La OEA e Insulza= ineptos y traidores

Hablar de democracia en Latinoamérica es una burla a sus pueblos. Hablar de justicia e imparcialidad en la OEA, un insulto a la inteligencia.

¿Quién de los presidentes del Alba –apodados en Venezuela "la banda de los cuatro"– o quién en la OEA condena a Chávez por la huelga de hambre que realiza el alcalde de Caracas, Antonio Ledesma? Ledesma, siendo opositor fue electo por mayoría. Al iniciar su mandato en enero, Chávez decidió por decreto "imperial" despojarlo del presupuesto anual de la comuna, trasladando dichos fondos a una nueva autoridad chavista. Desde mayo los humildes empleados de la comuna, tampoco reciben sus justos salarios. Por éstos y otros múltiples atropellos, Ledesma es ahora un perseguido político que ha debido refugiarse en la sede de la OEA, organismo que desoye sus peticiones de justicia, porque el traidor Insulza busca la reelección y necesita el voto de Chávez.

¿Quién de la banda de los cuatro censuró la nula actuación de la OEA ante la elección fraudulenta de alcaldes en Nicaragua?. Y ¿qué dice esa inepta organización ante la descarada intervención de Chávez en Honduras, que vociferando espetó por televisión contra Micheletti: "¡Lo derrocaré!?" ¿Con qué derecho se atreve a amenazar la soberanía de un pueblo?

En todas las encuestas mostradas hasta la saciedad, el 75% de los ciudadanos están de acuerdo con que Zelaya, que violara sistemáticamente la Constitución hondureña, haya sido destituido.

Chávez, es un déspota, megalómano, que no vino a la toma de posesión del Presidente Funes porque su narcisismo no se lo permitió al enterarse que no sería alabado en el discurso presidencial, sino que habría referencia únicamente a Obama, Hillary Clinton y al Presidente Lula, quien dicho sea de paso, debe causarle escozor al bolivariano, por la enorme aceptación y admiración que despierta entre su pueblo y el mundo (incluyéndome yo) por estar sacando a millones de personas de la pobreza.

Nuestro Presidente Mauricio Funes debe mantenerse alejado del satánico sujeto, que con los ingresos petroleros –dinero propiedad del pueblo venezolano que debería usarse para mejorarlo–, anda comprando voluntades como hiciera con Zelaya. Tener a Lula como referente será el éxito del Presidente Funes. Si Chávez, usando a Nicaragua y Guatemala invade Honduras, será el final del tirano.

La condena y alharaca contra Honduras de la banda de los cuatro, liderada por Chávez, que removiera cielo y tierra para lograr una condena mundial, si no fuera verdad, parecería más bien un chiste de mal gusto. Ahora que el raciocinio desapareció de la ONU y la OEA, donde la democracia se volvió dictadura y la dictadura democracia, la injusticia justicia y justicia injusticia, la verdad mentira y la mentira verdad, donde se condena la actuación del Congreso y Corte Suprema hondureñas por destituir un Presidente que delinque contra la institucionalidad de su país, cabe preguntarles a los miembros de esos organismos que avalan al delincuente Zelaya (criminal "pre-dictador", que llamó a sus seguidores al suicidio masivo, incitándolos a romper desarmados el cerco de las Fuerzas Armadas) ¿para qué entonces, elegir en nuestros países esos otros poderes que proporcionan el balance para lograr la institucionalidad ( CSJ y Congreso), en cuanto que para la OEA y la ONU sus decisiones fueron nulas en Honduras, valiéndoles sorbete? ¿Acaso nos quieren indicar que en nuestros países latinoamericanos, al votar por un Presidente se le conceden a éste todos los derechos de los reyes de antaño, como cuando decía el Rey Luis XIV a sus subyugados: "El Estado soy yo"?

El coraje del pueblo hondureño merece una ovación por la lección que le ha dado al mundo y a los dictadores, acerca de lo que es democracia: "Si el Presidente no es bueno, va para afuera". Las dictaduras latinas que pongan sus barbas en remojo.

Winston Churchill dijo: La popularidad y poder que logra el líder de una nación es proporcional a la idiotez de sus habitantes.

La autora es columnista de El Diario de Hoy.