Walter Williams: Académico firme, misionero de la libertad
Se ha escrito mucho sobre el difunto y gran economista Walter Williams. Dos días después de su fallecimiento, el 2 de diciembre, es un desafío agregar algo nuevo.
Su colega Thomas Sowell escribió un conmovedor tributo a su viejo amigo. En The Wall Street Journal, el colega de la George Mason University, Donald Boudreaux, elogió la investigación y la enseñanza de Walter, al igual que Peter Jacobsen en este mismo sitio. Muchos de estos elogios se encuentran en la prensa escrita y online, y seguramente muchos más los seguirán.
Estamos inundados de recuerdos porque legiones de personas conocieron a Walter, lo amaron y fueron inspirados por él. Ese mismo hecho es un monumento a él, e indudablemente uno más imponente que aquel que el humilde académico alguna vez deseó para sí mismo.
Mientras que otros seguramente lo han notado, un atributo de los muchos admirables que poseía Walter Williams merece una palabra adicional. Es uno que yo personalmente tengo en alta estima. Es demasiado raro en personas y organizaciones. Sé por las conversaciones con Walter que él tenía a FEE en la más alta estima porque nosotros también tenemos este atributo.
En una palabra, es la firmeza.
Walter apreciaba este comentario en Jane Eyre de Charlotte Brontë: "Las leyes y los principios no son para los momentos en que no hay tentación: son para momentos como éste, cuando el cuerpo y el alma se amotinan contra su rigor… Si pudiera romperlos a mi conveniencia, ¿qué valor tendrían?"
Buscar la verdad en sí misma y reunir el valor para decirla sin equívocos debería ser el objetivo más elevado de cualquier profesión. Encajan perfectamente en la vida y la carrera de Walter Williams. Era un hombre de sólidas convicciones, de pasiones inamovibles por lo que sabía que era correcto. Y siempre fue así, desde que tengo memoria de él. Era el epítome de lo que significa ser firme.
Una vez que Walter abrazó la libertad y el libre mercado (antes de que yo naciera, creo), dedicó su vida a iluminar esos conceptos. Le encantaba compartirlos con otros, especialmente con los estudiantes. Aunque él mismo contribuyó mucho a la literatura de estos temas, nunca tuvo una arrogancia que lo llevara a ignorar las contribuciones de los demás. En más ocasiones de las que puedo contar, me pidió (y a otros en la FEE a lo largo de los años) copias de los clásicos que pudiese repartir al público, especialmente "Yo, el lápiz" de Leonard Read y "La ley" de Frederic Bastiat. Para él, la fidelidad al mensaje, a lo que era verdad, era lo más importante. No importaba quién fuera el mensajero.
Era un misionero, no un monje. Las verdades sobre la libertad y los mercados libres eran demasiado importantes para él como para guardarlas para sí mismo o en una revista académica. Predicó, y predicó a todos los que deseaban escucharlo.
El mundo está lleno de quienes traicionan sus valores, oportunistas, gente y organizaciones que te dirán lo que quieras oír. Hay demasiados que abandonarán sus propias creencias por tan poco como un honorario o un titular amistoso. Walter no.
Todos los que lo conocieron, no importa durante cuánto tiempo, le dirán que era el mismo y él decía lo mismo que era y decía hace décadas. En nuestra época cínica, empapada de corrección política y timidez, ¿es esto algo tan refrescante para ti como para mí? Eso espero.
Nadie habló nunca de un Walter Williams "relajándose" en sus últimos años. Tal vez la relajación a veces es necesaria, especialmente si apestas. Pero si los principios eternos te animan, relajarse es debilitarse o, como dijo una vez Margaret Thatcher, tambalearse. En este sentido, Walter Williams nunca se relajó. Él nunca "filtró". Era el mismo Walter en 2020 que el Walter de antaño.
Esa es una de las razones por las que Walter amaba la FEE. Vio la misma firmeza en nosotros. Nos encanta incluir este respaldo de él en nuestros informes anuales:
El trabajo más importante es vender a nuestros compatriotas estadounidenses la superioridad moral de la libertad personal y su principal ingrediente: el gobierno limitado imaginado por los Fundadores de nuestra nación. The Foundation for Economic Education es la organización que lidera el camino para vender esa idea y enseñar a nuestros jóvenes los fundamentos de la economía y la libertad.
Al igual que Walter, la FEE está comprometida precisamente con los mismos valores eternos que motivaron nuestra carrera institucional desde el principio. Estamos orgullosos de haber tenido una larga asociación con el compañero y devoto creyente que fue Walter.
Gracias, Walter Williams, por tu firmeza de principio a fin. La certeza con la que bendijiste al mundo será siempre un sello de tu notable legado.
Traducido por Gabriel Gasave
Este artículo fue publicado originalmente en FEE.org
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