Muchos libros de introducción a la economía comienzan enumerando algunas ideas esenciales. Para cada idea esencial en economía existe el correspondiente error. Aquí los tenemos.

  1. La economía consiste en elegir. Los recursos son escasos, poseen diferentes usos y tenemos que escoger entre esos usos alternativos. Lo que llamamos "economía" es, en última instancia, las elecciones de las personas y sus consecuencias no deseadas. Las consecuencias imprevistas pueden ser positivas o negativas. Aunque sólo tengas la intención de hacer una buena acción en favor de un amigo cuando le invitas un refresco en una estación de servicio, estás ayudando a los distantes accionistas de la empresa a asegurar su jubilación. Aunque tengas la intención de ayudar a la gente en circunstancias extremas persiguiendo a los "especuladores de precios" que suben los precios después de un desastre natural, empeoras la situación de las personas provocando escasez. La economía interviene siempre que la gente elige, y la prosperidad de la que disfruta la gente hoy en día es una consecuencia no deseada de permitir que la gente tome sus propias decisiones al servicio de sus propios objetivos.

  1. Toda elección tiene un costo. Ese costo es la mejor alternativa a lo que hayas elegido. Si te gastas 10 dólares en una hamburguesa con papas fritas, el costo es la siguiente mejor cosa que podrías haber obtenido a cambio de esos 10 dólares. Tal vez en su lugar hubiera sido una pizza. Tal vez lo hubieras colocado en un fondo de jubilación y ahorrado para más adelante. La cuestión es que has renunciado a algo para poder comprar una hamburguesa con papas fritas. Si haces cola durante quince minutos para conseguir una porción de pizza "gratis", esa porción de pizza te cuesta cualquier otra cosa que podrías haber hecho en esos quince minutos, como pasar quince minutos más estudiando (lo que aumentaría tus ingresos más adelante) o quince minutos más en tu trabajo (lo que aumentaría tus ingresos ahora).

  1. Los incentivos afectan las elecciones de la gente. El economista Steven Landsburg ha dicho que toda la economía puede resumirse en cuatro palabras: "la gente responde a incentivos". De hecho, casi todo en economía gira en torno a la comprensión de cómo cambian los incentivos de las personas y cómo éstas responden a ellos. La gente hace menos de algo cuando le cuesta más. Por ejemplo, conducen menos cuando sube el precio de la gasolina. No todo el mundo responde a los incentivos de la misma manera. Algunas personas (quizás usted!) no conducen menos ni utilizan el autobús cuando el precio de la gasolina sube unos centavos, pero otras sí.

    Las instituciones de una sociedad afectan a sus incentivos. Las instituciones son reglas: las reglas formales están establecidas por los gobiernos o están escritas en contratos y constituciones, las reglas informales son las normas de comportamiento que pueden no estar escritas pero que pueden ser ampliamente entendidas ("el hombre paga en una cita", por ejemplo) y las características de su aplicación. Diferentes reglas implican diferentes elecciones, y diferentes elecciones significan diferentes resultados.

  1. Las personas toman decisiones incrementales. La gente elige en función de los costos y beneficios de una mayor o menor cantidad de algo. Se trata más de una perilla para regular la intensidad de una luz que de una para su encendido y apagado. Observa la configuración de la pantalla de tu computadora. Tu decisión no es "ver mi pantalla" o "no ver mi pantalla". Es "¿cuán brillante quiero que sea la pantalla?". La ajustas haciéndola un poquito más brillante o un poquito más oscura. Cuanto más brillante sea una pantalla, más fácil será distinguir los contornos de las letras y las formas, pero a costa de que sea un poco menos cómoda de ver y de que tal vez la batería de tu laptop se agote más rápidamente. O cuanto más tenue es una pantalla, menos energía consume, pero a costa de no poder ver tan bien y, tal vez, de provocarte un poco de cansancio de la vista. Si vuelves tu pantalla un poco más brillante, un poco más oscura o no la cambias en absoluto, estás realizando una elección económica.

