El aporte de Steve Jobs
Durante los últimos días hemos leído muchas palabras de homenaje a Steve Jobs, que celebran y agradecen su aporte al mundo de la tecnología y los negocios. Sin embargo, no se ha profundizado lo suficiente en su enfoque de vida, basado en el diseño y la interdisciplinariedad, y cómo nos puede ayudar a enfrentar de mejor manera los desafíos que tenemos en el ámbito público y privado.
Jobs fue parte fundamental de la transformación económica de los últimos 30 años, en donde el mundo ha transitado desde un modelo de desarrollo basado en la manufactura a uno que lo impulsan el conocimiento y el sector de servicios. En esa transición, la innovación se ha expandido más allá de los productos físicos, hacia nuevas clases de procesos, servicios, interacciones conducidas por las tecnologías de la información y comunicación, y nuevas formas de colaboración, en las cuales el pensamiento en diseño ha marcado la diferencia. De hecho, estamos pasando desde una economía individual a una economía de la persona, que involucra las experiencias significativas para el cliente, usuario o consumidor.
El pensamiento en diseño permite considerar el problema de la innovación holísticamente, no sólo referida al producto, sino a los procesos implicados e involucrando a las personas responsables, utilizando la observación, la creación de un prototipo, la construcción y la narración. Estos métodos pueden ser aplicados mediante un acercamiento compartido y reuniendo a personas de diversas disciplinas, para explorar con eficacia las nuevas ideas que son más centradas en el ser humano, que pueden ser mejor ejecutadas, y que generan nuevos y valiosos resultados.
En este contexto, cada vez parece ser más claro que un enfoque unidisciplinario es insuficiente para abordar de manera exitosa la solución de problemas complejos y la creación de valor. Jobs así lo entendió con sus múltiples innovaciones de productos y servicios. En el caso del iPhone, éste representa una solución para necesidades que van más allá de las comunicaciones y en que intervienen elementos de negocios, tecnología, sicología y diseño de producto, entre otros. En este sentido, la complejidad de muchos de los problemas que hoy enfrentamos tiene componentes que abarcan dimensiones muy distintas, las que pueden ser abordadas con miradas complementarias por disciplinas diferentes.
Así, el diseño como herramienta parece ser la combinación que permite crear mayor valor y sinergia, buscando que las soluciones propuestas tengan consistencia en las distintas dimensiones de la problemática enfrentada y, de esa forma, potenciando el proceso de innovación. Luego, quizás uno de los principales legados de Jobs no está sólo en sus múltiples innovaciones tecnológicas, sino también en una mirada holística en la formación de capital humano. En este ámbito, las instituciones de educación superior cumplen un rol fundamental. Aunque éstas deben seguir atendiendo la formación específica de cada disciplina, es prioritario que incorporen herramientas del diseño en este enfoque interdisciplinario, lo que ayudará a desarrollar nuevas e innovadoras metodologías de resolución de problemas y conflictos.
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