El régimen de Correa trata de combatir el endeudamiento privado con intervencionismo
Instituto Ludwig von Mises Ecuador
Veamos los datos de la ABPE
(Asociación de Bancos Privados del Ecuador), “el crecimiento de cartera
de consumo en los segmentos medio (USD 3 000 a 5 000) y medio alto (USD
5 000 a 10 000), fue de un 42%. Mientras la entrega de tarjetas creció
de una forma exponencial, en más del 80%, en un año.” Al gobierno
ecuatoriano le preocupa sobremanera este aumento de los créditos de
consumo y ha dispuesto medidas para frenar esta tendencia. Pero, ¿es realmente un problema eso? ¿es esa la forma de lidiar con el presunto problema?
El mercado de fondos prestables tiene como producto y a la vez
indicador decisivo el precio más importante de una economía: la tasa de
interés. Es justamente un interés caro al crédito de consumo lo que
frenará -relativo al crédito productivo- cualquier exceso si lo hubiere.
Es decir, la mega-mente (nunca me gustó la fantasmagórica idea de “mano
invisible”) que conforma el mercado toma decisiones bastante
inteligentes (es decir adaptativas, armonizadoras) proveyendo de datos e
incentivos a los distintos actores. Una tasa de interés debe ser tan
alta como para desalentar malos usos de un ahorro precioso (escaso en
países de poca solidez político-legal) y tan baja como para alentar la
creación de valor económico donde se requiere vis a vis la rentabilidad
de una industria o promedio. En otras palabras, la tasa de interés no
debe regularse. Cuando se fija por ley, oferta y demanda se divorcian y
tenemos consecuencias no-intencionadas o al menos no-previstas por
quienes diseñan esas medidas.
Los ecuatorianos no están sobreendeudados
y si lo estuvieren, ellos sabrán empezar a recortar deuda y gastos
personales/familiares según su propio eje de consumo presente vs.
consumo futuro. En realidad la sobrerregulación del mercado financiero
evita precisamente que la gente perciba, anticipe y enmiende sus propios
errores.
Además es profundamente irónico -y keynesiano, claro- que un gobierno que ha hecho del gasto corriente exacerbado, el endeudamiento en condiciones deplorables con China y la pérdida de libertad económica, espere de alguna manera que eso no se revierta en consumismo. Ni por ejemplo ni por incentivos esto podría ser así.
En un caso aún más brutal,
se conoce que en Venezuela más del 70% de ingresos petroleros
extraordinarios de su gobierno bolivariano ha ido a parar a
importaciones.
Lo que no han entendido ambos gobiernos es que dinero no es riqueza.
Sin instituciones sólidas que aseguren el largoplacismo en un
territorio, necesariamente el dinero que ingrese saldrá con la misma
velocidad. Los gobiernos paternalistas e intervencionistas no fomentan
el produccionismo (el ahorro e inversión en proyectos razonables) sino
el consumismo. Si los lectores de este portal quieren entender o
explicar de forma amena ciertos pormenores del mercado de fondos
prestables (es decir de ahorro), recomiendo este recurso pedagógico que suelo usar lateralmente en mis clases universitarias.
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