  1. El comercio es cooperación. Cuando las personas comercian, están colaborando para ayudarse mutuamente a alcanzar sus objetivos, aunque no sepan (o no les importe) cuáles son los objetivos de la otra persona. Piensa en esto la próxima vez que cargues gasolina. Quizás la compres en una estación de servicio Shell. Shell te ayuda proporcionándote gasolina. Tú ayudas a otras personas especializándote en algo que haces de manera eficiente, como servir café en una cafetería a la que concurren muchos contadores. Los contadores, a su vez, ayudan a Shell auditando sus estados financieros. ¿Y quién (o qué) es "Shell"? En el caso de una corporación multinacional como Royal Dutch Shell, son todos los que poseen acciones de Shell, como la compañía que administra el plan de jubilación de un empleador. Tus ayudas a los accionistas de Shell a tener la comida, la vestimenta y la vivienda que desean. Yendo un poco más allá, ayudas a todos los que trabajan en Shell. Incluso si lo único que pretendías era cargar gasolina para tu viaje por carretera.

  1. La gente es racional. Esto no va mucho más allá de tan solo decir "la gente prefiere tener más a tener menos" y "la gente hará menos de algo a medida que sea más costoso". Cuando los economistas dicen que la gente es racional, no quieren decir que el procesamiento cognitivo de la gente sea eficiente o preciso, ni siquiera que la gente sea especialmente reflexiva en sus elecciones. Sólo quieren decir que las personas tienen una idea bastante clara de sus propios intereses y escogen lo que consideran son las formas adecuadas de satisfacerlos.

  1. Cooperar en los mercados es costoso, y los gobiernos suelen hacerlo más costoso. El intercambio no es fácil; está limitado por lo que se denomina costos de transacción. Los costos de transacción, según el economista Michael Munger, son de tres tipos. Hay una triangulación, que consiste en encontrar personas con las que comerciar. Está la transferencia, que consiste en trasladar la mercancía y procesar los pagos, y está la confianza, que consiste en los costos de verificar la integridad de lo que está siendo comercializado. Los gobiernos podrían reducir algunos de estos costos mediante la regulación y las normas, pero la regulación también puede empeorar estos problemas.

    En los mercados, los emprendedores pueden beneficiarse descubriendo formas de superar estas barreras. Los gobiernos suelen ser la fuente de las barreras que dificultan la cooperación entre las personas, al poner todo tipo de condiciones antes de que se les permita llegar a un acuerdo. Joseph (residente en los EE.UU.) podría estar dispuesto a contratar a José (residente en México) para pintar cercas, pero el gobierno de los EE.UU. exige que Joseph y José obtengan un permiso para cooperar. Del mismo modo, José podría estar dispuesto a reunir equipos de personas para construir cercas, pero la ciudad en la que vive podría exigirle que obtenga un permiso antes de permitirle cooperar con las personas que deseen contratarlo.


  1. Las ganancias indican a las empresas que están ayudando a la gente, mientras que las pérdidas revelan que están desperdiciando recursos. Un libro de texto de MBA que he utilizado anteriormente describe el "arte de los negocios" como el arte de "identificar los activos en usos de menor valor y encontrar formas de trasladarlos de manera rentable a usos de mayor valor". Cuando alguien obtiene un beneficio de un esfuerzo en particular, es un indicador de que ha creado más valor del que ha consumido. De modo similar, las pérdidas evidencian que han consumido más de lo que han creado.

  1. Las elecciones tienen importantes consecuencias no deseadas. Se ha dicho que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. La idea de que las personas responden a incentivos nos lleva a otra idea: Nuestras elecciones tienen importantes consecuencias no previstas. Éstas pueden ser positivas, como cuando ayudamos a alguien a pagar el aparato de ortodoncia de su hijo comprándole una hamburguesa. También pueden ser negativas, como cuando condenamos a la gente a opciones de empleo menos atractivas (o incluso al desempleo) al implementar salarios mínimos, o cuando los controles de precios y las prohibiciones para comprar y vender generan escasez de riñones.

En segundo lugar, los errores:

  1. La economía tiene que ver con el dinero. Mucha gente probablemente piense que la economía sólo trata del aspecto monetario de la vida, pero buscarás en vano la palabra "dinero" en los nueve fundamentos descriptos más arriba. La economía no trata del dinero; la economía es mucho, mucho más amplia. La economía es una ciencia social, y veremos cómo podemos utilizar algunas de sus ideas básicas para estudiar muchas cosas en las que la gente no piensa cuando piensa en economía, como la religión, el amor, el voto, el matrimonio y el crimen.

