Eficiencia y libertad: Por un programa político serio para Chile

Se acercan las elecciones presidenciales y, por lo tanto —casi como una conditio sine qua non—, las promesas de campaña de carácter redistributivo. Y no sólo en la izquierda, sino también en la derecha. Todo esto, además, en un escenario difícil: el Banco Central ha establecido que en este primer trimestre del año hemos crecido un 0,1%.
Podríamos preguntarnos, tras estos antecedentes, si son realmente tiempos para redistribuir y si existe alguna redistribución que sea al mismo tiempo ética y eficiente.
Podríamos partir analizando esa posibilidad desde la eficiencia de Pareto, ampliamente aceptada en los estudios de la economía del bienestar. Vilfredo Pareto, contrariando las nociones utilitaristas sobre la felicidad social, estableció que era imposible medir o agregar la felicidad del individuo. Cada uno de los sujetos tiene una idea particular de sus preferencias y de cómo concretarlas. De este modo, si cada uno sigue sus propósitos se llegará a un punto, nos dice Pareto, en que nadie podrá mejorar su situación sin desmejorar la de los demás, siendo intrínsecamente eficiente el resultado.
El filósofo norteamericano John Rawls ha querido ver en este óptimo de eficiencia paretiana un resultado injusto, pues no importaría que todos los bienes distribuidos quedaran —por obra del mercado— únicamente en manos de unos pocos: el resultado, aunque desigualitario, seguiría siendo una distribución eficiente.
Desde esta visión, han nacido posturas siempre más redistributivas de gran alcance justificadas en la situación precaria de los más desamparados o de la supresión de las desigualdades materiales. Pero el problema es que este asunto no se queda sólo en la teoría, sino que la misma acción política suele verse inclinada a la acceder a programas cada vez más abusivos en la redistribución de los bienes en búsqueda de más votos. Cada redistribución, aparentemente, no sería más que un movimiento de un punto a otro a lo largo de la curva o Frontera de Pareto.
El asunto es que las políticas redistributivas no sólo son intrínsecamente ineficientes, sino que tampoco se corresponden con una ética que respete la libertad del individuo. Primero, porque la distribución de bienes que surge de la libre interacción de los sujetos en un mercado es normalmente eficiente y; segundo, dado que dicha eficiencia es el resultado de las interacciones propias de sujetos libres que comercian con su propiedad mutuamente reconocida, sería dicho resultado de carácter ético. Es a lo que apuntaba Hayek cuando hablaba del orden espontáneo en el mercado. Toda intervención estatal en los resultados del mercado, sean estos en aras de la supuesta “igualdad de oportunidades”, o de una redistribución aparentemente justa, son ineficientes y transgreden la libertad del sujeto.
La única manera de mejorar la situación de los más débiles o ir suprimiendo la aparentemente grave desigualdad, sin menoscabar ni la eficiencia del mercado ni la libertad de los sujetos, es seguir creciendo. Ya dijo Xavier Sala i Martín, un connotado economista español, que el capitalismo ha sido el único modelo que ha permitido crecer y sacar a los pobres de su miseria. Sería el único modelo que no desmejora la situación de uno para darle a otro, cumpliendo así con las nociones paretianas.
De este modo, la preocupación de las campañas y de los políticos no debiese estar puesta en políticas redistributivas —que son eficaces para conseguir votos, pero irresponsables económica y éticamente a largo plazo—sino en una agenda pro crecimiento, un programa serio que nos permita no sólo atender la situación de los más débiles sino también ser eficientes y libres, al mismo tiempo.
- 15 de agosto, 2022
- 3 de octubre, 2024
- 15 de diciembre, 2010
- 18 de mayo, 2007
Artículo de blog relacionados
Por Jaime Castro El Tiempo, Bogotá Hay que ponerle pueblo a la descentralización...
27 de julio, 2006Por Cal Thomas Diario Las Américas El Presidente de la Reserva Federal, Ben...
13 de febrero, 2011AOL Noticias LA HABANA- Cuba dio a conocer una lista de 178 categorías...
25 de septiembre, 2010Por Fernando Luis Egaña Analítica A los sátrapas les encanta dictar cátedra. Y...
15 de junio, 2008












