Ecuador: Dolarización y crisis
Nos dicen que ahora que las condiciones externas no son favorables, vamos a ver lo difícil que es no tener moneda propia. En artículos de las semanas anteriores expliqué por qué tener moneda propia sería como agregarle leña al fuego (19/12/14), por qué la dolarización no depende de un superávit en la balanza comercial (9/1/15) y también por qué la dolarización no es una merma para nuestras exportaciones (16/1/15). Todas estas confusiones pretenden desviar la atención del verdadero problema que no está ni en la ausencia de política monetaria ni en el déficit comercial, sino en un gasto público excesivo.
El presidente ha dicho que “la mayor torpeza sería disminuir el gasto público”. Pero apretarle los cinturones a la clase política no crea desempleo, caos o estancamiento. Al contrario, esto fue lo que hicieron los países bálticos frente a la última crisis en Europa y fueron los primeros en recuperarse de ella y mantienen el crecimiento más dinámico en Europa.
Anders Åslund, del Peterson Institute for International Economics, considera que Grecia y Letonia proveen el mayor contraste dentro de esa región: “Ambos países perdieron casi un cuarto de su producción, pero Letonia sufrió solamente dos años de declive de su producción, Grecia hasta ahora (mayo del 2013) ha registrado 6 años de contracción. A diferencia de Grecia, Letonia ha resuelto todos sus problemas financieros”.
Para Ecuador es de particular relevancia la experiencia de los países bálticos dado que antes de la crisis del 2008 en ellos regía la convertibilidad entre sus monedas y el euro. Y no una convertibilidad “de mentira” como la que hubo gran parte del tiempo en Argentina, sino una convertibilidad ortodoxa que equivale a estar “eurizados”.
Estos países experimentaron marcados déficits en su cuenta corriente (que incluye la balanza comercial) y al mismo tiempo una apreciación del euro en relación con el dólar. Letonia tuvo en el 2006 y 2007 déficits superiores al 20% del PIB; Lituania, superiores al 10% y Estonia, superiores al 15%. Estos fueron los mayores déficits de cuenta corriente en toda Europa.
Aún así, estos países no optaron por devaluar ni por mantener el gasto público. En cambio, implementaron una “devaluación interna”: redujeron los salarios y el gasto público. Solamente en el año 2009 estos países redujeron el gasto público en alrededor del 6% y aumentaron impuestos en aproximadamente un 3%. Estos países redujeron el gasto público sobre la economía en alrededor del 9% solamente en el año 2009. Y estos sí fueron recortes, no meras desaceleraciones del crecimiento del gasto como en Ecuador. Por ejemplo, el gobierno de Letonia cerró la mitad de las operaciones del Estado y despidió al 29% de los empleados públicos, y el de Lituania redujo los salarios de los empleados públicos en un 20%.
No hubo crisis, ni estancamiento, ni recesión, ni siquiera protestas. La consolidación fiscal restauró la confianza de los inversores extranjeros en estas economías y estos volvieron a traer sus capitales. Esto demoró apenas seis meses. Estas tres economías bálticas demoraron apenas dos años en recuperarse de la crisis, son las que más rápido crecen en Europa y su deuda pública es de las más bajas en esa región. Todo esto lo lograron sin devaluar (ahora utilizan el euro) y reduciendo el gasto público.
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