  1. No cuesta nada si no hay que pagar por ello. No. Las "cosas gratis" no son gratis. Cuando eliges hacer una cosa, estás eligiendo no hacer otra. Si te tomas el tiempo de comer un trozo de pizza gratis, estás renunciando a la oportunidad de hacer otra cosa, como echarte una siesta. A menudo se oye decir que cosas como la educación y la sanidad deberían ser "gratuitas". Por supuesto, el tiempo y la energía de los trabajadores altamente calificados, los edificios, el terreno, etc., tienen usos alternativos, por lo que construir un hospital y proporcionar atención médica, o construir una escuela y proporcionar educación, es muy, muy caro. Lo que quieren decir es que "la gente debería recibirlo gratis, pero alguien deberá pagar por ello".

  1. Cambiar los incentivos de la gente no cambiará sus elecciones. "La gente no va a dejar de ir a la iglesia sólo por un pequeño cambio en sus incentivos". ¿Alguna vez has faltado a la iglesia por una tormenta de nieve? ¿O por una pandemia? A veces, la gente oye a un economista explicar lo que cree que va a pasar y piensa que el economista está explicando lo que debería pasar. Esto no es así en absoluto. Hacemos predicciones basadas en la convicción de que la gente hará más cosas que sean más fáciles y menos cosas que sean más difíciles, manteniendo todo lo demás constante. Si los videojuegos se vuelven más baratos, un economista podría predecir que la gente pasará menos tiempo en la iglesia, manteniendo todo lo demás constante. El economista no está diciendo que la gente debería pasar menos tiempo en la iglesia. Está señalando que el abaratamiento de los videojuegos significa que el costo de ir a la iglesia, en términos de tiempo de juego sacrificado, ha aumentado, y cuando algo se vuelve más caro, la gente lo hará menos (de nuevo, y de forma crucial, manteniendo todo lo demás constante).

  1. Las opciones son de todo o nada. Esto está estrechamente relacionado con el número 3. Piensa en cómo la gente cambia su forma de ir a la iglesia en respuesta a un cambio de incentivos. Una ráfaga de nieve probablemente no impedirá que todo el mundo vaya, pero puede ser suficiente para que algunas personas no vayan. O "La gente no va a dejar de comprar gasolina sólo porque sea unos centavos más cara". En primer lugar, puede que eso sea cierto para mucha gente, pero si puedes recordar momentos de tu vida en los que has estado contando los centavos porque determinaban la cantidad de gasolina que podías conseguir, sabrás que al menos algunas personas van a adquirir menos gasolina porque el precio sea un poco más elevado. Puede que hayas visto un meme en el que alguien dice algo así como "Si crees que la economía es más importante que el medio ambiente, prueba a contener la respiración mientras cuentas tu dinero". Pensar en ello como "la economía" o "el medio ambiente" realmente malinterpreta el problema y dónde está la acción. Lo que importa son las compensaciones incrementales, y la pregunta pertinente es siempre algo así como "¿a qué estamos dispuestos a renunciar para tener un aire ligeramente más limpio?" O incluso más concretamente, "¿a qué tenemos que renunciar para reciclar una lata de aluminio?".

  1. El intercambio es explotación. Mucha gente piensa que todo intercambio tiene un ganador y un perdedor. Esto no es cierto. En todo intercambio hay dos personas que ganan, o de lo contrario no aceptarían intercambiar en primer lugar. La gente siempre puede imaginarse haber hecho una compra o una venta en mejores condiciones, pero el hecho es que entran en el intercambio porque esperan estar mejor, en neto, debido al comercio. La idea de que "el intercambio es explotación" es un ejemplo de la falacia de la suma cero, que dice que, si una persona está mejor, otra tiene que estar peor. No es así, y ésta es una de las geniales implicaciones del análisis económico básico. Cuando las personas pueden cooperar e intercambiar, se mejoran a sí mismas haciendo que otras personas estén mejor. Esto no significa que nadie se equivoque nunca. Todos hemos pedido algo en un restaurante y nos hemos arrepentido. Significa, sin embargo, que la gente espera estar mejor cuando intercambia, y si pide algo que resulta ser asqueroso, probablemente no lo volverá a pedir.

