio, la personalidad de Eichmann salió a la superficie en toda su dimensión, y lo que reveló fue terrible: se trataba de un ser mezquino, mediocre, de alguien que seguía metódicamente sus rutinas, tenía la apariencia de un vecino "normal". ¿Como podía ser un individuo que parecía tan insignificante había sido capaz de tanta destrucción? Su imagen contrastaba con la que muchos habían imaginado al pensar del monstruo que había armado todo un aparato de extinción de un pueblo.
Eichmann fue sentenciado a muerte por un jurado civil. El único caso de este tipo en la historia de Israel. Pero lo más de importante de todo es que a ese asesino le dieron un abogado defensor. Y de esa manera, el gobierno israelí demostró grandeza y respeto por la justicia, en un caso que quedó registrado ante la historia. Quizás Estados Unidos podría haber dado una lección similar.
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