  1. La gente es irracional. En muchos sentidos, lo somos. Si eres un estudiante universitario tradicionalmente envejecido y estás leyendo esto, probablemente tengas unos cuantos años más antes de que tu cerebro esté completamente formado. Además, nuestras mentes están infestadas de sesgos cognitivos. Tendemos a interpretar la evidencia de forma que apoyen lo que deseamos creer en lugar de lo que es realmente cierto. La gente dice que desea proporcionar un futuro seguro y cómodo a sus hijos y nietos, y luego se gasta el sueldo en billetes de lotería y alcohol. Procesamos mal la información. Sin embargo, la "elección racional" en economía no es una teoría de cómo funciona nuestra mente. Es, más bien, la simple idea de que vamos a hacer más de las cosas que nos gustan y menos de las que no nos gustan, en igualdad de condiciones. El hecho de que mucha gente elija sus equipos de fútbol favoritos basándose en gran medida en accidentes cósmicos (dónde se han criado), no nos impide decir que la gente demandará más entradas para ver a sus equipos favoritos si el precio de esas entradas baja, ni tampoco decir que es probable que ese precio de las entradas baje, cuantos más partidos pierdan sus equipos favoritos.

  1. El gobierno resolverá los problemas si ponemos a las personas adecuadas en el poder. Adam Smith explicó la manera de pensar económica señalando que las sociedades obtienen malos resultados porque las personas responden a malos incentivos, no porque sean inherentemente o innatamente malas. Los funcionarios gubernamentales también responden a incentivos, y en el caso de los funcionarios elegidos, obtenemos mucho poder explicativo al suponer que se encuentran motivados de modo abrumador por el deseo de ser elegidos y seguir siéndolo. Esto significa a menudo apoyar políticas políticamente populares, pero en última instancia perjudiciales, que suenan bien, pero que dan a la gente incentivos disfuncionales.

  1. Las ganancias denotan avaricia. La mayoría de la gente cree que es vicioso buscar una ganancia y virtuoso evitarla porque piensan que la "ganancia" es sólo un cargo añadido a los costos justificables de producción por parte de gente codiciosa que sólo busca despellejar a sus clientes. Esto no es así en absoluto. Los beneficios recompensan a los empresarios por hacer juicios acertados sobre los bienes y servicios que la gente desea, y las diferentes formas de proporcionarlos. Las ganancias son informativas, pero no son decisivas; simplemente indican lo que la gente valora en relación con todas las demás alternativas. No te dice lo que deberían valorar en relación con todas las demás alternativas, ni que estés actuando real y verdaderamente en el mejor interés de alguien cuando le sirves con algo que es rentable.

  1. Si es malo para alguien que es fácil de identificar, es malo para todos. Todo cambio de cualquier tipo hace que al menos alguien esté peor en relación con algún estado alternativo imaginado del mundo. Si usted administra un Dunkin'' Donuts y un Starbucks abre justo al lado, puede que esté peor, porque perderá algunos clientes. Sin embargo, la llegada de una sucursal de Starbucks supone una combinación de más café y precios más bajos. Un café más barato significa que los clientes podrían comprar zapatos un poco más bonitos, o prestar a alguien que quiere construir un complejo de departamentos.

    Puedes sustituir "malo" con "bueno" y hacer el mismo argumento. Muchas veces, la gente justifica las políticas públicas señalando cómo ellas ayudan a un grupo visible. Que algo sea bueno para un grupo no significa que sea bueno para todos. La prohibición de abrir nuevas cafeterías en el barrio puede ser muy buena para los propietarios de las cafeterías ya existentes, pero como implica tener menos oferta de café y precios más altos, hace que los consumidores de café estén peor. Por una simple cuestión matemática, el valor de lo que pierden los consumidores de café debido a la restricción es mayor que el valor de lo que ganan las cafeterías.

A veces la economía ha sido descrita como "la dolorosa elaboración del sentido común", y aunque no creo que lo de "dolorosa" sea exacto, la economía a menudo sólo aplica el sentido común. La gente aprende a no tocar las estufas calientes o a hacer malabares con las motosierras por diversión. Después, tienden a comer mejor cuando sus ingresos aumentan. Esta "dolorosa elaboración del sentido común" nos lleva, sin embargo, a algunos resultados sorprendentes y a poderosas ideas.

Este artículo está basado en cierta medida en este post y en este otro, ambos de 2010, así como en el libro Economic Facts and Fallacies de Thomas Sowell y en las listas de "diez principios" o "diez grandes ideas" o "diez elementos clave" que aparecen al principio de muchos libros de texto de economía. Agradezco a Sarah Estelle sus comentarios y sugerencias.

Traducido por Gabriel Gasave


Art Carden es Investigador Asociado en el Independent Institute y Profesor Asociado de Economía en la Samford University.